Campanazos

Las dificultades de la fragmentada oposici?n ante el proceso electoral del a?o pr?ximo y la voluntad del actual gobierno de incidir en la selecci?n del candidato a sucederlo han estimulado la b?squeda de alternativas que, de concretarse, alterar?an en forma dr?stica el actual panorama. Una incluye entre los candidatos al actual presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, quien es visto con simpat?a por las mayores c?maras patronales y por la revigorizada Iglesia Cat?lica. La otra recrear?a los pactos entre el justicialismo y el radicalismo, esta vez con un expl?cito acuerdo electoral, mediante las candidaturas de Daniel Scioli a la presidencia y Ricardo Alfons?n a la gobernaci?n bonaerense. Las ostensibles dificultades de ambas combinaciones no desalientan a sus impulsores, insatisfechos con el cuadro de situaci?n restante, con la implosi?n de UNEN, la disputa entre Maurizio Macr? y Sergio Massa por el apoyo de un radicalismo cada d?a m?s c?modo con su car?cter de federaci?n de partidos provinciales, y la reticencia del kirchnerismo a considerar que Scioli pueda representarlo en las urnas.

El grupo secreto La eventual candidatura de Lorenzetti como vicepresidente de Julio Cobos fue mencionada por primera vez en enero de 2010 por el ex diputado radical Daniel Katz. En aquel momento, igual que ahora, se hab?a instalado un consenso pol?tico-medi?tico sobre el presunto agotamiento del actual ciclo pol?tico y el riesgo de que su desplome tuviera consecuencias econ?micas y sist?micas catastr?ficas. La entonces embajadora de los Estados Unidos, Vilma Mart?nez, inform? con entusiasmo a su gobierno que el presidente de la Corte formaba parte de un grupo secreto que procuraba superar ?la desuni?n de la oposici?n? al kirchnerismo y ?desarrollar una agenda en com?n para el mediano plazo?.

Seg?n su confidente, la diputada macrista Gabriela Michetti, ese grupo se reun?a en secreto desde mediados de 2008, luego del voto de Cobos en el Senado contrario al gobierno que integraba. Adem?s de dirigentes pol?ticos tanto radicales como justicialistas, participaban varios hombres de negocios y banqueros. Cuando Wikileaks sac? a luz la historia de ese grupo, Lorenzetti no desminti? su pertenencia. Dos a?os despu?s, su candidatura fue lanzada en forma p?blica por su colega en la Corte, Carlos Fayt, durante un almuerzo en el Club del Progreso. Entonces s?, Lorenzetti sostuvo que no ten?a tal prop?sito y que la difusi?n recibida procuraba afectar su imagen de imparcialidad. Agreg? que el silencio que mantuvo cuando se difundi? el cable de Wikileaks obedec?a a que no se hab?a enterado en aquel momento. Luego del fallo que rechaz? los pedidos de inconstitucionalidad de la ley audiovisual, hace ahora un a?o, el diario Clar?n descubri? que Lorenzetti, a quien hab?a cortejado durante cuatro a?os, aspiraba a la presidencia.

En 2008, la Sociedad Interamericana de Prensa, reunida en Caracas para confrontar con el gobierno de Hugo Ch?vez, hab?a premiado a Lorenzetti por su defensa de los principios de la libertad de prensa contenidos en la declaraci?n de Chapultepec.

En 2009, la SIP realiz? su asamblea anual en la Argentina, y Lorenzetti la inaugur? junto con Cobos. Desde fines del a?o pasado, Lorenzetti act?a en forma abierta como un l?der pol?tico. El Centro de Informaci?n Judicial (CIJ) se ha convertido en su plataforma de lanzamiento. Una de las tareas centrales de ese portal de comunicaci?n y propaganda es difundir cada una de las actividades del presidente de la Corte, del que se han publicado hasta cinco t?tulos, fotograf?as y videos en un mismo d?a, ya sea que dicte conferencias, reciba distinciones, presida encuentros o suspire. En sinton?a con el Episcopado Cat?lico, el nuevo eje de su discurso ha pasado a ser el narcotr?fico y la inseguridad, aunque para ello deba contradecir los pronunciamientos del tribunal que preside, y el reclamo de determinadas pol?ticas p?blicas a los dem?s poderes del Estado, algo que no forma parte de sus deberes constitucionales ni de los usos y costumbres del cargo.

