Más adelante fui candidato a Senador y a diputado provincial, electo concejal de la ciudad de Concordia entre 1991 y 1995, y ocupé distintos cargos partidarios en el Radicalismo. Fui miembro titular de los Comités Departamental y de la Ciudad y varias veces Congresal partidario.
Como se ve, mi trayectoria en las filas de la Unión Cívica Radical data de mucho tiempo atrás: cerca de cuarenta años. Como decía Crisologo Larralde, no soy un "radical de trasiego", ni he iniciado mi militancia con las luces de este día. He procurado servir a mi partido, con el mayor desinterés, en el lugar donde decidieran mis correligionarios, poniendo a su disposición lo mejor de mi esfuerzo y capacidad, acompañándolo más en las malas que en las buenas.
Cuando en la Convención Nacional realizada en Gualeguaychú a principios de este año se resolvió integrar una alianza electoral con otros partidos, al igual que muchos otros radicales, no estuve de acuerdo. Decidido por mayoría, sin embargo, acaté disciplinadamente el rumbo marcado por el alto cuerpo, aún en el convencimiento del error en que se incurría. Siempre tuve el convencimiento que el acuerdo significaba que nos sometíamos a una elección interna abierta, en las PASO, en competencia con candidatos y candidatas de otras fuerzas. Pero, naturalmente el Radicalismo presentaría sus propios candidatos, aceptando apoyar los extrapartidarios solamente si éramos derrotados en los comicios internos. Dada la fuerza y organización de la estructura partidaria de la UCR en Entre Ríos, no tenía ninguna duda que ganaríamos la elección, viéndose obligadas las otras corrientes políticas a apoyarnos.
Grande fue nuestra desilusión cuando advertimos que los candidatos de la UCR a gobernador se bajaban de sus candidaturas, dejando "colgados" a los amigos y simpatizantes. Y, nuestros principales dirigentes, se acoplaban al PRO, integrando sus listas en cargos de menor nivel. Un grupo de correligionarios de Concordia no aceptamos esta postura y resolvimos, contra viento y marea, que en nuestra ciudad hubiese, sí o sí, una lista Radical. Los amigos decidieron que yo la encabezara como candidato a Intendente.
Honor y desafío que acepté, en el convencimiento que me embarcaba en una lucha dura y difícil, donde tendría que afrontar más adversidades que halagos, pero que les brindaba un canal de presencia y participación a tantos sufridos, castigados , pero consecuentes ciudadanos radicales de Concordia.
No conté con el apoyo del aparato partidario, ni, salvo excepciones de los más encumbrados dirigentes radicales de Concordia quienes prefirieron transar con las huestes de Mauricio Macri, colocándose en sus listas en cómodos lugares, a salir, se gane o pierda. Pese a mis intentos de diálogo con el otro sector que encabezaba el señor Niez, sólo recibí como respuesta, el silencio y la indiferencia en el mejor de los casos. La burla o agresión gratuita la más de las veces.
No hubo ni siquiera respuesta a mi proposición de que acordáramos un mínimo de programa respecto a medidas a tomar si llegábamos a ganar el gobierno municipal. Hasta el día de hoy, ignoro, igual que el pueblo de Concordia, cuales son las propuestas de los candidatos de la lista ganadora en las PASO. A propósito no puedo pasar por alto las actitudes desleales de algunos militantes del PRO que, el día del comicio, entre otras trampas, sustraían descaradamente nuestras boletas del cuarto oscuro.
Pasada la elección, ningún referente importante de ese sector se comunicó con nosotros. Solamente recibí una invitación telefónica de un dirigente de segunda línea, que me invitaba a "sacarme una foto con Niez". Respondiendo yo que, más importante era que conversáramos acerca de la posibilidad de ponernos de acuerdo en un plan municipal para Concordia, encaminado a través de un trabajo conjunto en equipo.
La respuesta fue el agravio y la calumnia: el Sr. Niez afirmó en declaraciones periodísticas que yo fui a pedirle "tres puestos". No sé de donde los sacaría porque a la Intendencia no va a llegar, y si es en su comercio, le aclaro que mi profesión es Médico y poco sé de materiales de construcción, razón por la cual no me considero capacitado para laborar ahí.
Espero que el Sr. Niez muestre su hombría de bien y se retracte de semejante gratuito agravio y no me obligue a acudir a la Justicia en defensa de mi buen nombre y honor.
En el ínterin recibí, junto a la ex precandidata a vice intendente Estela Ferla la visita de los candidatos justicialistas Enrique Cresto y Armando Gay con quienes conversamos largamente y pudimos descubrir enormes coincidencias en puntos cruciales de lo que fue nuestra plataforma municipal. Le agradecí la gentileza de visitarnos y escucharnos, manifestándole el deseo que, si llega a dirigir la Municipalidad -como todo indica- tales proyectos se hagan realidad para beneficio de todos los concordienses, cualquiera sea su color político.
He tenido noticias que, por tal actitud, reveladora tan sólo de una elemental madurez política y sana convivencia, se pide mi expulsión de las filas de la UCR. Causa risa que dirigentes que se candidatearon en las listas de Mauricio Macri se sientan con autoridad moral para juzgar al único que compitió con el escudo y la sigla de la UCR.
Haré mi descargo llegado el caso. Para su tranquilidad y la de los verdaderos radicales que me acompañaron les hago saber que no he dejado de ser RADICAL, no me he pasado al Frente para la Victoria, aunque no descarto, como muchos correligionarios descontentos una confluencia con otros sectores populares, más afines a nuestros ideales que los conservadores atrás de los cuales se alineó mucha de nuestra dirigencia.
Como dijera Raúl Alfonsín "si la sociedad se hace conservadora, debemos prepararnos a perder elecciones". También "nuestro límite a la derecha es Macri"