Caso Fernanda : Monzón denunció que a los golpes la policía le pedía “inventa algo, decí algo”

Raúl Monzón, primo de Miguel Lencina, estuvo detenido acusado de ser partícipe primario del secuestro de Fernanda Aguirre, por haber facilitado un arma a Lencina y un Dodge 1.500, además de brindarle alojamiento en su casa, junto a Mirta Analía Cháves. De manera que el juez de primera instancia interpretó que sin esa ayuda no podría haberse llevado a cabo el secuestro de la menor ocurrido el 25 de julio.

El encuentro

La Justicia sólo pudo determinar que Lencina pasó la noche efectivamente en la casa de su primo. “Yo lo conocía (a Miguel Lencina) porque mi mamá solía visitar a la hermana de Lencina cuando éramos chiquitos. Contacto familiar con ellos no teníamos”. Esa noche, en la zona de la terminal de ómnibus “me llama mi hermana como dos o tres veces, le hice señas como diciendo dejate de joder, después me acerco y le pregunto qué estaba haciendo, y me dice: ‘Estoy con Miguel’”.
“Qué grande que estás, no te reconocí”, le dijo Lencina a Monzón. “Me contaron que tenés una nena, vamos para tu casa así la conozco y a tu mujer, porque no sé cuándo voy a volver”, asegura que le propuso Lencina. “Bueno vamos”.
Monzón asegura que “en ningún momento” lo notó nervioso o “dijo algo de Fernanda. Cuando voy a trabajar a la terminal al otro día, me entero” del caso y de la vinculación con Lencina.

Acusaciones contra la policía

Monzón asegura que en una primera oportunidad fue “levantado” por una Traffic de la policía y golpeado durante varias horas. El episodio -asegura- se lo comenta al fiscal Mario Silva quien le pregunta en qué comisaría había ocurrido el hecho. “En ninguna, en la Traffic”.
El primo de Lencina fue luego efectivamente detenido, oportunidad en la que estuvo cinco días preso. “Desde el lugar que me levantaron hasta Gendarmería me llevaron pegándome. Fue personal de Investigaciones, tengo a un par identificados, porque me ponían un buzo en la cabeza para que no vea. Cattena fue el que me pegó la primera vez. Piñas, rodillazos, me levantaban de los pelos. Me decían ‘inventá algo, decí algo’, ‘qué quiere que le diga si no sé nada, señor, no tengo nada que ver’, les decía. ‘Si no sabés, inventá algo’, me pedían”.
El hombre no tiene antecedentes: “Cuando me llevaron al Tribunal Federal, ven en la computadora y me dijeron ‘estás limpio, no tenés una causa penal, nada’”, asegura.
En una oportunidad, asegura que “llega el jefe de la Policía Geuna y me dice ‘acá los muchachos te van a leer un papel y cuando subas arriba declaralo’. Nunca supe de qué se trataba porque cuando iba a subir, dijeron bájalo que ahí llega Gendarmería”
Por el contrario, Monzón destacó el trabajo de Gendarmería: “Tiene un nivel profesional y esas cosas (por el caso Fernanda) no se hablan, no tenés contacto con ellos y menos con los medios. En Gendarmería estuve muy bien, la primera vez estuve cinco días, y la segunda vez estuve hasta el último día”.

Carta de Cháves: “Fue inventada”

La aparición de una carta firmada por Mirta Cháves solicitándole a Monzón que no diga nada fue el desencadenante para que vuelva a prisión. “Jamás recibí carta de Mirta Chaves, nunca escribí una carta, no sé escribir. Ella dice que la carta le aparece por debajo de la puerta. Esa carta fue inventada”, asegura.
En tanto, Marianela González, la esposa de Monzón, aseguró que “me llamaban por teléfono, me seguían. Ahora estamos mal porque con todo lo que le pasó a él, nosotros teníamos un negocio, se nos vino todo abajo. No sé qué vamos a hacer, con todo esto que se armó perdimos todo lo que teníamos. Nos va a costar conseguir trabajo”.
Finalmente, Monzón se refirió al secuestro de Fernanda y dejó entrever un posible encuentro con los padres: “Me gustaría hablar con ellos. Por una parte pienso eso y por otra que hay mucha cosa inventada, mucha plata de por medio. Yo me siento una persona buena. Lo único que digo es que ojalá que esta piba aparezca”.

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