Aunque ni esta vez, ni ninguna otra pudo negar la veracidad de lo publicado por DIARIOJUNIO (o por cualquier otro de los medios o programas que he dirigido), en relación a su pasado y a su actuación como funcionario público (tres veces gobernador, 2 Intendente y legislador nacional y provincial), Busti hizo lo que acostumbra : victimizarse y acusarnos de “perseguirlo” desde hace más de 20 años.
Como otras veces, Busti minimizó la información aportada por DIARIOJUNIO en cuanto a que él había sido citado por la defensa del ex Jefe del Regimiento 6 de Caballería de Concordia, al decir que “no se si esto es así, no me importa”. Tal afirmación la realizó en Radio del Sur, en el programa de Juan José Cornú, un habitual vocero suyo cada vez que este diario publica algo que al otrora mandamás lo deja mal parado.
En principio no puede menos que decirse que es muy, pero muy extraño, que haya sido citado como testigo y no lo sepa. Está demás decir que si la información difundida por este diario luego del reportaje a una de las víctimas de la represión (querellante en esta causa), hubiese sido falsa, el tres veces mandatario provincial habría salido con toda la furia contra nosotros (ni siquiera contra quien afirmó tal cosa) y, por último, puede no importarle a él, pero, difícilmente y mal que le pese, la noticia pueda ser atacada por irrelevante.
Reconoció sí, que fue él quien le solicitó a la abogada (querellante) Maria Isabel Cacciopoli que lo designara como testigo de la Causa “Área Concordia”. Un dato que haría falta verificar ya que, según nuestra información, antes de estar en manos de esta abogada, la causa la llevaba el actual diputado Raúl Barrandeguy, de muy estrechos vínculos con Busti.
Ver nota : http://www.diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=44011
En su favor, relató el suplicio de “los días que estuve preso y fui detenido tanto en el Regimiento como en la Jefatura de Policía”.
Dijo que estuvo encapuchado durante dos días en alguna dependencia del Ejercito (creo que en el Donovan, aclaró) y relató que luego fue trasladado a la policía (jefatura departamental) a una celda individual. Todos los vecinos vieron cuando me llevaron y cuando me liberaron no podía salir de Concordia, era un indocumentado, finalizó.
Que Busti tenga por costumbre difamar a todos aquellos que se animen a contar no solo esa parte sino todo de su pasado, no es óbice como para no calificar ese hecho, la detención que sufrió, como una acción violenta, infame y repudiable desde el costado que se lo mire. Contra Busti no existía ninguna causa para detenerlo, ni mucho menos, de modo que ese episodio desgraciado no puede sino ser enmarcado en los tantos casos de represión indiscriminada contra toda la población. En ese aspecto, vale destacarlo, Busti también fue una víctima, los pocos días que estuvo detenido de ningún modo representa un atenuante para esta afirmación categórica.
Ahora bien, DIARIOJUNIO ha contado también que Busti ya en democracia y mientras ejercía el cargo de gobernador, designó al frente de la Secretaría de Derechos Humanos a una integrante de los servicios de inteligencia de la dictadura militar ; que también gestionó el nombramiento como jefe de seguridad de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande a quien fue mano derecha del entonces Coronel Dasso, esto es, al terrorífico “Mayor Ramón Orieta” (ya fallecido), uno de los ejecutores de la represión en Concordia.
Tampoco dejamos de informar que el mismo Busti integró al gobierno municipal mientras ocupó el cargo de Intendente a uno de los integrantes del Batallón 601, Fernando Dipasquo a quien luego lo hizo designar como fiscal de justicia, un aporte más al desprestigio de esa pata del poder del Estado. Tampoco ocultamos y hemos difundido que otros ex buchones a sueldo de los dictadores fueron funcionarios suyos y designados por él.
Cada una de estas cosas y no haber sido detenido injustamente, son las que ponen en dudas su compromiso con la verdad, la justicia y los derechos humanos.
Busti podrá entonces escribir y/o hacer repartir panfletos anónimos o instruyendo a sus seguidores a sueldo para que frente a cada una de estas afirmaciones periodísticas (debidamente documentadas y sostenidas no desde el anonimato sino asumiendo responsabilidades), difamen e intenten destruir nuestra credibilidad.
Lo podrá seguir haciendo, solo debe saber que la difamación es un delito y que, para defender la democracia, hacen falta personas comprometidas con una libertad responsable que no atente contra el buen nombre y honor de personas por el simple hecho de que no nos gusta lo que informan u opinan sobre personas públicas y con responsabilidades públicas.
Su trayectoria como funcionario público luego de haber ocupado los cargos más altos en la esfera provincial, deberían obligarlo a ser más cuidadoso y respetuoso, en especial con aquellos que en los duros años de la dictadura fueron capaces de poner la cara por aquellos que sufrían cárceles, persecuciones, desapariciones y represiones de todo tipo.
PERIODISTAS NO, PONE MICROFONOS Y DIFAMADORES COMPULSIVOS, SI
Nunca (o al menos nosotros carecemos de registro) Busti se animó a hacer lo que hizo hoy (en el programa radial mencionado), pero, frente a periodistas de verdad, a preguntones que, simplemente hacen honor a esta profesión y ante cada afirmación suya, le exigieran precisiones y no permitieran que denuncie cosas al boleo, sin dar nombres, ni citar fuentes, ni ningún otro dato más que dar rienda suelta a la imaginación, repitiendo los brulotes que él mismo se ha encargado de difundir a través de panfletos anónimos cada vez que aparece una noticia que lo involucra y que muestra un rostro suyo que prefiere oculto.