En efecto, en diálogo con DIARIOJUNIO el presidente del cuerpo confirmó que se hizo la acordada y se puso en consideraciòn las propuestas presentadas para integrar como interinos y hasta que el Consejo de la Magistratura llamara a Concurso, los cargos de Casaciòn Penal en Concordia.
Por mayorìa, dijo Castrillón, se decidiò posponer la elecciòn debido a que recibimos varias notas de distintos sectores como por ejemplo el Colegio de Abogados de Concordia que plantearon por ejemplo la necesidad de llamar a Concurso ; tener en cuenta la localizaciòn de la Cámara para los nombramientos ; que el gobernador llame a inscripciòn o también en el caso del Consejo de la Magistratura que, el candidato a integarla alguna vez haya pasado por el Consejo.
Consultado acerca de cuánto tiempo más podría demorarse este trámite, Castrillón dijo que lo que tarde el Consejo en llamar a Concurso. Y agregó, podrían ser 30 días para efectuar el llamado y 30 o 60 días más para realizar el Concurso y ponerlos a consideraciòn del Senado.
ALGUNOS OTROS DETALLES
Aunque Castrillón prefirió excusarse de mencionar detalles de la Acordada, DIARIOJUNIO pudo saber de otras fuentes judiciales confiables que, entre los planteos estuvo el hecho que ni Mulet ni Federik habían pasado por el tamiz del Consejo, esto es, tener que rendir para un cargo como cualquier hijo de vecino.
Además y en el caso de Federik puntualmente, se puso de manifiesto que el abogado paranaense que dedicò toda su vida a la profesiòn y específicamente a la parte penal habìa manifestado, al parecer, que en Concordia solo pensaba quedarse hasta fin de año. En rigor, esa serìa la fecha en la que el Vocal Salduna tiene pensado jubilarse.
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?, se preguntará Ud. lector. Tiene que ver porque, al parecer, la ministra de gobierno, Rosario Romero, tendría pensado presentarlo a Federik como un candidato seguro a suplantar a Salduna en ese órgano.
En otras palabras, no habrìa caído bien que el cargo interino que le pensaban dar en Casaciòn iba a representar un trampolìn más que provisorio para llegar al máximo órgano y, encima, a un lugar que para nada se compadece con su trayectoria de penalista.
