La gesta independentista, federal, republicana y distribucionista liderada por Artigas será recordada con actos plenos de contenidos simbólicos, el sábado 26 de febrero a la tarde, en la localidad de La Picada y el arroyo Espinillo.
La Asociación Cultural Puente La Picada y la Junta Americana por los Pueblos Libros decidieron unirse para conmemorar el nacimiento del federalismo y de la provincia de Entre Ríos (nada menos) en el Combate del Espinillo, dado un 22 de febrero de 1814.
Allí, a pocos kilómetros de Paraná, las fuerzas conjuntas de entrerrianos y orientales vencieron una invasión porteña y sellaron una unidad indisoluble que daría sus mejores frutos en la Liga de los Pueblos Libres, y que nos marcó hasta el presente.
Como este 22 de febrero es martes, los organizadores decidieron realizar un encuentro histórico y artístico el sábado 26, con entrada libre y gratuita, y para ello convocaron a participar a vecinos de la región, sin distinción.
Además de recordar y explicar, a través de folletos, charlas y un documental, la importancia central del Combate del Espinillo, con centro en la figura del protector de los Pueblos Libres, José Artigas, rendirán un homenaje a la gesta revolucionaria iniciada en Gualeguay con Bartolomé Zapata en febrero de 1811, dado que se cumple el Bicentenario, en estos días, del inicio de las nuevas luchas por la emancipación en el territorio entrerriano. (Antes, los pueblos originarios, y en especial los charrúas, resistieron 300 años a la conquista europea).
Velada folclórica
La Asociación de La Picada y la Junta Americana, presididas por los docentes Hernán Rondán Grasso y Pedro Aguer, anunciaron la organización de una marcha a caballo, en bicicleta y otros vehículos, y adelantaron que junto al arroyo Espinillo descubrirán una placa, en el lugar del Combate.
Además plantarán árboles con tierra que traerán especialmente de lugares de Entre Ríos y el Uruguay que fueron clave en el desarrollo de la revolución Artiguista.
Los árboles crecerán, entonces, con els uelo tomado de cercanías de Montevideo (donde nació José Artigas), del Ayuí (Concordia, donde se establecieron los gauchos del Éxodo Oriental), de Concepción del Uruguay (sede del Congreso de Oriente que declaró la independencia el 29 de junio de 1815); y también de Gualeguay y Gualeguaychú, primeras ciudades (junto a Concepción) conquistadas para la revolución por la gesta de Bartolomé Zapata.
Es que el homenaje se extenderá a la revolución liderada por el primer gran caudillo entrerriano, “Bartolo” Zapata, al cumplirse este mes de febrero el Bicentenario de aquella patriada de 1811, con epicentro en las tres ciudades que entonces poseían cabildo.
La ola artigueña
La histórica unidad entrerriano uruguaya llevó a estos pueblos de las dos bandas del río Uruguay a un comportamiento similar luego de la revolución de Mayo, y todo se expresó bien en febrero de 1811.
Bartolomé Zapata de este lado occidental, tomando las villas con otros vecinos para asegurar la revolución, y del lado oriental Venancio Benavídez con otros paisanos, en el Grito de Asensio que provocó la explosión del movimiento revolucionario. En los mismos días José Artigas se pasó del bando realista al revolucionario.
Esas coincidencias se consolidaron luego, cuando los dirigentes de la Buenos Aires “revolucionaria” (Primer Triunvirato) acordaron con los realistas que habían echo pie en Montevideo (virrey Elío) la entrega a España de toda la Banda Oriental y gran parte de la Entre Ríos actual. Ahí comenzó el Éxodo Oriental hasta pasar al Ayuí entrerriano, y se desató la ola artigueña que bañaría la región por una década y que todavía genera expectativas.
Ya en 1813 Artigas propuso la Independencia pero sus representantes fueron rechazados por la Asamblea en Buenos Aires. En 1814 comenzaron las luchas federales en el Espinillo. En 1815 Artigas creó la bandera tricolor (actual Bandera Federal o Bandera de Entre Ríos), y el 29 de junio declaró la independencia, con representantes de distintas zonas, en el Congreso de los Pueblos Libres realizado en Concepción del Uruguay (un año antes que en Tucumán). Luego dictó el Reglamento Provisorio de tierras que repartía estancias entre las familias más humildes.
