Como ya había adelantado DIARIOJUNIO, las partes discutieron esta mañana sobre dos hechos diametralmente distinto, pero estaban hablando del mismo. Por un lado La Fiscalía y la Querella, sostuvieron la acusación de que una patota había agredido a López, hasta dejarlo sin posibilidad de defenderse, y en ese interín Gigena habría aprovechado para darle muerte de dos puñaladas. Para la parte acusadora, todo fue planeado, porque López había recuperado para un vecino, la caja de herramientas que había sustraído “Zorrito” Vidal, un joven de unos 20 años amigo de los imputados.
La postura de la defensa fue bien distinta: Para los defensores, López venía alcoholizado (cosa que prueban las pericias) corriendo a zorrito Vidal con un cuchillo, y Carina Ventos salió a defender al joven. Ese día era el cumpleaños del hijo de la mujer, y su marido Maximiliano Gigena estaba haciendo el asado. Ventos intenta frenar a López pero –según la versión de la defensa- éste reacciona intentando golpearla y Ventos cae al suelo. Desde allí le arroja un palo que toma del piso que le pega en la frente. Entonces pide ayuda “vengan” grita la mujer.
Llega Gigena, y se trenza en lucha con López para quitarle el cuchillo y en esa pelea logra sacarle el arma blanca pero López se resiste golpeándolo con los puños. Gigena tira dos puñaladas sin mirar, con la cara hacia abajo para no recibir golpes, y en ese momento le produce el mortal puntazo.
Su defensor, Eduardo Garay, asegura que “si López hubiera tenido los brazos hacia abajo, le hubiera cortado el brazo, pero lamentablemente para ambos, López tenía lso brazos levantados porque estaba golpeando a Gigena”
Esta otra hipótesis del hecho encuadra con los datos objetivos de la autopsia y el testimonio de tres testigos del hecho, además de los del propio imputado Gigena y familiares. Antes de desplegar este alegato, el defensor de Ventos, Alejandro Giorgio, señaló una serie de contradicciones que desbarataban por completo los testimonios de varios testigos, total o parcialmente, por contradicciones entre si, y también por no tener sustento en la prueba objetiva, tanto del terreno como de las lesiones que el forense señala del cuerpo de la victima.
“La fiscalía necesitaba correr el lugar de los hechos hasta la esquina para que fuera posible introducir otros testimonios”
Con este cuadro, los defensores solicitaron la absolución para los tres imputados, con variantes subsidiarias de penas morigeradas para Gigena, en el caso que el tribunal no hiciera lugar al primer planteo.
Debido a que la defensa solicitó previamente la cesura del juicio en esta instancia. Solo se discutirán pretensiones de pena, una vez que el tribunal determine responsabilidad que les cabe a los imputados por el hecho que se ventila.