Si en los a?os precedentes mantuvo sus contactos pol?ticos en reserva, la semana pasada hizo trascender en el amistoso portal de Daniel Hadad un encuentro con una docena de banqueros y titulares de empresas y c?maras patronales, en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Entre quienes escucharon su monserga, centrada en la inseguridad, el consumo de estupefacientes, su comercio ilegal y el lavado de los beneficios que produce, estuvieron representados la Sociedad Rural, la Asociaci?n de Bancos argentinos, la Uni?n Industrial y las C?maras de Comercio y la Construcci?n.

En la adopci?n de estos temas como leitmotiv de todas sus apariciones p?blicas coincide con Scioli y con el diputado Sergio Massa. Sus chances de alcanzar un lugar en alguna f?rmula presidencial dependen de la inhabilidad que hasta ahora han mostrado las fuerzas opositoras para tejer acuerdos con viabilidad electoral. Luego de la disputa abierta por Elisa Carri? acerca de una gran coalici?n que incluya a Maurizio Macr?, en las ?ltimas semanas las coincidencias nacionales han comenzado a contradecir los entendimientos provinciales.

Por momentos, UNEN parece una batalla de todos contra todos. Mientras Gerardo Morales se mostraba en Jujuy con Sergio Massa para anunciar un posible acuerdo, Julio Cobos le recrimin? que de ese modo debilitara a la alianza que el radicalismo constituy? con el Partido Socialista, Libres del Sur, Elisa Carri?, Fernando Ezequiel Solanas Pacheco, Margarita Stolbizer y Luis Juez. El radical cordob?s Oscar Aguad postula un entendimiento con Maurizio Macr?, opci?n a la que ahora tambi?n se sum? Juez, principal denunciante de los presuntos negocios il?citos del intendente de la capital de C?rdoba, el tambi?n radical Ram?n Mestre.

A un a?o de la fulgurante victoria de Massa en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, el anhelado efecto domin?, con todas las fichas justicialistas inclin?ndose a lo largo y lo ancho del pa?s no se produjo, de modo que el ex intendente de Nordelta carece de bases en el territorio para su proyecto presidencial. Ni siquiera tiene una carta ganadora en su propia provincia, algo que dif?cilmente pueda compensar con acuerdos de c?pula en distritos peque?os como Jujuy.

Para colmo, el negociado pase de Mart?n Insaurralde provoc? una crisis interna con otros aspirantes a la candidatura del Frente Renovador, y puede terminar con la creaci?n de un partido provincial hacia el que el ex intendente de Lomas de Zamora arrastre a algunos intendentes hoy renovadores. Vuelve a ponerse a prueba el viejo axioma de que salir del justicialismo es quedar a la intemperie. A pesar de todo La fantas?a de un denominado Tercer Movimiento Hist?rico, que sume voluntades de los dos partidos m?s antiguos y arraigados del pa?s reaparece en forma espor?dica, ya sea como proyecto de hegemon?a o como respuesta defensiva ante cuadros complejos. Se manifest? durante la dictadura de Juan Carlos Ongan?a, tuvo un primer atisbo electoral cuando Juan D. Per?n contempl? invitar a Ricardo Balb?n a que lo acompa?ara como vicepresidente, y se renov? como aspiraci?n en la presidencia democr?tica de Ra?l Alfons?n, pero sin alcanzar resultados.

Fue clave en el Pacto de Olivos de 1993, que abri? la puerta a la reforma constitucional que permiti? una tercera candidatura presidencial de Carlos Menem, a cambio de ampliar la representaci?n radical en el Senado, y volvi? a manifestarse en 2001, cuando Alfons?n y el senador Eduardo Duhalde dejaron sin sustentaci?n al gobierno de Fernando de la R?a y forzaron su renuncia. Pero en ninguno de esos casos la entente justicialista-radical lleg? a plasmarse en una propuesta electoral conjunta, como la que ahora est?n explorando el gobernador bonaerense Daniel Osvaldo Scioli y el hijo de Alfons?n.

El radicalismo protagoniz? intentos fallidos en 2007, cuando eligi? como candidato presidencial a Roberto Lavagna acompa?ado por Gerardo Morales, y en 2011, con el propio Ricardo Alfons?n como postulante a la presidencia y el Peornista Opositor Francisco De Narv?ez en la boleta para la gobernaci?n bonaerense. El fracaso de ambos experimentos (en 2007 Lavagna roz? el 17 por ciento de los votos y cuatro a?os despu?s Alfons?n apenas pas? del 11 por ciento) no ha obrado como disuasivo, por distintas razones. Los radicales no tienen una alternativa mejor, ya que la provincia de Buenos Aires que alguna vez fue su basti?n hoy es su tal?n de Aquiles.