Cómo participar
Los organizadores del encuentro patriótico explicaron que los vecinos que vayan a La Picada este 26 de febrero podrán protagonizar todos los actos en forma libre y gratuita.
La marcha encabezada por asociaciones tradicionalistas de la zona que concurrirán con paisanos de a caballo comenzará a las 17 hs de ese sábado en La Picada. Los manifestantes recorrerán casi 5 kilómetros por un camino vecinal hacia el Espinillo.
Ya en el lugar del Combate, cantarán el Himno Nacional, descubrirán una placa, plantarán árboles con tierra de cinco ciudades (Gualeguay, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Concordia y Montevideo, cuna de Artigas); y entonarán con el Dúo Enarmonía la milonga A Don José, considerada un Himno a Artigas.
En el regreso, los paisanos de a caballo serán recibidos en la sede de la Asociación Cultural Puente La Picada (ex estación del ferrocarril), junto a la Ruta Nacional 12. Allí hablarán especialistas sobre las gestas de Bartolomé Zapata y José Artigas, se proyectará un documental, y el encuentro se completará entonces con la participación de músicos, cantores populares, recitadores y un cuerpo de danza.
De modo que quienes no puedan asistir a la marcha a las 17 podrán concurrir directamente a la velada en La Picada a las 20.30.
Los organizadores aclararon que el encuentro cultural contará con el auspicio de la Junta de Gobierno de la Picada, y que invitaron a participar a todos los vecinos de la zona, sin distinción, en particular: entrerrianos, orientales, santafesinos, cordobeses, correntinos y misioneros, considerando que la Liga de los Pueblos Libres abarcó esta región.
La confluencia de distintas organizaciones y personas en la recuperación de fechas históricas de febrero, sea por la gesta de 1811 como por el Combate del Espinillo que parió a Entre Ríos y le dio un envión fundacional al federalismo, se corresponde con un movimiento generado en los últimos años que está exhumando hechos y personajes que la historia oficial (porteñista, oligárquica) había ocultado deliberadamente, o por lo menos opacado.
Durante las reuniones para la organización de estos homenajes, los participantes coincidieron en que el ideario federalista, republicano y distribucionista es una causa aún por conquistar.
22 de Febrero, cumpleaños de Entre Ríos
En una columna titulada “Entre Ríos nació en el Espinillo”, el periodista Fortunato Calderón Correa publicó en la agencia AIM esta semana una síntesis de las razones por las que los vecinos hacen foco en el arroyo Espinillo y dijo de entrada: “La batalla del Espinillo, cerca del puente actual sobre la ruta nacional 18 a 25 kilómetros de Paraná, fundó la independencia de Entre Ríos con la mezcla de la sangre de entrerrianos y orientales contra un ejército porteño al mando de un coronel alemán. El Espinillo, que los entrerrianos tenemos injustamente olvidada, es para la provincia al menos simbólicamente lo que la Toma de la Bastilla para la revolución francesa o el 25 de Mayo para la independencia argentina”.
El periodista Mario Alarcón Muñiz habló en su obra “Entrerrianías” de la “Primera invasión”.
“Luego de un transitorio y precario entendimiento con Buenos Aires que le permitió a Artigas retornar a la Banda Oriental, los enfrentamientos se reanudaron a partir del rechazo de los diputados artiguistas por parte de la Asamblea del año XIII. Este mismo congreso creó un Poder Ejecutivo unipersonal con el título de director supremo y designó para ejercerlo a Gervasio Antonio de Posadas, quien asumió el 31 de enero de 1814”.
Alarcón destacó la preocupación de los porteños por la influencia de Artigas sobre los pueblos del litoral y señaló que por esa razón Posadas en su cuarto día de gobierno decidió enviar desde Santa Fe a Entre Ríos una fuerza de 500 hombres comandada por Holmberg.
