El juez aclaró que desde el miércoles comenzó a correr el plazo -10 días- para decidir la situación procesal de Miño. La detención no implica su automática culpabilidad. En el juzgado no se inclinan a razonar que el canillita sea “el único autor del hecho”. Garay, además agregó que se investigarán todas las pistas hasta agotar y descartar cada una de ellas.
De todas formas, entre las pruebas reunidas no hay evidencias de la participación de otra persona en el crimen. “No se puede decir hasta ahora que hubo una tercera persona” en el bungalow donde fue encontrado sin vida Balbi.
Las dudas también se centran en la imputabilidad de Miño. En el Juzgado evalúan que existe un primer informe médico que remarca que el detenido padece epilepsia y un retraso de “leve a moderado”. Pero actualmente se le realizan pericias psiquiátricas a cargo del Juzgado del Menor y la Familia para ver si comprende la criminalidad del hecho. “Hay que esclarecer si tiene conciencia del bien y el mal, para decirlo en términos simples”.
El juez espera el resultado de las pericias. Entre ellas, las más importantes son los exámenes genéticos (ADN) del semen y de la sangre encontrados en la ropa, el cuerpo de Balbi y los elementos requisados. En el Juzgado aclaran que este tipo de exámenes tardan más tiempo que los de cualquier otro tipo.
Asimismo, Garay confirmó el faltante de un cuchillo de la cocina que “presumiblemente” habría sido el que se utilizó para cometer el crimen.
Otro elemento que el juez investiga son las llamadas telefónicas realizadas desde el celular de Balbi. Hay una lista de llamados efectuados esa noche pero ahora se sabe que hay dos que pueden ser claves para aportar luz a la causa: una realizada a las 00:11 del miércoles 15 de noviembre y otra luego de las cuatro de la mañana. La primera fue efectuada por el locutor, la segunda no se sabe a ciencia cierta quien es el autor porque se presume que “Pinino” ya se encontraba sin vida en ese momento.
Las huellas dactilares también son rastros que investigan en el Juzgado. Hasta ahora se sabe que hay huellas que pertenecen a Miño, las cuales son las mayores pruebas en su contra. Pero hay otras dos sin identificar y el juez cree que pueden ser “viejas”. Eso significa que fueron dejadas antes de la noche del crimen y no aportarían nada al esclarecimiento del mismo.
Al Juzgado acudieron a dialogar con el juez dos hermanos y el padre del canillita. También concurrió la madre, quien solicitó que el juez interrogue a dos profesionales que atendían a su hijo.
En tanto, Miño se encuentra medicado en la Jefatura de Policía debido a la epilpsia que sufre pero no está incomunicado. Antes del fin de la semana próxima, el juez deberá tomar una determinación.