El diputado nacional Miguel Bonasso (PRD-Capital Federal) le reclamó al gobierno nacional «las más severas medidas disciplinarias y reparatorias que exigan los organismos de derechos humanos» contra quienes propiciaron «la reivindicación» del fallecido coronel Manuel Alejandro Morelli, imponiendo su nombre a la cancha de polo de la Segunda Brigada de Caballería Blindada, con sede en El Paracao, a escasos kilómetros de Paraná. En diálogo con ANALISIS DIGITAL, el legislador remarcó que «la actual conducción del Ejército Argentino, con el general Roberto Bendini, es democrática, responde a sus mandos naturales y al comandante en jefe de las fuerzas armadas, que es el Presidente Néstor Kirchner, quien ha fijado una clara línea de reivindicación de la memoria histórica» y dijo no tener «dudas de que ésta línea que encarna el gobierno nacional es resistida por algunos cuadros que insisten en reivindicar el terrorismo de Estado, tal como ha sucedido con este grave hecho registrado en Paraná, lo que nos preocupa», acotó.
Bonasso recordó que hace ya más de un año y medio que presentó un pedido de informes en la Cámara de Diputados de la Nación, con respecto a «una situación irregular detectada en el sitio web» del Segundo Cuerpo de Ejército, con sede en Rosario y del cual depende la Segunda Brigada de Caballería Blindada de Paraná, «ya que aparecía información en la que se calificaba de asesinos al poeta Juan Gelman o al suscripto, pero, lamentablemente, ese reclamo no prosperó».
Dijo que «hay que repudiar estos hechos, como el sucedido en Paraná con la reivindicación de este militar Morelli, considerado uno de los principales responsables de la denominada Masacre de Fátima, donde se asesinaron salvajemente a 30 jóvenes, de los cuales muchos de ellos eran solamente adolescentes». Recordó además otros episodios parecidos, como «las cartas enviadas al diario La Nación, por la esposa de un militar en actividad o las amenazas anónimas enviadas desde una dependencia castrense, por el capitán Juan Manuel Ferraro, a mi persona, que revelan la persistencia de voluntades opuestas al imprescindible proceso de democratización de nuestras fuerzas armadas».
Bonasso insistió en remarcar que «es imprescindible una campaña de instrucción de los cuadros actuales, donde la mayoría de ellos no están comprometidos con lo que fue el terrorismo de Estado, a fin de que no consideren como propio la reivindicación de represores y genocidas. Son oficiales de una democracia en paz y no deben actuar como nostálgicos de la dictadura militar», agrrgó finalmente.