Luego aclaró en los medios que se la había malinterpretado, que tiene “una excelente y permanente relación con Olivos” y que su única diferencia es con el presidente de la Cámara, Emilio Monzó. Lo dijo como al pasar, pero luego abundó sobre el tema, sorprendiendo, pues con el titular del cuerpo siempre mantuvo una relación más que armónica y hasta más de una vez salió a defenderlo.
Este viernes por la tarde fue a Olivos, tal cual había anticipado, para un encuentro pautado desde hace un mes, según insistió en aclarar. Fue para reunirse con funcionarios y el presidente para seguir los avances de Exporta Simple, el programa para facilitar exportaciones de las PyME. Luego mantuvo una reunión privada con su amigo Macri, y presidencia difundió una fotografía de ambos.
Carrió reiteró en un breve intercambio con los periodistas su buena relación con el presidente, pero volvió a preocuparse por dejar claro el cortocircuito con Monzó. En rigor, pareció evidenciarse cierto distanciamiento durante la sesión, ni bien se había aprobado la ley del aborto, cuando ella pidió la palabra. Al cabo de más de 22 horas de debate, el presidente de la Cámara no quería perder tiempo y buscaba ir directamente al tratamiento en particular. Carrió había pedido la palabra y Monzó se la dio: “Señor presidente, quiero dar una explicación porque en todo caso represento a una parte de la sociedad que me ha votado, y respeto las otras posiciones”. Desde el kirchnerismo le gritaban de todo; Lilita, paciente, simplemente dijo cuando pudo: “Señor presidente, solo quiero decir que he estudiado durante 40 años este tema y que no he hablado para preservar la unidad de Cambiemos”.
Sin embargo, este viernes Carrió se quejó de que Monzó la ignora. “No existo para él”, señaló, advirtiendo que “a lo mejor rompo el interbloque y armo un bloque yo sola así me dan la palabra”. Según contó a La Nación, el presidente la llamó el jueves preocupado, y ella le dijo que “el problema no era con él ni con (Marcos) Peña, sino con Monzó, que me ignora, es como que no me ve ni me escucha, una verdadera falta de respeto”. Dice haber hablado de eso con el presidente de la Cámara, “pero no hubo caso”.
El que podría quejarse realmente es el diputado del Pro Javier Pretto, con quien Monzó se molestó cuando sobre el final pidió la palabra y quiso más datos sobre el resultado de la votación. “Se ha producido una confusión al final. Usted mismo dijo que había cinco votos…”, comenzó, desatando la ira del presidente de la Cámara, que exclamó: “¡No! ¡Discúlpeme, señor diputado! ¡Son dos votos! Matemática. ¡No alteran la votación!”. Pretto insistió: “Quiero que diga el resultado final. ¿Puede leer el resultado final?”, a lo que Monzó replicó: “Señor diputado Pretto, si a las diez de la mañana usted necesita el resultado final por dos votos, estamos jodiendo…”.
Pretto, que también votó en contra del proyecto, después se disculpó en privado con Monzó.