Los seguidores de DOS entienden que la falla no estuvo en el acuerdo suprapartidario sino en la ausencia de candidatos presidenciales atractivos. Scioli cree que su abrazo con Alfons?n marcar?a en forma indeleble el contraste con el kirchnerismo y podr?a concitar la adhesi?n del resto del justicialismo, aunque cuesta imaginar una cesi?n voluntaria de la provincia de Buenos Aires al hoy contra?do rival hist?rico.

El marketing del acuerdo har?a hincapi? en la soluci?n para una Argentina crispada, que necesita de todos por encima de las bander?as partidarias y cuenta con el benepl?cito del Grupo Techint, un instigador constante de este tipo de esquemas, con un programa econ?mico al paladar de la transnacional italiana basado en un pacto de contenci?n salarial, que la alta inflaci?n facilita porque basta con ralentar las actualizaciones.

A contramano

A lo largo del a?o, dirigentes de distintos partidos plantearon la intervenci?n militar en la represi?n del narcotr?fico, aunque para ello hubiera que revisar las leyes de defensa nacional, seguridad interior e Inteligencia, que lo proh?ben. Coincidieron en este punto Macr?, Scioli, Massa, Jos? Pampuro y Carlos Menem. Desde el gobierno nacional los refut? el ministro de Defensa, Agust?n Rossi, y se opusieron en p?blico los FAUNistas Ricardo Alfons?n y Hermes Binner, aunque en privado manifest? su acuerdo Ernesto Sanz. Ahora se suma a la misma corriente Julio Cobos.

Su principal asesor en la materia es el coronel mendocino Carlos Pissolito, retirado hace dos a?os luego de una larga experiencia en las misiones de paz de Naciones Unidas. Fue director del Centro de Capacitaci?n para esas misiones de Campo de Mayo y agregado militar en Estados Unidos. Dirige dos asociaciones civiles, Cascos Azules y Santa Romana, y acaba de publicar el libro Las Fuerzas Armadas en otras operaciones diferentes a la guerra, en el que reflexiona sobre su experiencia en Hait?, Irak, Kuwait y Chipre y postula la intervenci?n castrense en seguridad interior.

All? afirma que la legislaci?n vigente es incoherente, porque permite emplear a fuerzas militares en cuestiones de seguridad pero les proh?be ?tanto prepararse como equiparse para enfrenar estas situaciones, a la par que se las inhibe de hacer la inteligencia interna necesaria?. Seg?n Pissolito cuando se asignan al componente militar tareas policiales ?es conveniente que se lo eduque, instruya y equipe en tareas policiales b?sicas; tales como el control del orden p?blico y la detenci?n temporaria de personas?, entre las que menciona ?narcos, terroristas, etc?.

Esta efervescencia crece al mismo tiempo que el pa?s que m?s avanz? en el sendero que estos pol?ticos proponen para la Argentina, vive un amargo desenga?o por sus catastr?ficas consecuencias. El ex presidente de M?xico, Vicente Fox, quien gobern? entre 2000 y 2006, acaba de cuestionar a quien lo sucedi?, Vicente Calder?n: ?Fue un error sacar al Ej?rcito, fue una violaci?n flagrante de los derechos humanos. El Ej?rcito no est? para respetar los derechos humanos. La entrada de los militares agit? el avispero, pero no funcion?. Ni se acab? con los carteles ni con la drogas ?afirm??. ?De qu? sirvi? esa guerra? Se triplic? el n?mero de homicidios respecto a mi mandato.? Encomi?, en cambio, al actual presidente, Enrique Pe?a Nieto, quien decidi? crear una Gendarmer?a que a partir del a?o pr?ximo deb?a sustituir en esa tarea al Ej?rcito. Pero el nuevo cuerpo, que Pe?a Nieto estim? en 40.000 hombres durante la campa?a electoral que lo llev? a la presidencia, hasta el momento s?lo tiene 5000, por lo que militares y marinos siguen cometiendo masacres de civiles, mientras el Senado trata un proyecto de ley por el cual esos abusos ya no ser?n tratados por la justicia militar sino por la ordinaria. Fox plante? que el ?nico camino viable es la legalizaci?n de las drogas y vaticin? que muy pronto eso ocurrir? en el Distrito Federal.

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