‘Carnaval Colombiano en Brasil’ destacó El Tiempo de Bogotá

El 10 observó desde la banca cómo el primer tiempo terminó 1-1 en el partido de la tarde de este martes en el caluroso Arena Pantanal de Cuiabá, el corazón de Suramérica, pero, al ingresar para la segunda, sus geniales servicios y definición permitieron que la Tricolor transformara las apretadas acciones en una goleada, de paso elevando a tres la cifra jamás alcanzada de victorias consecutivas en un mundial y, al mismo tiempo, finalizar como líder del grupo.

La actuación del volante ofensivo fue tan magistral que el director técnico argentino José Pékerman, que en la rueda de prensa previa anticipó que el grupo estaba por encima de los intereses individuales, se dio la licencia de incluir en los últimos seis minutos al arquero suplente Faryd Mondragón, convirtiéndose, a los 43 años, en el futbolista de mayor edad en participar en un mundial, en la culminación de otro partido con el sello local de Colombia en Brasil.

La sola presencia física de James Rodríguez dio seguridad al equipo desde el primer minuto de la etapa complementaria, por su jerarquía en el dominio de la pelota, tanto que transmitió seguridad a los hombres de frente de ataque, que llenos de confianza recibieron el apoyo de volantes de marca y laterales.

Fue así como a los 10 minutos surgió la primera genialidad del jugador del club Mónaco. Tras descarga ofensiva por banda derecha de Santiago Arias y Adrián Ramos, la pelota le llegó a James, por el centro. Y este, avanzando y con la vista levantada, la puso al vacío al solitario Jackson Martínez. El delantero remató de zurda y venció al arquero Eiji Kawashima, rugiendo el estadio de Cuiabá con el 2-1.

Apenas era el comienzo de la faena de la joven estrella colombiana, que era solidario echándose atrás para tapar la salida por el centro de los japoneses, obligados a ganar para luchar por una posible clasificación y que desde el minuto inicial se apoderaron del balón, creando a lo largo del partido situaciones apremiantes que el portero David Ospina –salvo al gol en el primer tiempo– supo aplacar.

A los 36, nuevamente otra intervención con el balón certera de James, por la precisión de un servicio. Y un nuevo elegante pase gol. Otra vez a Jackson, que esta vez se quitó un rival de encima con enganche de derecha y con otro remate de pierna izquierda puso, cerca de la selva del estado de Mato Grosso, otra vez a rugir a las fieras en las tribunas por el 3-1.

Pero había más. Ya estaba en el campo el veterano y ahora histórico hombre-récord mundial Faryd Mondragón, en medio de la histeria colectiva de los fanáticos de la Tricolor en las gradas de la Arena Pantanal. A los 44, Colombia salió rápido desde atrás. Aplicó la misma velocidad que acostumbran los japoneses, pero estos quedaron relegados. Jackson, al recibir la pelota en contraataque, como gesto de agradecimiento, se la cedió a James.

Como si tuviera la madurez de un hombre de la edad de Mondragón, el joven 10 enganchó como un maestro. El defensa japonés, de raza samurái, quedó en el camino, indefenso. Y James, con naturalidad, tras la salida de Kawashima, solo elevó el balón con gran técnica por encima de la humanidad del arquero, con los justo para que este no lo alcanzara y el grado de euforia llegara a su máximo límite.

Del primer tiempo, en que la clasificada Colombia jugó con ocho suplentes, decir que comenzó ganando con gol de penalti ejecutado por Cuadrado a los 15 minutos, y que Japón, de manera merecida, igualó en el último minuto de esa etapa con remate de cabeza de Shinji Okazaki. Pero eso queda en segundo plano. El ingreso de James Rodríguez, el corazón ofensivo nacional, convirtió el partido en otro carnaval colombiano en esta fiesta que es el Mundial Brasil 2014…

 

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