“Además de ofrecer seis mil pesos a quien entregara a Artigas vivo o muerto, con instrucciones de fusilarlo de inmediato si se lo tomaba prisionero, el oficial alemán debía someter a los entrerrianos al gobierno de Buenos Aires, empresa harto difícil dada la fuerte adhesión al caudillo oriental que manifestaban los pueblos de la región. No tardó demasiado Holmberg en comprobarlo”.
“No bien desembarcó frente a La Bajada del Paraná avanzó hacia Concepción del Uruguay, pero la hostilidad de la población le obligó a retroceder. A todo esto una fuerza entrerriana al mando del coronel Eusebio Hereñú tomó La Bajada y salió a esperar a Holmberg en el arroyo Espinillo. En ese lugar el 22 de febrero de 1814 la capacidad táctica y estratégica de Holmberg de nada sirvió frente a los lanceros de Hereñú, cuyas cargas de caballería pusieron en fuga al invasor, derrotándolo completamente”.
“El jefe alemán cayó prisionero y poco después Hereñú proclamó la Federación Entrerriana”.
Claro, después vendría la creación “oficial” de la provincia, con gobernador impuesto desde Buenos Aires, como un modo de sustraer al territorio entrerriano de la influencia de Artigas, pero eso es ya la historia oficial, la más conocida, la que sepultó la importancia del Espinillo como germen de la soberanía entrerriana y cuna del federalismo regional.
El Espinillo, cuna del federalismo rioplatense
Dice Oscar R. Tavani Pérez Colman en su obra “Ramírez y Artigas”, de valor documental: “Entre Ríos había pasado a ocupar una relevante situación estratégica porque sus habitantes, animados por un espíritu autonomista adherían a José Artigas. La importancia de la provincia obedecía a la circunstancia de ser fuente de recursos, y porque su territorio era lugar de paso obligado para los ejércitos que intentasen imponer los principios orientadores de la organización rioplatense. Ambos pueblos, el entrerriano y el oriental, se encontraban bajo la presión de los mismos adversarios en lo que hace a los aspectos militar y político: España, Portugal y el ejecutivo nacional que imprimía a su política un carácter acentuadamente centralista en desmedro de las aspiraciones autonómicas provinciales”.
Y sigue Tavani: “se ha sostenido que la provincia de Entre Ríos fue sometida por Artigas mediante la fuerza con la finalidad de utilizar su situación geográfica y sus recursos humanos y físicos en beneficio de su sistema anárquico. La realidad fue muy diferente. Los entrerrianos anhelaban desprenderse del sometimiento a los gobiernos de Buenos Aires y de Santa Fe que entregaban establecimientos de campo a vecinos de estas dos ciudades o a personas allegadas a sus gobernantes, profitando (beneficiándose) de las riquezas naturales de la provincia con exclusión de sus habitantes. Mediante el autogobierno se intentaba terminar con esta irritante situación, que era anterior al movimiento de mayo, provocando ello que los entrerrianos buscas en el auxilio de los orientales a través de su jefe para hacer frente al gobierno nacional residente en la ciudad capital”.
“Por esta razón –añade Tavani- el pueblo entrerriano era más federal que Artiguista como lo demostró en hechos históricos posteriores. Su lucha apuntaba al asentamiento de un sistema de gobierno y no de glorias o pretensiones hegemónicas de algún caudillo”.
“En sus anhelos autonomistas seguía al jefe que bregaba por el establecimiento del sistema republicano y federal, base del autogobierno”.
“Para las autoridades nacionales era legítimo concluir por la fuerza con lo que consideraban movimientos anárquicos en Entre Ríos y Banda Oriental, levantamientos subversivos contra el orden exigido por las máximas autoridades de las Provincias Unidas”.
“En cambio desde el punto de vista de los pueblos de dichas provincias esos movimientos no eran otra cosa que actos de resistencia a proyectos monárquicos y/o de imposición forzada del sistema de unidad de régimen pergeñados por funcionarios del gobierno central, contrapuestos al sistema republicano y federal”.
