Causa Harguindeguy: El médico Rossi negó todo vínculo con la represión ilegal en Gualeguaychú pero su testimonio dejó dudas

En la continuidad del juicio oral y público en el que se investigan delitos de lesa humanidad producidos en la costa este de la provincia durante la última dictadura militar, y que se desarrolla en el reciento del Tribunal Oral Federal de Paraná, hoy se escucharon cinco nuevos testimonios.

En el marco de la reconstrucción de los hechos por el área Gualeguaychú producidos durante los años de plomo, el testimonio más esperado de la jornada era el del médico Marcelo Rossi, quien fuera vinculado con la represión ilegal en Gualeguaychú. A lo largo del proceso han surgido varios testimonios de victimas que señalaron al médico como amigo personal de Martínez Zuviría, segundo jefe del Regimiento de Gualeguaychú y uno de los militares más duros en aquellos años. Además, a Rossi se le adjudica ser propietario del terreno donde se encontraba “la Casita”. Según varios ex presos políticos un lugar ubicado cerca del aeroclub de Gualeguaychú y adonde eran trasladados para ser brutalmente torturados. Cabe mencionar que Rossi se desligo de estas acusaciones pero sin realizar un testimonio del todo convincente.

Área Gualeguaychú: corresponden a la última zona de la causa “Harguindeguy”, en la que se investigan las desapariciones de Oscar Alfredo Dezorzi y Norma Beatriz González; y la privación ilegal de la libertad seguida de tortura de Enrique Zapata, Héctor Rodríguez, Víctor Carlos Ingold, Félix Donato Román, Emilio Raúl Martínez Garbino y Jaime Gustavo Martínez Garbino. Por estos hechos se encuentran en el banquillo de los acusados: Albano Eduardo Harguindeguy, retirado como General de División del Ejército, fue ministro del Interior desde el 27 de abril de 1976 hasta el 4 de diciembre de 1980; el ex jefe del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindada II de Gualeguaychú, Juan Miguel Valentino; el teniente coronel Naldo Miguel Dasso, ex jefe del Regimiento de Caballería de Concordia; Santiago Kelly del Moral ex jefe de Sección en el regimentó de Gualeguaychú; y los policías Juan Carlos Mondragón y Marcelo Pérez. Cabe mencionar que por estos hechos también debería ser juzgado Díaz Bessone, que fuera el ministro de Planeamiento bajo la presidencia de Jorge Rafael Videla, pero que hasta el momento el tribunal no ha decidido si reincorporarlo o apartarlo definitivamente del proceso, luego de que se le realizaran varias pericias medicas.

El tribunal que lleva adelante la totalidad del proceso está compuesto por: Lilia Carnero, Noemí Berros y Roberto López Arango.

Marcelo Rossi: ¿Un testigo víctima o alguien que debería estar entre los acusados?

“Presté servicios en la Unidad Penal de Gualeguaychú del 77 al 81, cuando fui dejado cesante por el gobierno militar que me dejó al disposición del Poder Ejecutivo Nacional”, con estas palabras inició el médico de Gualeguaychú su testimonio. Rossi aclaró que entró como segundo del médico Roberto Altuna, quien estaba por retirarse.

José Candioti, uno de los representantes del Ministerio Fiscal, le pregunto al testigo si hubo, mientras él se desempeño como médico, presos por razones políticas en la UP Nº 2 de Gualeguaychú. Rossi respondió, “no, mientras yo estuve no”. Esta respuesta se volvió prácticamente un latiguillo, ya que el médico repetía que cuando él estuvo no hubo presos políticos hasta cuando las preguntas iban en otra dirección, dejando entrever su estado de nerviosismo.

“En la UP de Gualeguaychú hasta antes que yo llegara había presos a disposición de PEN. Pero cuando yo llegue no había presos políticos, creo que había sido trasladados al Chaco” explico el médico. Rossi aceptó que después del golpe la seguridad del penal fue reforzada y ante la pregunta de si había guardia militar dijo “no sé, cuando yo estaba no había internos a disposición del PEN”. Continuando con su testimonio el testigo dijo no saber si había algún tipo de relación entre las autoridades del penal y del Regimiento.

Con respecto a sus frecuentes visitas al Regimiento el testigo dijo que el criaba caballos de polo y “que iba al destacamento si había alguna actividad hípica”. También afirmo que a Martínez Zuviría lo conocía desde los 12 años y que lo unía una relación de amistad. En cuanto a que se le adjudicaba ser propietario de un terreno en las cercanías del regimiento, donde se encontraba “la Casita”, el testigo dijo que no era el propietario de ese terreno sino que le correspondían a otra persona con su mismo apellido.

En otro tramo de su testimonio Rossi narró cómo atendía a los presos y dijo que llevaba un historial clínico detallado. En este momento la abogada de la querella, María Isabel Caccioppoli, lo interpeló respecto a cómo sabía que no atendía a presos políticos. “El perfil era totalmente diferente. Usted sabe a lo que yo quiero decir” dijo titubeando el médico. Ante esta respuesta todas las partes se mostraron sorprendidas y Rossi no pudo ocultar su incomodad al tiempo que dijo, ya evidentemente exaltado: “es una apariencia. Hay diferencias en el trato, el léxico, la educación”. Lilia Carnero, la presidenta del tribunal, sacó a Rossi de este apuro ya que dijo que las preguntas no hacían al objeto de la investigación e inquirió que se le pregunte por los hechos de la causa.

Al final de su testimonio Rossi se presento como “víctima” de las fuerzas militares ya que fue detenido y cesanteado por una riña callejera, pero no pudo especificar los motivos por los que la Gendarmería lo detuvo.

Carlos Pereyra: Un pacto de silencio que se renueva

Fue jefe de la Departamental de Policía de Gualeguaychú, entre 1973 y 1976, si bien al principio de su testimonio se confundió y dijo que había prestado funciones solo hasta el 75. El funcionario policial negó que se realizara detenciones masivas a partir del Golpe y solo aceptó que una vez personal del Regimiento le trajo un detenido por razones políticas al destacamento policial que estuvo “menos de dos días”.

Pereyra reconoció que el único preso político que hubo mientras el prestaba funciones en Gualeguaychú fue uno de los hermanos Ingold. Luego de esto su testimonio pasó sin dejar ningún dato relevante a la causa pese a su alto rango en la fuerza de seguridad durante los años que se investigan los hechos.

Alberto Watters y Eduardo Pérez: ex conscriptos que vieron detenidos civiles en el Regimiento

Ambos realizaron el servicio militar en 1976 y señalaron que supieron de detenidos políticos en el Regimiento. Aníbal Watters comentó que Raúl Ingold permaneció unos diez días y que su padre le llevaban comida todos los días. Enrique Eduardo Pérez agregó que además de Ingold vio a uno de los hermanos Martínez Garbino, pero no pudo decir a cuál ni dar más datos al respecto.

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