El juicio comenzó con la exposición del fiscal Aníbal Lafourcade. “La fiscalía tardó nueve horas en allanar la casa de Marsicano”, indicó. En ese sentido, recordó que se dejó guiar por el “olfato” de su colega Mario Guerrero a las seis de la tarde del mismo día, 3 de mayo de 2013, en que se cometió el hecho le aconsejó que pidiese autorización al juez para allanar la vivienda.
En tal sentido, recordó que encontraron astillas en el cuerpo y lesiones en los brazos que fueron corroboradas por los médicos policiales. Esas marcas son compatibles con los raspones que se habría ocasionado al momento de romper un placard donde había dinero oculto.
Asimismo, recordó que el dermotest dio positivo en la mano izquierda del acusado, se secuestraron balas calibre 32 y astillas en una camisa que trató de esconder en momentos en que se produce el allanamiento. Lafourcade también recordó la existencia de filmaciones a altas horas de la noche que los muestran juntos a Marsicano y Rosatelli saliendo de la casa del primero.
Para el fiscal, Marsicano aprovechó que Rosatelli estaba durmiendo y con un alto grado de ingesta de alcohol, y le efectuó un disparo en la zona de la nuca provocándole la muerte instantánea para luego desapoderarlo de $ 100.000 y US$ 40.000.
Para el fiscal se trata de un “homicidio calificado”. El abogado querellante, Marcos Rodríguez Allende, suscribió a lo manifestado. En cambio, la defensa planteó que se está ante un caso de “homicidio culposo”.
El primer testigo fue Sergio Rosatelli, hijo de la víctima, quien se enteró del deceso a través de la ex esposa de Marsicano, Silvia Rosatelli. “A los gritos me dice ‘lo mataron a tu viejo; lo mataron a Miguel, le robaron la camioneta’. Roberto lo encontró y está con una crisis de nervios”, recordó. De inmediato lo llamó a Marsicano quien le informó que le habían pegado un tiro en la nuca “totalmente tranquilo, ninguna crisis de nervios como me habían comentado”, acotó.
De la misma forma, sostuvo que el acusado le dijo “'en que quilombo me van a meter ahora que yo lo encontré'”. Rosatelli hijo le dijo que se quedase tranquilo. Y ahí le pregunta “¿Llamó a Casa Dri?”. “No pará, lo tiene que ver el forense, los médicos de la Policía”, le respondió Sergio. Y aseguró que tres veces Marsicano le preguntó sobre si tenía que llamar a la casa velatoria.
Al llegar a la casa del padre, vuelve a preguntarle al acusado que había pasado. y la respuesta fue que habían comido y tomado unos vinos en un restaurante céntrico y que a las 12 de la noche lo había dejado en su casa y se había ido. “Y se vio en todos los videos que se fueron ellos. Esa fue la primer mentira”, dijo el testigo.
El hijo fue interrogado en ese momento por el fiscal donde aguardaba dinero su padre. Y respondió que lo ocultaba en un espacio de 3 centímetros de alto entre la parte superior de un ropero y un cielorraso. “Ahí guardaba en fajitos dólares y pesos”, señaló. Y calculó que tenía cerca de $ 100.000 y “más de US$ 40.000 seguro”. También mencionó que para sacar el dinero había que romper el techo del ropero.
Más adelante, sostuvo que conversó nuevamente con el acusado quien le dijo que le habían hecho la prueba de la pólvora. “Me va a dar positivo porque fuimos a cazar”, le confesó. Pero el hijo de Rosatelli dijo que su padre no cazaba nunca. “Otra mentira más”, indicó. De la misma forma, atestiguó que el vínculo entre Marsicano y su padre en los meses previos era excesivo.
Por otra parte, señaló que su padre no confiaba en los bancos y por eso tenía sus ahorros guardados en la casa. “No quería saber nada con los bancos”, dijo. Incluso, mencionó que su método de ahorro era comprar propiedades. “Ahorraba dólares y compraba una casa o unos departamentos o unos galpones o lo que fuere para que eso le quede de alquileres. Mi viejo tenía 11 alquileres al momento del fallecimiento para vivir tranquilo”, indicó.
Posteriormente fue el turno de la hija, Valeria Rosatelli. La mujer recordó que el padre le había indicado el escondite donde estaba guardado el dinero ante cualquier eventualidad y que debía sacar los fajos con un fierro que estaba oculto también. De la misma forma, dijo que en la habitación sólo estaba roto el techo del ropero donde se escondían los ahorros.
