En efecto, luego de la Audiencia de partes, el juez de Garantías decidió continuar con la misma carátula en esta causa, esto es, el grave delito de secuestro extorsivo, sin embargo, concedió a los autores de tamaña acción el derecho a seguir el juicio bajo la prisión domiciliaria.
Según la interpretación que el abogado de los detenidos hizo ante DIARIOJUNIO, el juez Garrera Allende no pasó por alto los supuestos atenuantes a este grave delito.
En primer lugar, dijo Briceño, el juez debe haber computado la relación de amistad que hubo entre ambos, esto es, entre el principal autor del delito, Guillermo Secolare y Daniel Ojeda ; luego habrá tenido en cuenta que el auto de alta gama que originó este culebrón (donde se denuncia que hubo un intento de mejicaneo por parte de Ojeda contra Secolare), estaba destrozado, solo funciona con la marcha atrás, la caja de cambio está rota y encima chocado.
Así, continuó Briceño, el juez debe haber comprendido el estado de violencia moral que produjo Ojeda a su victimario, luego de no responderle los llamados, esconderle el vehículo, no pagarle la deuda, ni responder la carta documento.
Asimismo dijo, a Garrera Allende no se le habrá pasado por alto que no se utilizaron armas en ese secuestro y que Secolare reconoció que se le fue la mano y que estuvo mal.
Briceño relató lo que a su entender fueron las mentiras de Ojeda ya que, dijo, a un secuestrado no se le permite llamar desde su celular y él lo hizo pese a que antes había afirmado que sus captores le habían robado el celular y le habían tirado el chip por la ventana del auto.
Lo que al parecer habría quedado demostrado, según Briceño, es que Ojeda llamó al dueño del galpón en el que estaba escondido el Alfa Romeo, desde su celular a las 17,02 hs. en ese momento le habría dicho que ya había arreglado la devolución del vehículo.
Por último, agregó que el vehículo tenía solo 10 mil kilómetros y era del año 2012.
