Caso Milton: el único policía imputado aseguró que disparó al aire

Bentancur (tenía 4 meses de antigüedad en la Policía y anteriormente había servido en el Ejército durante tres años) recordó que ese día estaban repartiendo citaciones en el móvil policial cuando fueron alertados por el Comando de un intento de robo en la plazoleta Islas Malvinas. Cuando arriban al lugar encuentran a “4 masculinos en la vía” y un Peugeor 504 blanco que habría sido víctima del robo. Uno de los menores, Agustín Benítez, tenía pedido de captura. Cuando los menores advierten la presencia de los policías, comenzaron a correr. Lo extraño es que un móvil del comando se había retirado segundos antes sin intentar detener a los presuntos autores del robo o a Benítez.
Cuando comienzan a correr, el cabo Pedro Ramírez da la voz de “alto policía” y efectúa disparos al aire. Los menores se pierden en la oscuridad de la cortada y Bentancur aseguró que escucho detonaciones de armas y fogonazos provenientes desde esa dirección. En consecuencia, efectuó dos disparos intimidatorios, «de advertencia; a media altura».
El abogado querellante de los Esquivel, Juan José Bukténica, le preguntó si cuando quieren detener a alguien les disparan por la espalda. La observación fue objetada por uno de los defensores, Darío Perroud, quien además le pidió a Bentancur que especifique que significa “a media altura” y el policía extendió hacia adelante su brazo izquierdo en un ángulo de 45 º. Por lo tanto, según sus palabras, se deduce que no pudo haber sido el autor del disparo mortal. En tanto, dijo que Ramírez también disparó en dos oportunidades, una al aire y otra no sabe donde. Mientras que Roberto Villalba, el tercer policía, quedó a sus espaldas.
María Ester González, la madre de Milton, recordó que estaba sentada en el patio de la casa de su hermano. Iba a visitar a un pariente con Milton y otro de sus hijos, y se quedó charlando. Posteriormente escucha ruidos de pasos, como “que alguien estaba disparando” y disparos de armas de fuego. Sólo atina a cubrirse.
Los dos policías, al llegar al final del callejón -según Bentancur-, escuchan disparos a sus espaldas. Posteriormente, bentancur observa a uno de los menores que corría, lo persigue y lo atrapa cuando quería saltar un alambrado. Cuando vuelve con el menor esposado -según el uniformado tenía un arma de fuego- observa a un montón de personas en evidente estado de nerviosismo. “No entendíamos nada de lo que había pasado”, aseguró.
Quien si sabía lo que había pasado era el padre de Milton, Ricardo Marcelo Esquivel. Estaba en su hogar, ubicado al final de la cortada, “cocinando en una cocina de madera” cuando escuchó tres “portazos”(aclaró que se trataba de la puerta de un auto). Miró por la ventana del frente de su casa y vió a los policías descendiendo de la patrulla. Inmediatamente, sintió los estampidos de armas grandes, que atribuyó a los policías porque no observó a nadie corriendo ni escuchó otras detonaciones que podrían provenir de armas de menor calibre. Además, aseguró que los policías disparaban apuntando hacia adelante. “Le pegaban a lo que encontraban en el camino”, sostuvo.
Cuando observa a los policías que pasan corriendo frente a su casa, le pide que no disparen. “No tiren que están mi hijo y mi sobrino”, les dijo Esquivel. Pero ya era tarde porque González, segundos después de los disparos, piensa que estaba “transpirando”. Pero al fijarse que era lo que le pasaba, se dio cuenta de que su propio hijo estaba todo “ensangreteado”. Entre sollozos, rememoró que su cuñado se lo arranca de sus manos y se cruza a lo de los Esquivel.
El padre de Milton ve que desde la casa de enfrente se acerca su cuñado con el bebé ensangrentado en sus brazos. Piensa que se trataba de su sobrino, pero se quebró en lágrimas cuando recordó el momento en que se dio cuenta que era su propio hijo.
“H.. de p…, vos me mataste a mi hijo, vos me llevás”, le dice al único policía que había quedado con el móvil, Villalba. Finalmente llegó al hospital Carrillo con el hijo muerto en sus brazos. Los dos policías restantes esperan que vuelva el móvil mientras los vecinos les arrojan cascotes, según el implicado. Cuando llega Villalba, se arrojan con el detenido en el patrullero y se alejan del lugar.
Aún quedan 15 testigos que deben prestar declaración. Esta tarde, a las 17:30 hs., se reanuda la audiencia con algunos de ellos, entre quienes se encuentran los dos policías que fueron sobreseídos por el juez de instrucción, Marcelo Garay, familiares y vecinos de los Esquivel.

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