“Lo positivo es la aparición en el temario el tema de las retenciones móviles», declaró Mario Llambías, titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Por su parte, Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), reconoció que no salía «demasiado satisfecho» de la reunión a pesar de haberse tratado el tema de las retenciones, que para él «es central» en las conversaciones con el Gobierno.
Pero el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, agregó un detalle que provocó la reacción oficial. «El jefe de Gabinete admitió que las retenciones son un problema que el Gobierno esta dispuesto a modificar. Esto implica que se defina el cuánto y el cómo”, declaró.
A raíz de esto, tres hora más tarde, Alberto Fenrández salió a desmentir esta «insólita» interpretación de Buzzi y acusó a los dirigentes de estar “más preocupados en hablarle a otros (las bases) que en decir la verdad”. «Nunca dijimos que ibamos a derogar las retenciones», aseguró.
A pesar de este cruce de acusaciones, se sabe que el gobierno ya había adelantado que sólo después del 25 de mayo se implementaría una “pequeña corrección” en el esquema de retenciones: se fijaría un tope del 50% a las retenciones móviles, cuando el precio de la soja supere el valor internacional de 600 dólares la tonelada. El objetivo del poder K sería incluir el acuerdo con el campo en el Pacto del Bicentenario.
Según informaron las entidades agropecuarias, el Gobierno se comprometió a entregar mañana a la mañana la propuesta sobre retenciones en la que se informará cómo se va a implementar la modificación y cuál será el alcance.
Una vez finalizado ese encuentro, se analizará la oferta en la sede de CRA y a las 17 habrá una conferencia de prensa para anunciar el futuro del reclamo del sector. En paralelo, las bases realizarán asambleas en varias rutas del país, desde donde decidirán si aceptan o no el nuevo esquema de retenciones propuesto por el Gobierno.