CAUSA HARGUINDEGUY: “La mayor parte de las operaciones se hacían después de las diez de la noche” declaró un ex policía de la Federal

En la mañana de hoy se reanudó la instancia de declaraciones testimoniales en la causa “Harguindeguy y otros” en la que se investigan delitos de lesa humanidad ocurridos en Concepción del Uruguay, Concordia y Gualeguychú. En la audiencia desarrollando en el Tribunal Oral Federal de Paraná hoy fue el turno de que declaren cinco ex policías que desempeñaron tareas en el destacamento de la Policía Federal de C. del Uruguay en el año 1976, también prestó declaración José Lizarralde familiar de Jorge Felguer, víctima de detención y torturas a mano del grupo de tarea comandado por Mazzaferri. Los ex policías que declararon son: Miguel Ángel Contard, Salvador Dellaguiustina, Jorge Héctor Pietrafesa, Mario Miret y Ernesto Parlato.
Miguel Contard fue quien, con su testimonio, reanudó la etapa de declaraciones testimoniales en la casa que se investigan delitos de lesa humanidad producidos puntualmente en la ciudad de C del Uruguay. El testigo en su relato dijo que en 1976 ingreso a la Policía Federal sin antes haber hecho ningún curso, y que en los primeros tiempos se desempeñaba como ordenanza, hasta que llegó a hacer algunas guardias.
Contard dijo que un día cuando se reincorporó a sus tareas se encontró con un grupo de seis o siete chicos que estaban “demorados” en el casino de suboficiales. El ex policía afirmo que él, junto con otros compañeros, eran los encargados de vigilar a estos chicos. “Ellos nos pedían para ir al baño y nosotros los acompañábamos y luego los retornábamos al casino”. Con respecto a si en el destacamento se producían interrogatorio o si alguna vez había escuchado gritos,el testigo afirmó que nunca mientras él estuvo, sucedieron estas cosas.
Ante la pregunta del Ministerio Público Fiscal, de si conocía que tipos de tareas desarrollaba la Oficina Técnica, que se encontraba en el primer piso del mobiliario dijo que: “Rodríguez y Mazzaferri trabajaban ahí pero yo no tuve acceso, así que nunca supe lo que pasaba ahí”, aseguró, aunque paradójicamente, culminó su carrera en esa misma oficina a fines de los ‘90.
Debido a que el discurso de Contard fue muy pobre con respecto a el funcionamiento del destacamento en el que trabajo durante más de 23 años, ya que no pudo aportar ningún dato sobre el desempeño de sus superiores y las actividades que se llevaban a cabo en la delegación el querellante Rubén Paglioto solicito que se remita la declaración -en copia papel y video- para que se evalúe la posibilidad del delito de falso testimonio
Dellaguiustina Salvador fue el segundo en declarar. En su testimonio dijo que prestaba servicio en la guardia interna y al igual que el resto de sus ex compañeros que declararon hoy dijo haber visto a un grupo de jóvenes detenidos en el casino de suboficiales. “Si estaban en el casino todo el tiempo. Eran seis o siete” afirmo. El testigo dijo que todos estaban bien físicamente y negó que en el destacamento se practicara cualquier tipo de tortura.
A su vez Salvador, al igual que Contard, dijo no saber que tareas se realizaban en la oficina técnica ya que por su bajo rango él no podía acceder a ese lugar. Dijo que solo podían entrar a esa habitación los que trabajaban ahí que eran el subcomisario Ceballos, el oficial Mazzaferri y César Rodríguez.
En otra parte del testimonio el ex policía afirmó que “una mañana vi al jefe del Regimiento Schiller, en el destacamento de la Policía Federal. Fue al despacho del Comisario”. Más adelante, negó que haya estado a cargo de las guardias y descartó de plano haber participado en detenciones.
Luego de un cuarto intermedio quien se sentó ante el tribunal fue Héctor Pietrafesa quien ingreso a la delegación en 1975 como guardia y luego cumplió la tarea de chofer. Pietrafesa admitió la detención de un grupo de jóvenes durante julio de 1976 y al igual que los dos testigos anteriores dijo no saber los motivos por los cuales estos chicos fueron detenidos.
Con respecto a la Oficina Técnica que se encontraba en el primer piso también dijo que el acceso estaba restringido para el personal de su jerarquía y que allí se guardaban las memorias, expedientes reservados y los de las detenciones.
Con respecto al funcionamiento de este repartimiento dijo “La Oficina Técnica trabajaba las 24 horas, ya que si llegaba una orden de Buenos Aires a cualquier hora el procedimiento se tenía que hacer” y continuo “en la Oficina Técnica se hacía inteligencia al detenido lo subían a la oficina y luego lo volvían a la guardia”.
Con respecto a quienes realizaban estos interrogatorios Pietrafesa dijo que los interrogatorios eran realizados por los superiores y en ocasiones por personal de Inteligencia; entre ellos Rodríguez, Mazzaferri, otro oficial de apellido Rodríguez que lo apodaban Parche por una mancha que tenía en el rostro y el Cordobés, de que luego se supo que su apellido es Varela.
Pietrafesa afirmó que como chofer más de una vez le toco llevar a personas detenidas por el grupo de inteligencia y dijo “los que se hacían cargo de los detenidos eran
Rodríguez y Mazzaferri” y refirió “Rodríguez me pidió varias veces las llaves de los vehículos de la institución”. Con respecto a las tareas de inteligencia el testigo también dijo que:”la mayor parte de los operativos se hacían después de las 10 de la noche” y que tanto Mazzaferri como Rodríguez solían usar sus autos particulares para realizar las detenciones, un Dodge 1500 y un Ford Falcon celeste respectivamente.
Otro dato que se desprendió de la declaración de Pietrafesa es la relación entre las distintas fuerzas de seguridad de la ciudad. “Venia gente de otras reparticiones, como el jefe de la Policía de la Provincia, personal de la Gendarmería y el Ejercito” y continuó,” una o dos veces ví a personal de ejercito que traía detenidos al Ejercito”.
Con respecto a los detenidos dijo haber reconocido a Martínez Paiva ya que lo conocía de antes, y que con el paso del tiempo se fue enterando de quienes eran los chicos que estaban en el casino de oficiales por junio del 76.
Mario Miret trabajo en la guardia durante seis mese en 1976, pero aclaró que siempre se retiraba a las 19 porque en ese momento estaba cursando el colegio secundario. “Recuerdo a un grupo de chicos, que no los conocía entonces. Y a un señor (Mario) Maffei. Estuvieron en el Casino de Oficiales, dormían en sillas supongo, que era lo único que había y afirmó no haber notado ningún tipo de irregularidades con respecto al trato de los detenidos.
Finalmente, Ernesto Conrado Parlatto siguió la línea de sus antecesores con la escasez de datos brindados y las escuetas descripciones de las actividades de la delegación uruguayense.
La última audiencia de la semana está programada para mañana a las 11, en ella se espera los testimonios de personal del Ejército.

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