Por Federico Odorisio, de la redacción de DIARIOJUNIO
“Está absolutamente descartado que se trató de un suicidio, estamos frente a un homicidio. Han ocurrido hechos gravísimos desde la muerte de Jorge a la actualidad”, señaló el abogado Sebastián Pardo, querellante en la causa en que se investiga la muerte del cabo primero de Intendencia del Regimiento Nº 6 Blandengues de la ciudad de Concordia, Jorge David Arias Moreyra, un correntino oriundo de Paso de los Libres de apenas 21 años.
“Nosotros pudimos recolectar pruebas y sobre esa base hemos pedido una series de medidas que se fueron dilatando con el paso del tiempo, hasta que se nos acabó la paciencia”, dijo el abogado en alusión al tiempo que la causa estuvo dormida en los tribunales federales de Concepción del Uruguay.
“En primer lugar habíamos solicitado lo elemental que era la exhumación del cuerpo de Jorge y la re autopsia porque entendíamos que la autopsia la habían hecho de muy mala manera, no sabemos si de forma negligente o dolosa. No nos convencía para nada la autopsia. No nos convencía para nada el trabajo realizado en la escena del crimen. Cuando ocurre un hecho de esta naturaleza, hay un protocolo, un procedimiento que tiene que ver con resguardar la escena del hecho justamente para que no se pierdan pruebas e ir avanzando en la investigación para encontrar a los responsables y poder dilucidar qué fue lo que ocurrió”, explicó.
Y detalló: “Básicamente lo que ocurrió en la escena fue un desastre, no dejaron nada mal por hacer, y vuelvo a reiterar: o estamos frente a gente que no está capacitada o estamos frente a personas que actuaron deliberadamente intentando encubrir el crimen y se dedicaron a borrar pruebas al entorpecer el inicio del proceso y a instalar la hipótesis del suicidio que, si bien nos ha costado, hemos podido derrumbar y podemos decir con toda seguridad que al cabo Jorge Arias Moreyra lo mataron dentro del regimiento Nº6 Blandengues”.
Pardo apuntó que “todas las personas que estaban esa noche tienen que ser investigadas. Es innegable la responsabilidad del Ejército y mucho más la de los integrantes del Alto Mando que esa noche estaban ahí. Quienes son responsables por la salud física y psíquica de sus subordinados”.
Las conclusiones de los peritos de parte, asegura el abogado querellante son contundentes y, a la vez, escalofriantes:
El informe oficial en la “investigación” inicial había llegado a la conclusión que las lesiones sufridas en la cabeza del cabo Jorge David Arias Moreyra fueron producto de un único disparo; pero en la escena se hallaron indicios que -aseguró el abogado a este medio- permiten afirmar que Arias recibió DOS disparos, y en dos lugares diferentes: el primer disparo a 20 metros de donde se encontró el cuerpo, y el segundo disparo en el lugar donde estaba su cuerpo tirado, en posición de costado, a escasa distancia de un alambrado que estaba atado de manera que pudiera entrar o salir una persona.
“El Médico Forense, perito de nuestra parte, establece que es imposible que él haya podido pegarse un primer impacto con un arma de ese poder y que después caminara casi 20 Metros, 18 metros precisamente, para pegarse un segundo tiro. Citando casos de todo el mundo, señala que no hay un solo antecedente, que sí se ha advertido en pocos casos que personas que han recibido un impacto de estas características puedan llegar a balbucear algo, pero jamás moverse. Es algo inédito”, calificó.
Pero eso no es todo, Pardo reveló que el dermotest que hicieron en las manos de Arias tenía que dar negativo y lo informaron como positivo, significa que el disparo no lo habría realizado el cabo, por ende no se puede descartar la participación de terceros
“En el informe de pericia química del dermotest correspondiente a las manos del cabo Arias, concluye categóricamente que los resultados son POSITIVOS, cuando en el desarrollo del mismo informe manifiesta que no han encontrado ninguna partícula que se denominan CARACTERÍSTICAS (partícula que contiene tres elementos fundamentales: Antimonio, Bario y Plomo), condición fundamental para decir que el resultado es POSITIVO, por ende, el resultado de la pericia dermotest debería ser considerada NEGATIVA. Otro intento por llevar el caso hacia la hipótesis de suicidio. Nuestras pericias demuestran que él no se habría disparado”, señaló el letrado.
