
El fiscal explicó que no es la primera vez que se juzga a un médico por mala praxis pero sí, a diferencia de las otras, no se lo juzga por imprudencia. En esos casos, llegan en libertad al proceso porque enfrentan una pena máxima de cinco años. En cambio, por homicidio simple puede recibir una sentencia de hasta 25 años. «No es que no haya habido nunca un médico imputado, sino que lo bastante atípico es que se lo impute por dolo», dijo.
«La mayoría de las veces cuando un médico hace algo mal y se le muere un paciente se lo imputa por imprudencia, pero acá, en este caso, yo y la jueza de Buenos Aires también lo imputa por dolo eventual», remarcó.
En efecto, el homicidio culposo contempla penas de uno a cinco años de prisión e inhabilitación especial, en su caso, por cinco a diez años. Esa figura se da si el profesional por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión, o inobservancia de los reglamentos, o de los deberes a su cargo le causa a otro la muerte, según publicó Iprofesional https://www.iprofesional.com/legales/296870-responsabilidad-tribunales-procesal-Mala-praxis-medica-que-aspectos-legales-se-toman-en-cuenta.
Un ejemplo de condena por homicidio culposo fue el que recibió el profesional que el 6 de febrero de 2018 le practicó una video endoscopía de rutina a la periodista Débora Pérez Volpin, quien perdió la vida. El juicio oral por su muerte concluyó con una condena a tres años de prisión en suspenso del endoscopista Diego Bialolenkier, por homicidio culposo.
Pero en este caso, hay varios agravantes: el médico actuó en la clandestinidad, en un lugar no habilitado sin matrícula, ni personal idóneo ni aparatología adecuada, ni especialización. «Él no es especialista en cirugía estética, sino que tiene un cursito en la (Universidad) Siglo XXI. En todo ese cuadro de situación había un gran riesgo de muerte y actuó igual sin importarle nada», indicó. Si hubiese estado operando en una clínica adecuada con personal capacitado y un quirófano habilitado, con las cuestiones de bioseguridad presentes, sería otra la situación judicial.
Pero además tiene otras seis causas más por lesiones graves. Si a eso se le suma el homicidio por el que está detenido en Buenos Aires «puede llegar a terminar muchísimos años preso» y la desobediencia judicial ya que sobre él pesaba una imposibilidad de ejercer como cirujano plástico. Sólo podía ejercer como médico generalista o cirujano, pero no plástico. «No podía realizar ninguna intervención estética y es lo que hizo; una liposucción allá igual que acá», dejó en claro. «Está recontra complicado, en el peor momento de su vida. Por lo menos en lo que hace a la Justicia», sostuvo Núñez.
Ojeda, al igual que dos enfermeras, será juzgado el 1° de noviembre por un tribunal integrado por Ives Bastián, Raúl Tomaselli y Constanza Ortiz. A diferencia del médico, las auxiliares, Romina Duraez y María Jesús Zárate, llegarán en libertad al proceso.
Sobre Ojeda pesaba una prohibición de realizar cirugías estéticas desde la muerte de Iris Amaro, una mujer de nacionalidad uruguaya.
La audiencia de ayer se realizó sin la presencia física ni virtual del imputado. Ojeda no quiso estar presente de manera virtual. Sí estuvo, a través del sistema de videoconferencias, el abogado defensor Oscar Bacigaluppe.
El médico concordiense está detenido en la Comisaría 11 A de la Capital Federal, pero esperaba que se libere un cupo en alguna cárcel de Buenos Aires. «Esa información es del jueves pasado. No sé si ya lo han trasladado, pero va a estar en una unidad penitenciaria de Buenos Aires», recalcó. La magistrada que interviene en esa causa es la titular del Juzgado en lo Criminal y Correccional N° 45, Ángeles Gómez Maiorano.
Núñez no sabía que sucedería si hipotéticamente le otorgasen la libertad condicional en Buenos Aires. «Acá solamente necesitan que venga en noviembre para el juicio. No creo que le den la libertad allá tampoco», indicó.