El juez Carbonell le atribuye a Quitalita la muerte de su hijo, Arturo Gustavo Marcelo Gottig, un bebé de 13 meses de edad que falleció el 27 de febrero de este año en circunstancias que aún se investigan “El juez entiende que las lesiones que presenta la criatura fueron causadas por malos tratos y habrían producido el deceso”, dijo el defensor.
La procesada seguirá detenida en la comisaría del Menor, donde se encuentra recluida desde el 16 de abril, hasta que se resuelva el recurso de apelación que Funes Palacios presentará a la Cámara Penal de Concepción del Uruguay. Se estima que la resolución tardará no menos de dos meses.
El cadáver presentaba fractura de cráneo occipital, de clavícula, de húmero, del hueso ilíaco, de costilla a nivel de la once flotante, todas del lado izquierdo. También tenía quebrada la tibia y el peroné de la pierna derecha y el cúbito. La información fue suministrada por el defensor oficial, porque, increíblemente y a pesar de tratarse de información pública, desde el Juzgado de Carbonell se negaron a confirmar, siquiera, si el magistrado había tomado una resolución sobre el caso.
Funes Palacios aseguró que no pedirá un sobreseimiento sino una falta de mérito. “Basamos este recurso en que científicamente no se encuentra probada la causa de la muerte de la criatura. Y para dictar un procesamiento y una prisión preventiva, es necesario contar con pruebas científicas que acrediten una relación causal directa entre las acciones realizadas por la madre sobre el cuerpo de su hijo que le hayan provocado la muerte”, explicó.
Dudas sobre el caso
Para el defensor oficial, el Juez se basó en indicios basado en una hipótesis elaborada por los médicos forenses debido a la gran cantidad de lesiones que presentaba el cadáver. “Lo que no nos dicen los médicos forenses en su informe autópsico es de que se murió”. Los órganos del cuerpo fueron enviados a Paraná para un análisis anatomopatológico cuyos resultados aún no fueron dados a conocer. “No tenemos causa de la muerte por el momento”.
La otra incógnita que Funes Palacios establece es el momento en que se produjeron las últimas fracturas. “Hay fracturas viejas, del brazo y la clavícula, que son de fácil comprobación porque a través de la radiografía se ve el crecimiento de osteoblastos en la zona de las fracturas. Esas fracturas fueron en vida y estaban en proceso de consolidarse”, indicó. Gottig se había caído de una cama tiempo atrás.
Si bien hay una segunda caída de otra cama, cuando se la encuentra descompuesta a la criatura, que podría haber provocado las restantes fracturas, “no lo sabemos fehacientemente”, dijo el defensor.
“No hay una explicación de que las fracturas se hayan producido en vida, y, si fueron hechas en vida, que haya puesto en riesgo la vida”, explicó Funes Palacios, para quien las fracturas pudieron haberse provocado post-mortem, por un maltrato al cadáver.
El defensor oficial profundizó las dudas existentes sobre el caso. “No tenemos que olvidarnos que fue un cadáver que estuvo en una sala de primeros auxilios, después fue trasladado a una morgue, estuvo en un ataúd, empezó su proceso de descomposición, después fue sacado de ese ataúd. Estamos hablando de una criatura de 12 meses. No nos tenemos que olvidar tampoco que fue sometida a tratamientos de reanimación, esto es, en el tórax, y aparecen fracturas intercostales. Tampoco podemos saber si hubo alguna de carácter culposo”, dijo.
Otra estrategia de la defensa será probar que no hay testigos que acrediten haber observado las múltiples fracturas cuando Arturo Gottig estaba con vida. “Tanto los familiares de Quitalita, como las dos enfermeras que lo atienden como las otras que observan el cadáver como el director de la sala de Primeros Auxilios e incluso el Dr. Mauro, médico policial con formación forense, ninguno observa lesiones. Una fractura de caderas es fácil de detectar. A la defensa le llama la atención que toda esta gente no haya vistos estas lesiones que llaman la atención en la radiografía por el nivel que tenían”.
El médico policial
La situación del Dr. Raúl Mauro, quien certificó que el fallecimiento se produjo por “muerte súbita” -según Funes Palacios sin ningún tipo de dudas- está comprometida debido a que se pidieron testimonios sobre su actuación. “Los testimonios dicen que el médico ha incumplido con sus deberes por no hacer una autopsia. Pero ha hecho un diagnóstico. No siempre es necesario hacer una autopsia”.
También se investiga si no incurrió en una adulteración de instrumento público, por el certificado de defunción que habla sobre una muerte súbita. “Creo que la conclusión de la autopsia puede arrojar luz sobre esto”.
Un último elemento que planteará la apelación es la ausencia de testimonios que certifiquen malos tratos de la procesada hacia sus hijos. “Los únicos que suponen malos tratos son los del padre de la criatura, pero él deja a la criatura seis meses sin acercarse ni tener contacto con la madre, ni tampoco pasarle alimentos, por lo que su conducta en sí es un maltrato. La otra persona es la madre de Quitalita que se basa en dichos pero que no tienen muchos sustentos. Es muy endeble”, dijo el defensor.
Con todas las dudas existentes, Funes Palacios no descartó que el fallecimiento haya sido provocado por la segunda caída. “Desde los primeros meses de vida hasta los cuatro años, las lesiones por caídas de distintos lugares son la segunda causa de muerte en los chicos”, argumentó.