Pardo también apuntó al tiempo transcurrido -una hora y media- entre que se encontró el cuerpo de Jorge Arias y llegó la policía al lugar. “Desde el Regimiento oficialmente NUNCA dieron aviso a la policía de que habían hallado el cuerpo de ARIAS, en realidad la policía fue alertada por el llamado de un supuesto vecino que manifestó haber escuchado disparos que provenían del Regimiento. Un llamado que se realizó más de una hora después que se escucharon las explosiones”.
“Estamos solicitando que se impute a todas las personas que intervinieron esa noche, tanto los uniformados por el incumpliendo de deberes de funcionario público, incluso por encubrimiento. Estamos pidiendo también que se nos extraigan copias de lo actuado por la fiscal provincial María José Fonseca que es la que actúa en ese primer momento porque vamos a presentar la denuncia por mal desempeño ante el jurado de enjuiciamiento de la provincia de Entre Ríos. Creemos que esta mujer tiene que ser destituida. Ella llegó a determinada hora de la noche desde una fiesta, con vestido de fiesta, quedó unos minutos en el lugar y se retiró. Ni siquiera condujo la investigación. Al otro día le hacen una entrevista y ella dice que se trataba de un suicidio. Para asegurar una cosa así, mínimamente tenés que tener el resultado de la autopsia. Resulta que esta mujer en menos de 24 horas resolvió e instaló la versión del suicidio. Está a la vista que también forma parte de esta banda de encubridores”, señaló con dureza el abogado de la querella.
En relación a la exhumación del cadáver y la re autopsia del cuerpo del cabo Jorge Arias, Pardo confirmó que “ya nos han dado señales de la Fiscalía Federal a cargo de la Dra. Josefina Minatta que lo va a disponer y van a intervenir peritos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Yo voy a pedir la nulidad de todo lo actuado. Que todas estas personas responsables por el encubrimiento sean imputadas y llevadas a juicio, y que la persona que yo entiendo que ha sido uno de los principales responsables tiene que estar detenida porque no solo está clara su responsabilidad sino que existe un alto riesgo de fuga y de entorpecimiento de la investigación como lo han venido haciendo hasta ahora, sobre todo, habida cuenta que todavía hay muchos testigos que tienen que declarar. Por eso tiene que estar detenido. Queremos que la justicia libre la orden de detención”.
Una investigación de DIARIOJUNIO puso luz sobre lo que parecía un caso cerrado
La noche del 12 de diciembre del año 2019, el cabo primero de Intendencia, Jorge David Arias Moreyra, realizaría su última guardia en el puesto norte del Regimiento de Caballería de Tanques Nº6 “Blandengues” de la ciudad de Concordia. Según consta en el expediente de la investigación, lo último que le escucharon decir los testigos que compartían la guardia fue un “sí, mamá”. Minutos después de cortar la comunicación telefónica desde su celular Motorola color gris (que nunca fue peritado y tampoco aparece al igual que su casco que según testigos lo vieron en la escena del hecho), Arias moriría en circunstancias dudosas, a los 21 años, supuestamente dándose dos tiros con un fusil de guerra FAL (Fusil Automático Liviano).
Sin embargo, además de las irregularidades denunciadas en la investigación, detrás de su extraña muerte asoma un trasfondo de corrupción, encubrimientos y acoso.
El soldado correntino, oriundo de Paso de los Libres, se desempeñaba en la sección Intendencia dentro del regimiento Nº6 “Blandengues”, que es la encargada de administrar la comida, la ropa, viáticos y combustibles. Ex compañeros de Arias en el regimiento testimoniaron a DIARIOJUNIO que el joven voluntario era hostigado de forma permanente (“meado”, según la jerga militar) y obligado a hacer un trabajo de encubrimiento, bajo presión de sus superiores, por malversación y robo de combustibles y otros insumos. Justamente, la muerte de Arias, sucede tiempo después que se descubrieran robos de donaciones con destino a personas inundadas y que la Secretaría de Acción Social de la Municipalidad de Concordia guardaba en un galpón del regimiento. Arias era un testigo clave de aquellos ilícitos cometidos.