La información fue el resultado del trabajo de especialistas del Departamento de Caracterización de Materiales del Centro Atómico Bariloche.
De este modo quedó desmentido que el joven de 21 años hubiera manipulado un arma como habían afirmado tanto la ministra de Seguridad como el ministro de Justicia a horas de que hubiera tenido lugar la represión en Villa Mascardi.
No se trato del primer caso en que miente la ministra. Ya lo había hecho en relación a la represión que terminó con la desaparición de Santiago Maldonado. Hace días volvió a hacerlo en relación al asesinato de Facundo Ferreira en Tucumán. Allí dijo que el niño de 12 años había disparado contra un policía, cuando los hechos y los testigos la desmienten.
La ministra de Seguridad se ha convertido en una enorme encubridora de la represión violenta y los asesinatos que cometen las fuerzas policiales y federales contra manifestantes o jóvenes. Son motivos más que suficientes para que renuncie ya misma. Cada minuto que pasa con Bullrich como funcionaria nacional crece la impunidad.
Las mentiras de Clarín y el resto de la corpo oficialista
Como ocurrió durante meses en el caso de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, en el caso del asesinato de Rafael los grandes medios volvieron a ser completamente funcionales al gobierno y su política represiva.
Hace poco más de un mes, en una nota firmada por Eduardo Van der Kooy, se mentía descaradamente afirmando que “en los últimos días finalizaron varias pericias en el Instituto Balseiro, de Bariloche. De reputación técnica impecable. Allí se habría constatado la existencia de restos de pólvora en una mano de Nahuel”.
El editorialista de Clarín hablaba a coro con la ministra de Seguridad quien también repetía la mentira de los rastros de pólvora en diversos medios.
Por esos días, la diputada Myriam Bregman (PTS-FIT) salía al cruce de Bullrich denunciado que “manipulaba las pruebas” y anunciaba resultados que no eran definitivos.
La gran corporación mediática volvió a jugar, casos como los de Santiago o Rafael, el mismo rol nefasto que jugara en la dictadura. El de amparar la represión y la impunidad del accionar estatal.
Dentro de pocos días nuevamente una multitud saldrá a las calles cuando se cumplan 42 años del golpe genocida impulsado por el gran empresariado y organizado por los militares.
Una de las razones para tomar las calles es volver a exigir la renuncia de la ministra de Seguridad. Se trata, además, de la funcionaria que defiende la llamada “doctrina Chocobar” que habilita el gatillo fácil contra los jóvenes pobres.
Este sábado hay que salir a la calle contra la impunidad y la represión de ayer y de hoy.