En su nuevo/viejo lugar, estará encargado del manejo de las Fuerzas de Seguridad, algo que seguramente no le quitará el sueño. Ya ocupó ese lugar en sus dos experiencias ministeriales anteriores.
Durante el gobierno de Alberto Fernández, desde febrero del 2020 hasta el momento, el flamante ministro se desempeñaba como Interventor de Yacimiento Carbonífero Río Turbio, el más importante del continente y de gran valor estratégico.
En paralelo, este año fue elegido por unanimidad para un segundo mandato en la presidencia de la Confederación Argentina de Hockey Sobre Césped y Pista, cargo que mantiene desde 2013.
Una larga trayectoria
Durante la presidencia de Eduardo Duhalde, fue secretario general y luego ministro de Producción. Luego, fue elegido como ministro del Interior en la gestión de Néstor Kirchner y ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de Cristina Kirchner.
En 2009, después de la derrota de Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires en las elecciones de medio mandato, asumió la Jefatura de Gabinete de Ministros, tras la renuncia en ese puesto de Sergio Massa.
En las elecciones de 2011, fue electo como senador nacional por la provincia de Buenos Aires y dejó su cargo en el Gabinete para ejercer en la Cámara alta. Durante su primera incursión en el área, se dedicó a desarrollar legislación y acciones contra la trata de personas, una preocupación que arrastraba desde su paso por el ministerio de Justicia.
En diciembre de 2014, fue convocado nuevamente al Gabinete por Cristina, asumiendo como secretario general de la Presidencia y nuevamente como jefe de Gabinete al final del mandato.
En octubre de 2015, se presentó como precandidato a la gobernación de la provincia de Buenos Aires por el Frente para la Victoria, donde enfrentó justamente a uno de sus nuevos compañeros de gabinete, Julián Domínguez. Tras ganar esa interna, terminó perdiendo sorpresivamente la elección ante María Eugenia Vidal, la candidata de Cambiemos.
En el curso de esa larga carrera electoral, sufrió una enorme campaña mediática de desprestigio en la que fue acusado «de complicidad con el narcotráfico» y hasta de un triple asesinato.
Aníbal Fernández parece haberlo superado. «Las acusaciones no sólo nunca fueron probadas sino que no fui jamás mencionado en la justicia por ninguno de esos cargos y aunque la persecución macrista fue difícil, en 2019 el peronismo ganó nuevamente las elecciones», asegura.
Un perfil mediático
Durante la presidencia de Néstor Kirchner, compartió con el actual presidente la defensa de ese gobierno en los medios de comunicación. Tan omnipresente se volvió su actividad en los medios que se los bautizó como «Los dos Albertos».
Ese alto perfil se repitió durante su participación en los gobiernos de Cristina Kirchner y se mantiene hasta hoy. Tanto, que no eran pocos los oficialistas que reclamaban su regreso a las primeras filas del gobierno para aprovechar sus dotes comunicacionales. Otros temen que tanto pasado termine dificultando sus desafíos actuales. Desde el lunes, se podrá comprobarlo.
Confiado de sí mismo, suele describirse con pocas palabras: «Yo no vivo de la política, vivo para la política».
