Busti señaló que está seguro de lo que hizo y tiene “muy claro” cómo llevó a cabo su campaña proselitista. “No tengo nada que ocultar de mi actuación pública ni privada”, profirió en alusión a los recientes dichos de Oscar Mori.
Luego manifestó que “esto es una pantalla para ocultar como se destruyó Entre Ríos y él se tiene que hacer cargo de lo que dijo, lo tendrá que probar y tendrá que presentar las pruebas correspondientes. Mori no es funcionario de mi gobierno y no tengo relación política institucional con él”.
Las confesiones del ex-secretario de Reforma de Estado y Control de Gestión generaron un cimbronazo al interior del gobierno, ya que desnudó los mecanismos espurios de financiación de las campañas políticas. “Nosotros cuando armamos la vuelta de Jorge Busti la armamos con recursos privados y obviamente después lo pagamos con recursos públicos”, declaró en el libro escrito por el periodista Martín Caparrós.
Las expectativas por la salida del libro aumentaron al mismo ritmo que los pedidos para que la Justicia investigue la veracidad de las afirmaciones. A la previsible presentación en la Justicia de la dirigencia radical, la propia fiscal de Estado, Claudia Mizawak, admitió que instruyó al fiscal anticorrupción, Luis Pedemonte, que haga una presentación ante un Juzgado de Instrucción.
Por último, Busti profirió duras críticas al gobierno de Sergio Montiel y expresó que “el radicalismo es un partido en descomposición y perdió identidad”.
