“Hallamos dos marcas que asemejarían, que serán motivo de peritación por los expertos, en la zona donde sostiene Toledo que efectuó el disparo, que tendría aspecto a simple vista de un roce de proyectil de arma de fuego con una amplitud de un centímetro que es aproximadamente la circunferencia del proyectil”, dijo Briceño a Radio Ciudadana (Fm 89.7).
De todas formas, para el letrado, el hallazgo “no es relevante” dado que ya quedó establecido el alargamiento longitudinal de la bala y la autopsia reveló que la herida no es típica de las heridas de arma de fuego sino que es más bien semejante a un desgarro de 3 centímetros la de un proyectil que pierde dirección e ingresa de forma lateral (“de lado”) en el cuerpo de la víctima. De cualquier forma, fue a controlar la prueba dado que el fiscal ordenó la producción de la misma.
“Refuerza la idea de que la imputada disparó al suelo, por eso el aplastamiento, la deformación y por eso el proyectil no ingresa en forma directa”, dijo. “De esa forma quedan desmentidas un par de personas en la causa que dicen que le apuntó directamente al pecho”, dijo.
Briceño dijo que la agente disparo al suelo evitando que la bala impacte en quienes tenia a la vista. “La estaban cercando u constituían un peligro. Fue un disparo desgraciado con resultados no queridos porque esta persona estaba a 77 metros del lugar, si bien había participado activamente de los incidentes y había quedado herida en la cabeza”, dijo.
En cuanto a la trayectoria del disparo dentro del cuerpo de la víctima, no fue de abajo hacia cabría como cabría suponer de una bala que proviene del suelo. Briceño dijo que cuando el proyectil rebota pierde dirección y puede agarrar para cualquier lado. Y, en este caso concreto se desplaza levemente de arriba hacia abajo, y la explicación del letrado es la diferencia de altura entre la posición de la víctima, ubicado en una zona más baja, y la agente de policía, en otra más elevada.