Esta mañana se continuó con la etapa de declaraciones testimoniales en la causa 1960/10 en la que se investigan delitos de lesa humanidad ocurridos en C del Uruguay durante el último golpe militar. Por esta causa se encuentran imputados Albano Harguindeguy (como Ministro del Interior), Francisco Crescenzo (Oficial de la policía Federal Argentina), Julio César Rodríguez (suboficial en la delegación de Concepción del Uruguay de la Policía de Entre Ríos) y Juan Miguel Valentino (Mayor; jefe del Escuadrón de Caballería Blindada 2 de Gualeguaychú).
En la séptima jornada de declaraciones testimoniales la primera en declarar fue Catalina Gaitán esposa de Carlos “chupete” Valente. Con los testimonios de Gaitán se pudieron reconstruir los hechos acontecidos el 27 de julio de 1976. ”El episodio ocurrió en horas de la madrugada.
Entraron en mi casa un grupo de tarea, dos de civil y 4 o 5 con el uniforme de la Policía Federal y con armas largas. No presentaron ninguna orden judicial y la casa fue revisada. Esa noche se llevaron a mi marido”, continuando con su relato la testigo dijo, “Los que dirigían ese operativo eran Rodríguez (el moscardón) y Mazzaferri. En este momento Gaitán frenó su declaración para hacer referencia a un secuestro que había sufrido su marido con anterioridad.
“Una noche no me fue a buscar al trabajo y llegué preocupada a mi casa. Él llegó a eso de las 12 y media, muy afectado y muy golpeado. Lo habían levantado, encapuchado y llevado en proximidades a un puente. Ahí hicieron un simulacro de fusilamiento, lo interrogaron y luego lo largaron. La mañana siguiente nos levantamos y fuimos a hacer la denuncia a la Policía Provincial y ahí un efectivo que era conocido de mi marido le dijo: los que te levantaron fueron la patota de la Federal”.
Según el relato de Gaitán el segundo secuestro de su marido duró casi un año y medio, periodo en el cual paso por varios destacamentos de distintas fuerzas. En primera instancia pasó más de una semana en la Policía Federal de C del Uruguay, donde sufrió todo tipos de torturas a cargo principalmente de Mazzaferri (prófugo de la justicia) y Rodríguez.
Gaitán contó que cuando fue al destacamento de la Policía Federal, se entrevistó con el subcomisario Ceballos, quien le dijo que su marido “estaba retenido porque estaba poniendo en peligro la seguridad nacional”. Si bien permaneció incomunicado, en una oportunidad, cuando fue a llevarle comida, un oficial de apellido Castillo le ofreció ver a su marido. “Lo vi muy dolorido, la cara amoratada, sumamente emocionado. Me agarró fuerte la mano y me dijo ‘me están destrozando’”.
La esposa de Valente también contó que una noche que fue a llevarle la comida a su esposo fue interrogada por Rodríguez y Mazzaferri: “El interrogatorio fue muy banal. Seguramente, para ver más la circunstancia familiar”, evaluó. A su vez, subrayó que Mazzaferri era muy conocido en la ciudad y parecía tener “relación directa” con superiores, por afuera de la estructura de la Policía Federal.
Luego de unos días Gaitán se enteró que su marido había sido trasladado, pero no le informaron a donde. Llamó al Regimiento del Ejército donde el Teniente General Schiller le informó que a su esposo lo habían mandado a Paraná. “Tomamos el tren con Norma Morend, la esposa de Darío Morend, ya que a su marido lo tenían detenido junto al mío. Llegamos a Paraná y en el Regimiento nos trataron mal, nos dijeron que volvamos a Concepción del Uruguay, y que nos jodamos por casarnos con subversivos”.
Luego de eso Gaitán regresó a C del Uruguay donde luego de unos días le llegó un comunicado de Schiller que decía que a su marido lo iban a trasladar a la cárcel de Coronda. La testigo leyó ante el tribunal la nota que conservó como única esperanza de que su marido seguía con vida ya que Schiller le dijo que “guarde bien este papel, porque era la garantía de vida de mi esposo”. La mujer se enteraría más tarde que su marido estaba con vida en Coronda, a través de los familiares de otro entrerriano detenido en Coronda, de apellido Ramat. “Recién en enero me dejaron visitarlo en forma indirecta, fue una experiencia horrible, ver a una cola de familiares que iban a averiguar sobre el paradero de sus seres queridos. Había unos 200 presos políticos allá. En ese lugar lo tuvieron a mi marido hasta diciembre de 1977, cuando fue liberado”, recordó.
Luego de que declarara Catalina Gaitán, César Rodríguez uno de los imputados de la causa pidió al tribunal hacer uso de la palabra. El imputado alegó, es su declaración, que lo dicho por Gaitán con respecto al allanamiento de su casa, se contradecía con lo que testimoniara (en la etapa de declaración indagatoria) Valente con respecto al mismo hecho. Además afirmó que él nunca realizó ningún interrogatorio, por no encontrarse capacitado para hacerlo y remató “en la delegación nunca he visto la existencia de una picana y también niego el simulacro de fusilamiento porque ahí (en el destacamento) no se juega con las armas”. Cabe mencionar que Rodríguez solo hizo referencia a estos hechos en particular, por lo que no negó las detenciones ilegales y las prácticas de torturas de la que a lo largo de las audiencias los testigos lo señalan como uno de los máximos responsables.
Luego declararon dos ex agentes de la Policía Federal, Ernesto Bausero y Julo Chappella, quienes admitieron haber custodiado a los estudiantes secundarios que estuvieron en la Delegación Concepción del Uruguay en julio de 1978, pero dijeron no haber visto los signos de las torturas a las que eran sometidos. También dijeron que sabían de la existencia de una habitación en la que trabajaba Mazzaferri, pero que allí si hacían pasaportes y documentos y que no tenía ningún conocimiento de que allí se practicaran torturas.
Mañana se retomará la audiencia con el testimonio de tres policías que trabajaban en el destacamento de la federal en C del Uruguay. Dellguistina Salvador, Parlatto Ernesto, Pietrafesa Héctor. También declarará Lizarralde José, familiar de Felguer victima de secuestro y torturas ocurridos durante 1976 en la histórica.