La normativa busca, además de reducir la ingesta de este tipo de alimentos, evitar el perjuicio sanitario y social, prevenir daños y concientizar a las generaciones presentes y futuras de sus consecuencias.
“El abuso de estos productos genera múltiples problemas en la salud, desde sobrepeso u obesidad, hasta innumerables enfermedades asociadas y deterioros odontológicos”, advirtió.
Según el Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado por OPS y la FAO, Argentina tiene la segunda tasa de sobrepeso más alta de la región entre niños menores de cinco años. Otro informe de la FAO, desprendió que en nuestro país el consumo de gaseosas fue de 131 litros por persona, mientras que el de leche fresca fue sólo de 45 litros.
La rionegrina detalló: “La obesidad ha sido definida técnicamente por la OMS como una Epidemia y está entre las principales enfermedades a ser combatidas por las Políticas de Estado de todos los países”.
Agregó que “en la actualidad, el 30 por ciento de los adolescentes tienen obesidad y sobrepeso, se trata de un daño acumulativo que perjudicará significativamente la salud de nuestra población”.
Finalmente, Larraburu expresó que “sin duda existen productos nocivos que están tendenciosamente publicitados; por ello debe haber una regulación orientada a generar nuevos hábitos saludables”.
