martes 14 de octubre de 2025

-

Director: Claudio Gastaldi

RegistrarmeNewsletter
Filter by Categorías
Ambiente
América Latina
Colonia Ayuí
Concordia
Coronavirus
Covid-19
Derechos Humanos
Diamante
Dictadura
Dos Orillas
Economía
Educaciòn
El país
Federal
Información general
Informes Especiales
Iosper vs Femer
Judiciales
Juicio Político
Legisaltura
Legislativas
Ley de Etiquetado
Los Charrúas
Mundo
Municipios
Colonia Ayuí
Diamante
Estancia Grande
La Criolla
Los Charrúas
Puerto Yeruá
Nacionales
Opinión
Opinion
Opinion Guilermo Luciano
Opinión: Claudio Gastaldi
Opinión: Guillermo Luciano
Policiales
Política
Provincial
Puerto Yeruá
Salud
Sin categoría
Sociedad
Violencia Laboral

“Casa Agüero”: 92 años de antigüedad comercial bajo el martillo de remate

“Creo que es el único negocio o comercio más viejo actualmente en Concordia que sigue manejado por la misma familia”, aseguró Emilio. “Este negocio tiene 92 años de existencia” confesó, detrás del escritorio, al comenzar la entrevista. Una placa de bronce colocada en una de las paredes recuerda la fecha en que el comercio abrió sus puertas: 1913.
“Casa Agüero” es un taller electrotécnico. “Hace reparaciones de cualquier tipo de motores eléctricos, grupos electrógenos, arranques, alternadores y dínamos de los coches. Hubo un tiempo en que se armaban baterías, ahora se dejó de hacer”.
El padre de Emilio, Daniel, era español, naturalizado argentino. Llegó de la península ibérica a principios del siglo pasado. “Arribó con ciertas nociones y fue aprendiendo junto con la electricidad”. Primero desembarcó en Montevideo, luego recaló en Salto. “Allí puso la primera iluminación a baterías: el alumbrado público de Salto. Ahí también conoció a mi madre”, recordó Emilio. Posteriormente, fijó residencia definitiva en Concordia.
“Instaló un tallercito chiquito. En esa época, recién era el inicio de la corriente eléctrica. Así que era un autodidacta: libro que salía de electricidad lo compraba y lo estudiaba. Todavía hay un montón”, dice Emilio, señalando unos libros ajados que se amontonan en algunos estantes.
El padre quedó en la ruina en 1930, durante la “Gran Depresión”. “Por dar la firma a los amigos se fundió”. Los dos hermanos mayores de Emilio decidieron proseguir en el comercio. “Dejaron de estudiar, integraron la firma y comenzaron a trabajar”, indicó.
Emilio comenzó de grande en el negocio familiar. “Dejé la Universidad porque no me gustaba y vine a trabajar acá. Éramos cuatro Agüeros que había”. Posteriormente, el padre y los hermanos de Emilio fallecieron. Algunos diplomas amarillentos y antiguas fotos familiares ubicados en las paredes de la oficina recuerdan el legado de los Agüero que Emilio quiere seguir llevando adelante.

Maldito crédito

Pero la existencia de “Casa Agüero” se ve seriamente amenazada. “Pedimos un crédito de $ 35.000 en el 2001 al Banco Bersa para pagarles a los proveedores y una parte a los impuestos que estaban atrasados. Son los socios que tiene uno, que sin trabajar, ganan plata a costillas de uno”. Como garantía, hipotecaron el edificio ubicado en Brown y Vélez Sarfield. Confiado en que llegarían tiempos mejores, no esperaba el cimbronazo que sumergió al país con la devaluación de principios de 2002.
“Alcanzamos a pagar alguna cuota, pero después vino la debacle. Con la falta de trabajo, el país se paró y fue imposible pagarlo. O comían los empleados o pagábamos el banco y nosotros trabajábamos para ellos”, aseguró Emilio.
En estos momentos, “Casa Agüero” adeuda, entre la hipoteca, intereses punitorios y el CER, “cerca de $ 100.000”. Emilio cree que el astronómico incremento de la deuda se debe a que el interés rondaba el 7 u 8 % mensual.
La llegada del presidente Néstor Kirchner infundió nuevos bríos al propietario del taller. “Dijo por los diarios que iba a ver ayuda para las pymes con problemas económicos”. Agüero se presentó en una oficina ubicada en Concordia, donde le dieron las directivas para la presentación de todos los papeles. “Ofrecimos un forma de pago acorde a la entrada del taller, con el compromiso de cada año hacer una reunión para ver si mejoraban las cosas, ir aumentando las cuotas”, agregó.
“Incluso, si había una entrada de dinero extra, por algún trabajo importante, la íbamos a utilizar para pagar y seguir trabajando”. Pero la propuesta de pago no prosperó. “No nos dieron bolilla”, confiesa.
La deuda finalmente fue transferida del Bersa al Banco Nación. La entidad crediticia estatal decretó fecha de remate del edificio. El 2 de septiembre, a las 10 de la mañana, en el Juzgado Civil y Comercial Nº2, se rematará con una base de $ 58.000
En estos momentos, seis familias obtienen su sustento de “Casa Agüero”. Emilio, quien tiene un sueldo fijo, 3 empleados que trabajan actualmente y 2 familias de empleados que fallecieron, pero a quienes se les pasa dinero por el capital que tenían en la firma. “Llegado el momento, si no conseguimos otro lugar donde trabajar, habrá seis familias más de desocupados”, advirtió.
La Federación Agraria se acercó al propietario y sus dirigentes le manifestaron sus intenciones de impedir el remate. “Quieren posponerlo para que el Banco Nación se avenga a aceptar las propuestas que habíamos presentado para poder seguir trabajando”.
“Nos hemos fundido trabajando con decencia”. Emilio desafió a quien pueda recriminarles haber hecho alguna “sinverguenzeada”. “Que venga a decírmelo a mí, cara a cara”, aseguró.
Una de las esperanzas que alienta Emilio es que prospere la posibilidad que alguien les compre el edificio. “Como no lo necesitan, momentáneamente nos dejarían seguir trabajando. Pero lo hacen nada más que por amistad, se encuentra muy poca gente así”, aseguró Emilio.

Entradas relacionadas

Deja el primer comentario