En su decisión, adelantada por el diario Folha de São Paulo, el juez del Supremo, Gilmar Mendes, afirmó que en todos los procesos se dieron en “un escenario dominado por las marcantes actuaciones parciales e ilegítimas del exjuez Sérgio Moro”, por lo que deben empezar de cero.
Esto significa que los casos del sitio de Atibaia y del terreno del Instituto Lula, en los que el expresidente también estaba siendo acusado de corrupción pasiva, vuelven al punto inicial.
Nada de la documentación conseguida durante las investigaciones ni el contenido de los interrogatorios podrá ser reaprovechado en cualquier otra instancia judicial.
En un comunicado, la defensa de Lula celebró y resaltó que los procesos guiados por Moro están “manchados por la nulidad irremediable”.
El pasado mes de marzo, otro juez del Supremo, Edson Fachin, ya anuló las condenas que pesaban contra Lula en los procesos que tramitaban en la Justicia Federal de Paraná (sur), que lideraba Moro.
Con esa decisión, Lula recuperó sus derechos políticos y la posibilidad de presentarse como candidato en las elecciones presidenciales de 2022.