Luego Tavani Pérez Colman apunta directamente al combate del Espinillo. “El 22 de febrero de 1814, cuando (Holmberg, el enviado porteño) retornaba hacia esta villa (la Bajada) fue sorprendido por José Eusebio Hereñú en el paraje situado entre los arroyos Espinillo y Sauce, departamento Parana, a cinco leguas de la Bajada, resultando vencido por las milicias entrerrianas no obstante hallarse estas con inferioridad de armamento”.
“El Espinillo fue la primera victoria militar de fuerzas federales en todo el ámbito rioplatense, insuficientemente conocida por el escaso o nulo interés despertado por el estudio y difusión de la historia de la provincia de Entre Ríos”.
“La provincia quedó libre durante cierto tiempo de las fuerzas militares directoriales, y el triunfo alimentó el sentimiento autonomista de la población”.
“Al mes siguiente y previas gestiones de Manuel Francisco Artigas don José Eusebio Hereñú proclamó la autonomía de Entre Ríos, declarando que el territorio bajo su mando estaba bajo el protectorado del general José Artigas”.
Y Luego: “Entre Ríos se erigía de hecho en la primera provincia argentina en obtener y proclamar su autonomía frente a las autoridades del gobierno central, preanunciando la revolución federal”.
“El pueblo de Entre Ríos despreció, aisló y rechazó a los gobernadores-intendentes enviados por el ejecutivo nacional, de fuerte tono centralista, a fin de lograr la obediencia de la provincia. A partir del triunfo de El Espinillo la provincia se convirtió en el eje geográfico, militar y político de la resistencia del Litoral contra el gobierno del Directorio y las tentativas de implantar el sistema de unidad de régimen”.
Bartolomé Zapata: ¡presente!
Los homenajes de este sábado 26 de febrero en La Picada y el arroyo Espinillo se concentrarán en las luchas por el federalismo republicano y distribucionista, y de ahí la importancia de la figura del Protector Jose Artigas.
Pero en la segunda quincena de febrero se cumplen 200 años de otros hechos memorables para los entrerrianos, que tuvieron como protagonista central a un gualeyo.
En los actos de La Picada, el sábado 26, hablará sobre estos hitos de nuestra historia Mario Alarcón Muñiz, integrante de la Junta Americana, y será invitada también la presidenta de la Asociación Belgraniana de Paraná, Elsa Vignola.
Dice Alarcón: “El 18 de febrero de 1811 Bartolomé Zapata al frente de 52 gauchos logró reconquistar Gualeguay en lo que fue la primera victoria por la libera en territorio entrerriano, expulsando de la villa a los húsares del rey. El caudillo decidió repetir la operación en Gualeguaychú. Alentados por el triunfo inicial más lanceros se le sumaron. Desde el este amenazaba una fuerza reunida por el español Valentín Sopeña… Sopeña llegó hasta las proximidades de la actual Larroque pero advertido del avance patriota se replegó sin combatir”.
Alarcón toma palabras del historiador Filiberto Reula para añadir más datos: “El 21 de febrero a la medianoche Zapata rodeó Gualeguaychú ayudado por otros paisanos que en la zona había reclutado Samaniego. Al amanecer entró sorpresivamente al pueblo sin dar tiempo a los realistas a defenderse”.
El caso es que Zapata triunfó y empezó a organizar la reconquista de Concepción del Uruguay mediante otro ataque sorpresivo. Los realistas huyeron.
Hay que decir que la arremetida de Zapata fue anterior, incluso, que la batalla de Las Piedras, primera en las luchas independentistas de la región, luego de Mayo de 1810. Y que los estudiosos destacan la trascendencia de esta movida, porque impidió cualquier ataque realista o portugués desde esta región, tomada por los criollos.
Las reconquistas de Zapata aquí, como el Grito de Asensio del otro lado del Uruguay, anunciaron la revolución Artiguista que todavía tiene mucho que decirnos.
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Los manifestantes plantarán árboles con tierra de lugares históricos de Entre Ríos y Uruguay.
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El Espinillo fue la primera victoria militar de fuerzas federales en todo el ámbito rioplatense.
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Tras el Combate, Hereñú proclamó la autonomía de Entre Ríos bajo el protectorado de Artigas.