“La Policía tuvo mucho que ver acá porque cuando Gisela se perdió; cuando empezaron a difundir la foto de ella era Jessica López. No era Gisela como la buscaban”, mencionó. “Le erraron feo el nombre de un ser humano que se estaba buscando el paradero. Fue la punta del hilo como para empezar a hacer más las cosas como la hicieron”, dijo.
El hermano de la joven asesinada en abril de 2016 dijo que desconfiaba de la policía y de los jueces que intervinieron en el caso. Además dijo sentirse invadido por el dolor y consumido por dentro. Pero, al mismo tiempo, dijo que debía mantenerse fuerte por Gisela.
“Estas personas no serán muy bien recibidas en Santa Elena. Me enteré que están armando un fuerte operativo para recibirlos por decir de alguna manera pero creo que son personas no gratas y no las quieren”, señaló el hermano.
Más adelante, el hermano dijo que su testimonio coincidió con lo señalado por Heredia, una chica que declaró luego, y otra chica de apellido Jacobi. “Los tres hablamos de la misma persona, exactamente de la misma persona. Creo que eso era algo contundente, yo fui contundente con mi declaración y lo voy a seguir siendo. Nunca mentiría ante la Justicia”, indicó.
Gabriel explicó que la cruzó en dos oportunidades y se ofreció a llevarla pero la joven se negó haciéndole un gesto con la cabeza. “Veo a una persona atrás de ella y cuando la vuelvo a mirar se tapa la cara con una campera. Era piel negra, pelo negro, contextura delgada, 1,70 (metro de altura), zapatillas blancas con detalles verdes, campera negra”.
