Roger Waters, toda una leyenda del rock, líder de una de las bandas más importantes de la historia desde mediados de los sesenta hasta principios de los ochenta y autor casi con exclusividad de obras cumbres como “The Dark Side of the Moon”, “Wish you were here” y “The Wall”, pasó por Concordia luego de los dos recitales que brindara en Capital, en el estadio Monumental, convocando a más de 120.000 fanáticos de varias generaciones.
Waters llegó a la ciudad en un vuelo charter, ayer martes, a las 9.30hs, y se dirigió a la Tortuga Alegre para pescar dorados.
Hector Bradanini, el guía de pesca que acompañó a Waters en su breve estadía, socio de una de las empresas dedicada a las excursiones en ese rubro, contó a DIARIOJUNIO cómo fue la visita fugaz del músico que, con sus canciones, anunció la muerte del hippismo y adentró al rock en su etapa más oscura en un viaje introspectivo hacia la locura de la vida moderna y la angustia existencial.
Los comentarios de Bradanini no desmienten la fama de inasible que arrastra el músico desde comienzos de su trayectoria:
“Desde que salió de Buenos Aires hasta que llegó acá no emitió una sola palabra. Estaba muy reacio a la conversación prácticamente con todo el mundo. Una vez que estuvo en el pontón de la peña de la Tortuga Alegre y vio que no había nadie y que nosotros habíamos cumplido con nuestra palabra de no divulgar que él iba a venir, recién ahí se soltó, comenzó a reir, a hablar, hacer preguntas… recién ahí lo saludó a mi socio que había viajado con él en el avión. Es una persona bastante reservada. Vino con un amigo y casi todos los comentarios los hizo con él. Habló nada más que de pesca. No cambiaba de tema y por educación nadie cambiaba de tema”.
Acerca de cuáles fueron los motivos por los que el músico eligió Concordia como uno de sus destinos para la recreación, el guía explica que “nosotros nos movemos con varios operadores de turismo en Estados Unidos. Uno de ellos lee en un diario que Waters venía a la Argentina y allí decía que una de las distracciones que a él le gustaría tener era la de pescar dorados, porque consideraba que era un pez muy atractivo y que nunca en su vida había tenido la posibilidad de pescarlo. Entonces este operador se pone en contacto con la gente de Waters y les comenta que Concordia es el lugar por excelencia para este tipo de pesca y que cuenta con los dorados más grandes del mundo. Waters quedó fascinado con la idea, tal es el caso que tenía programado venir el viernes antes de dar los recitales pero le suspendimos la expedición porque el río estaba crecido. Él aceptó el cambio de programación e incluso pospuso varios de sus compromisos para poder venir el martes. Esto habla bien de la fauna itícola de la ciudad, pero puntualmente habla bien del dorado que habita esta zona. En este momento hay un libro de publicación mundial dónde aparecen los peces mejores catalogados para la pesca deportiva y el dorado tiene una sección en ese lugar. Los americanos se están volcando mucho a venir a pescar dorados y los destinos son el Alto Paraná, los Esteros del Ibera o Concordia.”
Según el guía de pesca, Héctor Bradanini, la jornada fue excelente: “Si nosotros lo hubiéramos planeado así no nos iba a salir tan bien: A los diez minutos de estar embarcado, poco después de sacar un doradito de cinco kilos, metió uno de 20 kilos. Se fue muy contento y demostró ser un avezado pescador, sabe muy bien lo que hace y pesca con la modalidad “fly casting” (pesca con mosca). Estuvimos todo el tiempo en la lancha, planeábamos hacer un intermedio para comer, pero a él se le acortaron los tiempos así que pescamos de 10hs a 15hs y luego fuimos a la hostería que tenemos, pero tampoco quiso comer porque, según explicó, no come al mediodía; así que probó una picadita con productos regionales, tomo una cerveza y como a las 17hs se marchó.”