Sr. Presidente de la Asociación de Escuelas Públicas de Gestión privada
Dn. Osvaldo Bodean
S/D
De mi mayor consideración,
Quien suscribe Héctor Eduardo Guouman, DNI 29341548, ciudadano y docente de primaria de Concordia, me dirijo a Ud. a los efectos de plantearle una situación que aqueja tanto a mi persona como seguramente a muchos otros.-
Como Ud. sabrá, la situación laboral es extremadamente delicada y escaza no solamente en esta ciudad sino además en el país y, en ocasión de la crisis financiera mundial, en el mundo entero. Asimismo, no es ajena dicha situación a los docentes, cualquiera sea el nivel y modalidad. En mi caso particular actualmente estoy desempleado en espera de que me toque una suplencia, así como muchos otros maestros de grado. Para que tenga una idea en el Listado Complementario de Suplencias nivel primario de la Departamental de Escuelas de Concordia figuramos aprox. 500 maestros, sin contar los del Listado Oficial. Es decir, que el tiempo de espera es largo. Sin embargo, puede observarse un panorama cuanto menos desigual en el campo laboral docente, en lo que a oportunidades se refiere. Digo esto porque mientras existen decenas de maestros haciendo cola para trabajar se advierte, simultáneamente, el hecho que muchos docentes ostentan doble cargo de maestro de ciclo: uno en escuela pública de gestión privada y otro en escuela pública de gestión estatal.-
La desigualdad planteada en el párrafo anterior ha sido objeto de vaivenes en la justicia entre los sindicatos que representan a los privados (SADOP) y el gremio mayoritario AGMER. Exceptúo en este análisis a los colegios particulares ya que no reciben subsidio del estado. También, soy consciente que muchos de esos colegios públicos de gestión privado son de tipo confesional. Asimismo, cabe agregar a este planteo la forma poco ortodoxa en el nombramiento del personal docente en esas escuelas ya que no realizan designación de cargos por concursos sino que es necesario tener algún conocido o poseer algún tipo de relación con el establecimiento para poder acceder al mismo. Esto último es precisamente lo que hace la diferencia pues al no existir un mecanismo transparente y democrático en la elección de docentes hace que no cualquiera pueda ejercer en esos colegios ni siquiera aquellos que hemos cursado el famoso “Seminario de Catequesis” para escuelas religiosas, de dos años. Esto resulta en una situación un tanto injusta en la tan mentada igualdad de oportunidades. También, es cierto que la Constitución reformada de Entre Ríos establece el mecanismo de concurso para cargos públicos como así también el principio de incompatibilidad de cargos. No pongo en tela de juicio la tesis respecto a la obligación del estado a subsidiar los diferentes credos y a colaborar en la educación respetando las creencias de las personas.-
Asimismo, una persona que se haya desempeñado en escuela pública de gestión privada tiene claras ventajas sobre otra que sólo se haya ajustado a los concursos públicos para cubrir vacantes en escuelas estatales: tanto en lo que se refiere a la antigüedad como en el puntaje otorgado por el CGE. Esto es una injusticia atroz ya que un docente privado entonces podrá tener acceso mucho más rápido a la titularización y a otros beneficios derivados del escalafón y la carrera docente. Inexplicable y lamentablemente la Justicia no se ha expedido de forma concluyente y satisfactoria en pos de lograr la igualdad de todos ante la ley.-
Ante la situación descripta es que escribo esta carta para al menos plantearle una reflexión de si acaso no les parece a Uds. la desaparición en esta temática del principio de solidaridad que debería caracterizar a una sociedad que se precia de serlo. ¿No cree Ud. que es mejor que todos puedan al menos detentar un cargo, trabajo o empleo y no que exista gente que acumule cargos mientras otros no tienen ninguno? ¿No debería ser la ley pareja para todos?-
Una propuesta que me parece correcta a fin de conseguir subsanar esta desigualdad es que si se mantiene este estado de cosas (o sea, el privilegio de los privados) también se debería permitir a los maestros que trabajan en escuelas estatales tener doble cargo (titulares o suplentes). Si la propuesta anterior no convence me animo a largar otra: que la antigüedad docente de los maestros de escuelas públicas de gestión privada (en dichas escuelas) no sea tenida en cuenta al momento de confeccionar el puntaje para los listados de orden de mérito sino solamente la lograda en las estatales. Si lo anterior no es viable entonces que también se le otorgue puntaje al docente que trabaja en escuelas estatales por el tiempo que no estuvo trabajando por estar esperando le salga una suplencia.-
Sin más y esperando ayude esta reflexión para algo sepan Uds. disculpar las molestias ocasionadas.-
Desde ya muchas gracias.-
Héctor Eduardo Guouman : Profesor para la EGB 1y2 : DNI 29341548