El ex candidato a la Gobernación por el Partido Popular de la Reconstrucción (PPR) dijo que “ya que no importa si el productor ha tenido renta (utilidad) o quebranto”, y que al “quitarles” un porcentaje de los ingresos en muchos casos “provocará la confiscación de los bienes, el capital de trabajo del productor”. Fernando Breide Obeid considera que las retenciones generan un problema “moral”, y lo argumenta señalando que “la moral rige a la política, bien dice el Preámbulo de de Nuestra Constitución que Dios es fuente de toda razón y justicia. Por lo tanto, confiscarles los bienes, aunque sea a un sólo productor, es injusto ya que nos apartamos del mismismo Preámbulo”. Asimismo entiende que sacar la propiedad, “según la ley divina”, es “robar (séptimo mandamiento)”.
“Para defender este despojo se van a apoyar en mentiras, y esto según la ley divina viola el mandamiento de no levantar falso testimonio ni mentir (octavo mandamiento), y como consecuencia de esto pueden provocar directa o indirectamente que se viole el quinto mandamiento que dice “no matarás”, y por supuesto van a violar el juramento que hicieron al asumir el cargo. Lo que atenta contra el segundo mandamiento: “no tomarás el Santo nombre de Dios en vano”. No se tienen que preocupar por “si la Patria se los demande” ya que en nuestro país lamentablemente rige la impunidad”, enfatizó.
Breide Obeid -en su particular visión del conflicto- advirtió que las autoridades del Gobierno Nacional “se tienen que preocupar por las amenazas y maldiciones de Dios (Levítico 28,14/39 y Deuteronomio 28,15/67), a quien “imploro desde ya que los haga efectivos en aquellos que voten a favor de las retenciones injusta e inicuas”, y pidió que “dichas amenazas y maldiciones no recaigan en el pueblo argentino”. Luego afirmó:
“imploro las bendiciones de Dios (Levítico 28,3/13 y Deuteronomio 28,1/14) para aquellos que se opongan a las inicuas retenciones”.
Finalmente, y en referencia a quienes como Poncio Pilatos “se lavan las manos” aseguró que habrá un repudio generalizado, pero peor aún un “castigo divino”.