La elección se llevó a cabo la semana pasada en el club Locomotoras y las tres CGT, divididas a nivel nacional, se unieron en Concordia. La CGT Balcarce, que encabeza el metalúrgico Antonio Caló, tiene como representantes a Domingo Ava (La Fraternidad) y Doronzoro mientras que la CGT Azopardo, del camionero Hugo Moyano, está personificada por Eduardo González (Camioneros) y Walter Cáceres (UATRE). Por último se encuentra la CGT Azul y Blanca del gastronómico Luis Barrionuevo, que en Concordia es encarnada por Pérez y Fabián Rivero (trabajadores de Estaciones de Servicio).
Pérez dijo que: “los gremios que la componemos somos las tres CGT que hoy están por tratar de unirnos a nivel nacional”. Y destacó que el acuerdo surgió de las reuniones que mantuvieron. “El compañero Giachero (Madera) fue uno de los pioneros de unificar el triunvirato y pasar a ser un sexteto”, agregó.
A su vez, Doronzoro sostuvo que la convocatoria fue enviada a todas las organizaciones gremiales que componen la CGT. El día de la convocatoria, en el Locomotoras, hubo una moción de conversión de los tres sectores en una conducción de seis personas. “Tenemos la responsabilidad de conducir esta cuestión colegiada”, indicó. “Creemos que hemos tratado de buscar la unidad y a partir de ahí seguir trabajando”, añadió.
No obstante, en el Centro de Empleados de Comercio no vieron con la misma perspectiva favorable la conformación de la conducción. Simonetti recordó que lo mismo sucedió años atrás, cuando se eligió a Jorge Martínez (Alimentación) para conducir. En ese entonces estuvieron de acuerdo aunque no hubo plenario. “Se eligió así nomás, un poco al voleo”, manifestó. “Lo único legal era que habían venido de la CGT nacional que estaba Moyano, la única CGT”, indicó. Pero luego del fallecimiento de Martínez, se formó un triunvirato. “Los eligieron los que estaban ahí y no tiene nada que ver con la sucesión de mandos que el estatuto prevé”, dijo.
La semana pasada, un día antes de la asamblea en el Locomotoras, Simonetti recibió la invitación para ir a la misma y otra donde se le informaba como se iba a conformar la nueva conducción. En una de las notas se le pedía que llevase dos congresales y Simonetti cuestionó esa metodología que los deja en igualdad de condiciones con los sindicatos más pequeños. A Comercio, por la cantidad de afiliados, le corresponde una cantidad mayor. “Es una ridiculez que nos comparemos con otros gremios, sin desmerecer a nadie. Hay gremios que tienen 20 afiliados: nosotros tenemos 4000. Smata no sé cuanto tiene: 30. No me puedo comparar con ellos”.
En consecuencia, dijo que los gremios que conforman la CGT eligen “como se les antoja”. Por ende, dijo que no estaba dispuesto a ir a convalidar algo que está “mal convocado” y legalmente lo que se elige “no corresponde”. En ese sentido, Simonetti mencionó que está reglamentada estatutariamente la elección. Entre los requisitos, se exige: un aval de la CGT nacional, la elección de un número de delegados conforme a la cantidad de afiliados, los gremios que participan deben tener personería gremial y jurídica al día (“acá hay muchos gremios que no están reconocidos a nivel nacional”, acotó), la conformación de una comisión directiva, la certificación de las autoridades vigentes, etc.
Otro de los gremios que quedaron fuera del sexteto es el Sindicato de la Fruta. El secretario general, Alcides Camejo, dijo que los sindicatos deben estar unidos y dejar de lado “los miedos que puede tener algún secretario general que tiene un gremio chico”. “Dejar ese egoísmo, esa envidia y ese odio y convocar a todos”, resaltó. “Por ahí molesta que nos quieran tomar el pelo y que sea una joda y que pongan en la CGT a gremios que no pueden manejar ni sus propios afiliados”, señaló.
El Sindicato de la Fruta tiene cerca de 16.000 afiliados. Camejo también manifestó que los gremios grandes deben ser respetados. “Primero hay que manejar el sindicato como lo maneja Simonetti, como lo maneja Medina (Panaderos) y varios otros secretarios generales. Después querer ir a la CGT. Pero no podemos, sino manejamos nuestra casa, mandar en casa ajena”.
Además aseguró que las cuestiones locales se deben independizar de lo que sucede a nivel nacional, donde la división de la CGT se debe a la disputa de “puestos de poder políticos”. “Es como un boicot hacia la Presidenta”, indicó. “Quieren hacer un paro como hizo Moyano y tienen que cortar rutas y hacer piquetes para mentirle al común de la gente y decirle que fue un paro masivo cuando no fue así”, recalcó Camejo.
Consultado sobre las críticas al proceso de reunificación, Doronzoro dijo que eran razonables las mismas y no las cuestionaba. De hecho, a nivel nacional la Uocra y Comercio comparten la CGT Balcarce. “Lo que hicimos ahora fue un avance para tratar en algún tiempo de normalizar la CGT donde puedan estar todos los compañeros que hoy no la componen”, indicó. “Está en nosotros el buscarle la vuelta para ver si podemos, en un futuro, que puedan participar ellos”, añadió.
La tarea de la Central
Simonetti también cuestión el funcionamiento de la CGT. “Yo de esa manera no quiero participar: quiero participar si las cosas se hacen bien. Y aparte tener un propósito porque estar ahí y no hacer nada, prefiero seguir ocupándome más de mi gremio. Si uno va y no hace nada, no tiene sentido”, dijo.
La intención de la nueva conducción de la CGT es llevar a cabo un plenario de secretarios generales cada 15 días. La intención es abordar diferentes problemas de la ciudad como las cuestiones sociales en los sectores más pauperizados de la población. “Antes de fin de año queremos tener una reunión con el Jefe de Policía para trabajar en todo lo que es la seguridad”, dijo además Pérez. Sin descuidar la tarea primordial de la Central Obrera que es la defensa de los trabajadores. Uno de los objetivos es la lucha contra el trabajo “en negro”. “Tenemos que salir en conjunto todos los secretarios generales a todo el corredor (del río Uruguay) a realizar inspecciones”, dijo el secretario de la UTHGRA Concordia.
En tanto, el secretario general de la UOCRA explicó que uno de los proyectos consiste en llevar a cabo una remodelación de la sede, un edificio que data de la década del 40.