El acuífero, es una cuenca subterránea que abarca Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Misiones y Formosa y zonas de Brasil, Uruguay y Paraguay. Su sobreexplotación puede hacerle perder potabilidad y salinizarlo, según varios especialistas consultados.
De acuerdo a una información que aumentó la atención pública, la temperatura en las aguas termales de Salto (ROU) disminuyó en 10° (grados) y no se conoce aún la razón de esta merma. Precisamente para evitar el daño a la naturaleza y a este recurso, el geólogo Alfredo Serra, integrante del Foro Ecologista de Paraná, manifestó a APF su preocupación ante “la falta de control de las perforaciones” termales y aclaró que lo que está en discusión no es la gran cantidad de explotaciones existentes, “sino en cómo se hacen esas perforaciones”. Asimismo, explicó que el problema es la contaminación con agua salada de los acuíferos que están por encima del Ituzaingó, debido a que de ahí se sacan los recursos para proveer de agua a localidades como Paraná o Cerrito. Acerca de las consecuencias que pueden provocar la gran cantidad de pozos termales existentes en la provincia, Serra explicó que “el problema no es cuántas perforaciones se hicieron, sino cómo se hicieron, ya que constituyen procesos irreversibles”.
Antes de esto, aunque con resultados dudosos, el gobierno provincial había suspendido por un año los permisos de perforación de aguas termales. También, varios senadores nacionales de las provincias mesopotámicas encabezados por la entrerriana Laura Martínez Pass de Cresto, presentaron un pedido de informes al gobierno nacional para que informe sobre “El Acuífero Guaraní que es una fuente de agua y recurso estratégico para la región del MERCOSUR, que aún está a tiempo de preservarse si se lo protege en forma adecuada”.
El Acuífero, con cerca de 50 mil kilómetros cúbicos de agua, es capaz de abastecer a la actual población mundial, de 6.000 millones de personas, durante 200 años. Pero corre el riesgo de que aumente su salinidad, de que se degrade su composición química hasta perder su potabilidad y perder la presión natural que la hace surgir desde el subsuelo.
Los hidrogeólogos remarcan que antes de mitad de este siglo será un lujo gastar 150 litros de agua en un baño de inmersión. Y advierten que, sin urgentes medidas ambientales, el Acuífero, la gigantesca reserva subterránea que comparten Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, puede estar condenado.
Como dato, vale decir que la extensión del acuífero cuadruplica el territorio de la provincia de Buenos Aires y, para preservarlo, los especialistas recomiendan no abrir nuevos pozos de aguas termales o de uso industrial.
Ese peligro de contaminación fue advertido por el titular de la cátedra de Hidrogeología de la UBA, Miguel Auge. El científico dijo a Clarín que «es urgente frenar la explotación masiva e intensiva del acuífero», inclusive para baños curativos.
Como en el Acuífero, a diferentes niveles, coexisten grandes masas de agua salada y dulce, hay peligro de una catástrofe mayor. La directora del Programa de Geociencias de la UNESCO, Ofelia Tujchneider, asegura que «hay riesgo de que el agua muy salada del subsuelo comprometa a fuentes dulces que abastecen a Entre Ríos y otras provincias».