Causa Harguindeguy: Dasso y Valentino solicitaron al Tribunal una audiencia para poder declarar antes del final del juicio

Como continua la causa “Harguindeguy y otros”:

El siete de noviembre se realizará la inspección ocular al Escuadrón de Exploración de Caballería de Tanques 2 de Gualeguaychú y a la Unidad Penal Nº2 de Gualeguaychú.

El inicio de los alegatos esta previsto para el 28 de noviembre. En primera instancia será el turno de los abogados querellantes, quienes tendrán 28 y el 29 para exponerse sus alegatos; el cinco y el seis de diciembre le tocará a los representantes del Ministerio Público Fiscal; y el 12 de diciembre se cerrará esta etapa previa a la sentencia, con los alegatos de la Defensa.

Hay que señalar que el Tribunal podría sumar una audiencia, seguramente antes de que arranquen los alegatos, ya que tres imputados pidieron hacer uso de la palabra. Se tratan de los ex jefes de los Regimientos de Concordia y Gualeguaychú, Naldo Miguel Dasso y Juan Miguel Valentino; y del ex policía de C. del Uruguay, Julio Cesar Rodríguez, alias el Moscardón Verde.

Por otro lado, ante la muerte del ex Ministro del Interior de Videla, producida este lunes; la Justicia deberá utilizar el artículo 59º del Código Penal, que prevé que la muerte del imputado es una de las causales que hacen extinguir la acción penal, y el 336 del Código Procesal Penal de la Nación, que dispone el sobreseimiento cuando la acción penal se ha extinguido. Cabe mencionar que por estos hechos también debería ser juzgado Díaz Bessone, que fuera el ministro de Planeamiento bajo la presidencia de Jorge Rafael Videla. Al ex represor se le realizaron varias pericias físicas y psíquicas para constatar si podía participar del proceso. A esta altura se espera que el Tribunal se expida al respecto el día de la sentencia.

Hugo Alejandro Galvani: “la próxima es un tiro en la cabeza”, me dijo Trimarco

El único testigo de la jornada que se presentó en el Tribunal Oral Federal de Paraná fue Hugo Galvani. Dio testimonio de dos detenciones de las que fue víctima. Una antes de que se produjera el golpe militar en 1975, en la que fue detenido en la ciudad de Salto, Uruguay. “Me detuvieron en la calle y me dejaron ir, pero al rato llegó una patota a la casa donde estaba. Me sacaron y me metieron dentro de una camioneta doble cabina, en el baúl. De ahí me llevaron al Regimiento de Salto”. Allí permaneció en un calabozo durante aproximadamente dos meses totalmente solo e incomunicado. El testigo afirmó que padeció varios interrogatorios muy violentos, en los que le preguntaban por la represa de Salto Grande y por algunas movilizaciones y paros de la Comisión Técnica Mixta (CTM).

Galvani dijo al Tribunal que luego de unos meses, una noche lo fueron a buscar a su calabozo, lo encapucharon y en una lancha de la CTM los pasaron a la costa argentina.
En Concordia fue llevado a un logar que no pudo identificar, pero dijo que era una casa alejada de la ciudad donde “se oía el ruido de una bomba”, allí estuvo solo por varios días. El testigo dejo que en ese lugar no sufrió tormentos, pero que en una oportunidad le gatillaron un arma en la sien. Luego de ahí pasó al Regimiento donde compartía cautiverio, en una de las cuadras, con unos “60 o 70” presos políticos.

Continuando con su relato Galvani afirmó que luego de estar en el Regimiento de
Concordia fue trasladado en un colectivo, junto con otros presos, a la Unidad Penal de
Gualeguaychú, a donde fue trasladado junto con José Durantini. Cuatro o cinco meses más tarde fueron llevados a la cárcel de Coronda, Santa Fe, en un procedimiento a cargo del Instituto Penal Federal. El testigo recordó aquel procedimiento por la violencia con que los trataron. “Nos subieron encapuchados al avión y nos esposaron a unas cadenas que había en el piso. Había gente que tenía costillas quebradas, llegamos llenos de hematomas, fue un viaje muy duro” graficó.

Luego de su detención en la cárcel de Coronda, Galvani fue llevado al Comando de Paraná. Galvani recuerda que tuvo una entrevista con en entonces General Trimarco que nunca pudo olvidar. “Me dijo que me iban a dejar libre, pero que recuerde que ‘la próxima me esperaba un tiro en la cabeza’”.

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