Sebastián tenía 20 años y estaba acompañado por Pedro, su hermano mayor, cuando a la salida del boliche Costa Cruz fueron perseguidos por el sub ofical Acosta y su compñaero y atracados en la esquina de San Luis y Quintana, pleno centro de Concordia. Por causas que aún se desconocen Acosta disparó al vehículo e hirió de muerte al joven con un certero balazo en la nunca y en presencia de su hermano. Hoy, Pedro, esta con asistencia psiquiátrica y no habla de lo que pasó.
“Supuestamente está todo dentro del marco legal y por eso le dieron arresto domiciliario”, lamentó María Nieves, mamá del joven. “Nosotros entendemos y comprendemos todo, pero es increíble que a un asesino común lo condenen y con él (por Acosta), todavía estén dando vueltas siendo que, además de que mató a mi hijo como aun perro, es funcionario policial y tendría que cuidarnos”
Actualmente la causa esta parada porque jueces y abogados están en feria judicial. “Mientras ellos están de vacaciones nosotros estamos sufriendo”, dijo el papá de Sebastián, Pedro Briozzi y remarcó que retomarán el caso cuando se “terminen las vacaciones” porque estamos “descontentos” con la domiciliaria. “En un primero momento el juez de la causa le dio 90 días de prisión preventiva y con posibilidades de trasladarlo a Gualeguaychú”, recordó. “Eso fue un día viernes, el lunes nos llamaron para otra audiencia diciendo que habían apelado y que le daban arresto domicilio porque no existía riesgo de fuga ni nada que pueda entorpecer la investigación”.
El abogado querellante, Rafael Brinceño, es quien defiende a la familia desde el primer momento y junto al fiscal de la causa, Fabio Zabaleta, echaron por tierra la mayoría de los argumentos expuestos por el imputado al momento de su declaración. En principio, Acosta y su compañero, Cabo 1 Horacio Monzón, explicaron que los disparos se dieron en situación de persecución a alta velocidad, que desobedecieron la orden de detener la camioneta y que, cuando lograron atracarlos en la esquina de San Luis y Quintana, notaron que los jóvenes los apuntaban con un arma, razón por la cual, según alegó el imputado, le disparó. “Mi intención era tirarle al neumático pero trastabille y el tiro salió para otro lado”, se excusó.
Arma "plantada"
En declaraciones pasadas a DIARIOJUNIO, el fiscal Zabaleta dijo que si bien cuando él llegó al lugar había una arma en la alfombra del lado derecho, el policía que acompañaba al suboficial durante la presunta persecución reveló que no vio armados a los Briozzi ni mucho menos la utilización de alguna. Por otra parte, el fiscal reiteró que no fue identificada una “tal mujer” que le habría dicho a los uniformados que vio un revolver en poder de los ocupantes de la Chery gris. Además, Zabaleta constató que ni la camioneta ni el patrullero tenían rayón ni golpe alguno que “dieran cuenta de una persecución”.
En el mismo contexto, el abogado querellante denunció que como no llevaban armas, sospecha que el revólver que fue secuestrado en el lugar y que sería peritado por Gendarmería, fue "plantado" con el objetivo de minimizar la responsabilidad del funcionario que disparó. Además, apuntó otro dato revelador que fue que no hubo sólo un disparo,” sino tres”, ya que se levantaron esa cantidad de casquillos en calle Quintana a metros de 25 de Mayo, a tres cuadras de la Peatonal, donde la persecución finalizó trágicamente. "A mi entender es un claro caso de gatillo fácil y seguramente se trata de un caso de falta de profesionalidad o de instrucción del policía, remarcó Briceño a días de iniciada la investigación.
"Tengo casi 40 años de ejercicio profesional y esto de plantar armas es habitual. No es normal que dos jóvenes de trabajo, sin antecedentes fueran a un boliche armados. Así mismo, el policía que estaba en el mismo rodado no vio ninguna amenaza de arma, ni siquiera vio el arma y menos en las manos de los chicos o dentro del vehículo", sostuvo el querellante. Además, no hubiese sido fácil verla porque la camioneta tiene los vidrios polarizados y estaban levantados, y si a eso se le suma que iban en movimiento y que la luz del día hace de espejo, se aleja la posibilidad de que Acosta hubiera advertido algo. "En estas situaciones no falta el comedido", ironizó sobre la supuesta actitud de alguien que por colaborar con el imputado habría puesto en el lugar un revólver.
"Dicho por el propio compañero: no estuvo en riesgo la vida ni la integridad física del funcionario, no estaban siendo perseguidos, no escuchó ningún tipo de disparo, ni antes ni después. Tampoco se avizora que sea un mal manejo del arma, como algunos dicen, que trastabilló y se le escapó el tiro. Se secuestraron tres cápsulas de 9 milímetros", sentenció.
Gatillo Fácil. Prisión Domiciliaria
Aun con todas las indicaciones en su contra El 25 de diciembre pasado el vocal de la Sala Penal, Jorge Alberto Barbagelata, le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria al Sub Oficial. Según Briceño el Juez entendió que no hay riesgos de fuga porque tiene arraigo en la ciudad, pero “yo interpreto que cualquier persona que tiene una pendencia de pena no inferior a 18 o 20 años, concluye un alto riesgo de fuga”
Además, el querellante remarcó que a esta altura de los acontecimientos “no existe dudas” de la culpabilidad por el delito de homicidio de Acosta y que incluso la excusa brindada por él en su indagatoria se cae con sólo ver la altura del disparo. “Cuando Acosta dice que trastabilla y por eso tira, yo creo que nunca puede haber un disparo a 1.26 cm de altura”
En tanto, y para hacer aún más dolorosa la situación, minutos antes de emprender la marcha en reclamo a la prisión domiciliaria, María Nieves le comentó a DIARIOJUNIO, que Acosta vive a pocas cuadras de su casa. “Tenemos un asesino en el barrio”, aseguró y agregó que su hijo Pedro, quien acompañaba en el vehículo a Sebastián, está en tratamiento psiquiátrico. “Toda la familia vamos a hacer un tratamiento para que nos ayude a pasar lo que estamos viviendo”, sollozó. “Nosotros no hablamos con nadie, sólo estamos esperando que Urribarri venga a hablar con nosotros. Tenemos depositada toda la fe en la justicia y en nuestro abogado”
Acompañados de familiares, amigos y vecinos, el padre de joven reveló que la marcha se hizo desde su casa, en Pirovano 570, hasta la Avenida Isthilart, con carteles y globos y allí prendieron las “velas de la justicia”. “Todo lo que dice Acosta es mentira, lo de la caída lo del arma y demás está todo comprobado que es mentira. Para nosotros lo acribilló”