Asimismo, admitió que era probable que Marsicano supiese donde estaba el dinero. “Mi papá le tenía mucha confianza o no sé, tal vez estaba tan vulnerable en el último tiempo. Lo quería como un hermano porque estaba todo el tiempo con él. Y él, al estar de bajón, Marsicano lo sacaba a comer o salían. Supongo que sabía porque todo el tiempo se veían”, dijo la testigo. De la misma forma que su hermano, señaló que el dinero estaba guardado en la vivienda porque “no confiaba en los bancos”.
Avanzada la audiencia, llegó el turno de Sergio medina, médico policial que revisó esa mañana al acusado en la comisaría de Camba Paso. Lo encontró con aliento etílico y excoriaciones (raspones) en los miembros superiores. A la tarde volvió a revisarlo junto con otros profesionales y encontraron una astilla de madera en el tórax. Por último, indicó que no se le realizó una extracción de sangre a pesar del aliente etílico porque no le fue ordenada por las autoridades judiciales.
Luego atestiguó el médico forense Ricardo Alegre quien graficó la forma en que fue encontrado el cuerpo de la víctima. Estaba ubicado del lado derecho de la cama, estaba vestido y recostado sobre su lado derecho, había un gran desorden en el cuarto y habia un ropero roto. Luego explicó que el proyectil que la causó la muerte ingresó por la región occipital y por poco no salió del otro lado del cráneo. Para el profesional, la muerte lo sorprendió a Rosatelli dormido dado que no hubo desplazamiento alguno del cuerpo.
El último testigo fue un oficial de policía que encabezó el allanamiento a la casa del acusado. Para ese momento, Marsicano había pedido permiso para retirarse y sólo quedaron sus abogados. Según dijo el policía, lo primero que el acusado hizo al entrar fue manotear una caja que quiere abrir, movimiento que impidieron. Luego sostuvo que tomó una camisa que estaba en un sillón y la arrojó en una entrepieza o antebaño. Más adelante dijo que secuestraron cartuchos, uno de ellos percutado, un rifle, cargadores 9 mm. y un revolver calibre 38. E indicó que en otro sector de la casa encontraron una cantidad importante de dinero, pesos y dólares, en una bolsa. Para el testigo, era como que “lo habían dejado de apuro”.
Uno de los abogados defensores de Marsicano, Martín Clapier, dijo que Marsicano se fue en plena audiencia porque no tiene la capacidad cognitiva para estar en juicio. “Quedó evidenciado que es una persona inestable y que es muy difícil de manejar. Ustedes que lo han entrevistado se dan cuenta de que las capacidades de él son diferentes a las de las demás personas. Fue lo que se planteó pero lamentablemente el tribunal no lo pudo avizorar”, argumentó.
En tanto, el otro defensor, José Ostolaza, dijo al finalizar la audiencia dijo que era apresurado sacar conclusiones de la primera jornada. “Es muy prematuro todo, recién terminó”, indicó.
Mañana, a las 8.30, proseguirá el juicio con la comparecencia de más testigos como peritos policiales de Paraná. Ostolaza sostuvo que estaban dialogando la posibilidad de terminar con todos los testigos mañana, a pesar de que se había propuesto que las audiencias se celebren hoy, el jueves y viernes, para pasar a los alegatos la semana próxima.
Pericia denegada
A primera hora de la mañana, el tribunal escuchó a las partes alegar sobre la capacidad conitiva del acusado. Para Ostolaza, su conducta no se condice con la de una persona que se desempeña normalmente en la vida. Y fundamentó que hay un deterioro en la percepción de la realidad como consecuencia de un problema de adicciones. Además citó informes del director de la Alcaldía Policial y de policías que se encargan de su custodia que señalaron duerme todo el día, está tirado en el piso, en estado de suciedad y abandono, delira y sostiene que es perseguido por los demás presos cuando las cámaras de televisión muestran que eso no sucede.
En cambio, el abogado querellante, Marcos Rodríguez Allende indicó que se trata de otra “puesta en escena” para evitar el juicio oral. Además sostuvo que ya se hizo una pericia que demuestra que está en condiciones de comprender el hecho por el que se lo acusa. Y que el objetivo del acusado es dilatar la iniciación del juicio para lograr la excarcelación o la prisión domiciliaria atento a que hace un año y medio que se encuentra confinado en el sistema penitenciario con prisión preventiva.