En el Campo del Abasto, Ángel Leonardo Aldana de 43 años y su hijo Maximiliano Aldana, de 16, clasificaban plástico entre la basura para venderlo como su principal fuente de ingresos. Al dar vuelta un tacho de chapa con la inscripción ‘Quimica True’ se desató una explosión que les produjo serias quemaduras de tipo A y B.
Ambos fueron trasladados al hospital Masvernat, donde se determinó que el menor presentaba quemaduras en el 90% de su cuerpo mientras que su padre solo en el 20%, que implica la zona de la cara y los brazos. El techo metálico, contenía cenizas con brasas encendidas y, al oxigenarse por el movimiento, hicieron combustión sobre padre e hijo.
El fiscal Darío Mautone indicó que de inmediato acudieron al Campo del Abasto para realizar medidas probatorias. “Se recogieron los materiales que podrían haberse prendido fuego, las ropas del menor”, indicó.
De acuerdo a los dichos del padre, el menor pateó un tacho de 200 litros que estaba boca abajo con evidentes signos de combustión en su interior debido a que había humo a su alrededor. “Al patearlo entiendo que tomó oxígeno porque estaba sofocado por el tacho. Ahí se produce como una explosión, una llamarada. Esa llamarada logra quemar a este menor que de inmediato se lo lleva al Masvernat”, indicó. “Se hicieron las curaciones que pudieron hacer los galenos pero en definitiva falleció por las quemaduras que se produjeron”, añadió el fiscal.
El tacho tenía un polvillo pero “no se pudo determinar bien que era”. Sólo se concluyó en que era combustible y que estaba encendido. El fuego estaba vivo dentro del tambor aunque aplacado por la falta de oxígeno y se avivó con el exceso de oxígeno recibido de repente.
Entre las medidas probatorias, desde la fiscalía convocaron a todos los que estaban en ese lugar. “Pero no se pudo determinar alguna conducta ilícita que es lo que investigamos los fiscales orientada a causarle la muerte a alguien. Y cuando digo una conducta ilícita hablo de dolo, alguien que quiere causar la muerte, o por imprudencia, que es alguien que no quiere causar la muerte pero al poner cosas riesgosas en la vía pública pudo causar la muerte a otra persona, o a un animal, o lo que fuera”, señaló.
Mautone señaló que en este caso se debe analizar todo el contexto. “No sólo mirar quien pudo haber dejado una cosa riesgosa como quien pudo haber tomado un riesgo más allá de lo normal”, expresó.
Y justamente se encontraron con un “problema social” en el basural. “Tenemos a una persona que entra con su padre al Campo. Con esto no quiero cargarles las tintas a la víctima que, pobre, falleció. Pero hay riesgos que uno no tiene que tomar. Si voy a un campo de tiro mientras están haciendo las prácticas de tiro y paso por delante de los que están practicando, es muy probable que salga lastimado”, reflexionó.
Justamente, el ejemplo que mencionó es el de un lugar cerrado para evitar que ocurran ese tipo de accidentes. Pero el Campo del Abasto esta abierto. Para Mautone, debería estar cerrado, vallado. Admitió que muchas veces se colocan los tejidos pero manos anónimos sacan los alambres. Además dijo que hay carteles y todo el mundo sabe que se trata de un basural. “A veces no es necesario un alambre sino con que uno sepa pero bueno entiendo que cuantos más recaudos se puedan tomar, habría que tomarlos”, señaló. En tal sentido, siguiendo con esa línea argumentativa, manifestó que “puede haber” algún tipo de responsabilidad civil. "No digo que la haya, ouede haber", remarcó. “Todo el mundo sabe que la gente va, que es donde se arrojan todos los desperdicios corriendo riesgos de contraer algún tipo de enfermedad o tener algún problema como entiendo que fue lo que pasó”, dijo.
“En función de eso entiendo y así he resuelto que no hay un autor en este hecho”, dijo Mautone. En tal sentido, explicó que el tambor no debería haber estado ahí pero no se pudo determinar quien lo dejó en ese lugar.
“El tacho tenía la inscripción de una empresa que está dentro del Campo del Abasto pero no se sabe quien lo movió hasta ahí. Los propios encargados de ahí dicen que viene gente de afuera y revuelve toda la basura, transportan los materiales de un lado a otro, me refiero a los techos que usan, al cartón que sacan, al plástico que sacan y la gente recicla. Es imposible determinar si esto fue puesto por la empresa que decía el tacho o por otra persona”, dijo. Por ello más adelante se llegó a la conclusión de archivarse la causa penal. En tanto, dijo el padre puede “ir por la vía civil” para reclamar por los daños y perjuicios que sufrieron.
Hace un año, en mayo de 2014, la secretaria de Medio Ambiente, Belén Estévez, dijo que al mes siguiente, en junio, iba a comenzar el cierre perimetral. Y una vez que la tarea del cercado finalice, dijo que no se iba a restringir completamente el acceso sino que será controlado, estableciendo un registro de quienes ingresan semanalmente. Estevez explicó que estuvo en el Ceamse y observó que allí les permiten ingresar para que saquen lo que consideren útil. “Acá los vamos a deja ingresar en un horario estricto, determinado”, indicó el año pasado. Y cumpliendo requisitos previos de salud como la vacunación contra el tétanos, etc. Durante la jornada de hoy se intentó dialogar con la responsable de Medio Ambiente pero no fue posible.
Esta mañana, DIARIOJUNIO recorrió el Campo y observó que la tarea de cercar fue iniciada pero aún resta terminar. Se cerró la parte de adelante y los laterales pero resta el fondo del predio, al este, y parte del lateral norte. No obstante, el cierre sólo abarca una parte del basural que comienza en el borde de la ex ruta 4 hacia el norte. Aunque señalaron que la basura se arroja sólo dentro de ese sector delimitado.
A ello hay que agregarle que deben controlar permanentemente que nadie se lleve los alambrados, hecho que ocurrió en más de una oportunidad. Para ello hay un policía en el lugar. Además sigue ingresando una veintena de personas diariamente a cartonear debido a que viven de esa actividad. Quienes controlan el ingreso admiten que están vigilando para que no entren menores y que los dejen en el refugio.
Mientras sigan ingresando personas, el riesgo de que ocurran accidentes seguirá presente. “No sólo que puede volver a ocurrir sino que la gente, quizás no llegue a nuestro conocimiento, pero el sólo hecho de entrar ahí contrae enfermedades de todo tipo. Por supuesto que al llegar al hospital se verá donde la pudo haber contraído pero no tengo dudas de que es un foco infeccioso. Habría que ver, no soy especialista, de evitar eso sin dudas”, finalizó diciendo Mautone.