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Casualidad Sospechosa: Vecinos de Los Charrúas padecerían afecciones de tipo inflamatorio en coincidencia con períodos de fumigaciones aéreas

Según la profesional, sus pacientes dan cuenta de que anteriormente “todos estos campos pertenecían a pequeños productores que vivían de su trabajo rural, pero sus descendientes se han mudado a grandes centros urbanos y han optado por arrendar sus propiedades que se utilizan, en mayor parte, para cultivos de soja.”
“Para ser rigurosos científicamente, no estoy en condiciones de aseverar que estas afecciones sean producto de las fumigaciones, pero el conjunto de signos y de síntomas no permiten inferir que se traten de enfermedades infecciosas. En cambio, sí parecen corresponderse con alguna causa externa física o química. Los pacientes que han venido a verme cuentan que estos problemas se manifiestan en coincidencia con los períodos de fumigaciones aéreas”, expresó la doctora.
“Esta población rural, de generaciones que oscilan entre los 55 y 60 años, que conocen como único medio de vida su trabajo en el campo, vienen presentando síntomas irritativos recurrentes. Insuficiencias respiratorias bajas y sensaciones de irritación ocular persistentes”, explicó la doctora Díaz.
Pero esto no parece ser todo, según la profesional, los pacientes también han manifestado su preocupación por la muerte de viejos eucaliptus que rodean los cascos de sus campos, muerte de su producción apícola y pérdida de colmenas enteras. “Se nos está envenenando el campo: ¿De qué vivirán nuestros nietos?”, dijo la doctora al intentar transmitir otras de las inquietudes que llevan sus pacientes al consultorio. “Temen por sus tierras, por su aire y por su agua”, dijo.
“Otro de los problemas a los que se enfrentan estas personas es que carecen de los medios intelectuales o del conocimiento eficaz para presentarse ante una autoridad comunal. Se pierden en la maraña de las secretarias, atribuciones y dependencias, y se sienten en fin desprotegidos, ya que los propietarios de sus campos linderos no son ya un vecino con quien conversar, porque no viven al lado”, finalizó la doctora Graciela Díaz.

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