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PRESIDENTE “CON CARA DE BOLIVIANO”
En realidad Evo no es propiamente “indígena”, si cabe el tèrmino.
Los “originarios” americanos son, en conjunto, cerca del 60% de la población de Bolivia.
Pero no forman una unidad hay enormes diferencias entre ellos.
Buena parte de la población-lo dicen los censos- es mestiza. Cruza de aborigen con europeo, español principalmente.
El propio Evo es un ejemplo, ya que mezcla el Morales hispánico, con el originario Ayma, de origen precisamente de la etnia aymará.
Y eso es excelente ya que lo mejor es la mezcla de razas y no la segregación, el “apartheid” o la “pureza de razas”.
LA INTEGRACIÓN NACIONAL
Precisamente el gran logro del gobierno de Evo fue conseguir articular las diferencias a través de la creación, vía la Constitución de 2009 del “Estado plurinacional comunitario”.
Integrador de las diversas etnias y culturas indígenas y de otros orígenes.
Evo Morales fue, sin duda, en su lucha originaria por reivindicación de los campesinos cocaleros un líder popular.
No un técnico o un intelectual: pero llegado a la responsabilidad del gobierno supo rodearse de destacados intelectuales progresistas: el vice García Linera, el propio Luis Arce destacado economista.
GOBIERNO REALIZADOR Y AVANZADO
Los resultados de su administración se pueden apreciar con cifras concretas: el producto bruto interno de Bolivia creció 327 por ciento.
El ingreso por cápita llego a 44.885 . Entre 2006 y 2017, pasó de 1120 dolares a 3130.
La deuda externa bajo del 52% del pbi cuando llegó Evo al 24%.
La pobreza extrema se redujo mas de la mitad .
El desempleo era del 4,2%, uno de los más bajos de América.
En un país plagado de analfabetismo se crearon 1206 unidades educativas.
Se mejoró el sistema de salud se construyeron cerca de 50 nuevos hospitales y cientos de centros de atención.
El gas natural la electricidad y las cloacas llegaron a más de 8.000 hogares.
La esperanza de vida del boliviano medio se elevó de 60 a 71 años.
Todo eso le otorgo gran popularidad al MAS y le permitió ganar cómodamente elecciones.
ERRORES EVITABLES
Sin embargo se cometió al gran error, en lugar de institucionalizar el Movimiento, de identificar excesivamente los indudables logros con la persona del líder.
Creerlo indispensable e irreemplazable para continuar los progresos de la sociedad.
En esto quizá tuvieron más culpa algunos seguidores que el propio Evo.
Asi fue que lo postularon a repetir un tercer mandato presidencial violando la propia Constitución dictada en 2009.
Incluso desobedeciendo un plebiscito popular, que se lo impedía.
En las elecciones surgieron sospechas de irregularidades, no sabemos si llegaban a “fraude”, como denunció la OEA, nunca se comprobó con certeza, porque no se investigó a fondo
VIOLENCIA GOLPISTA
Todo eso dio pie a la derecha más recalcitrante, elitista y agresiva encarnada en el líder de la medialuna del Oriente petrolero (Santa Cruz de la Sierra) Marcelino Camacho y algunos seguidores fanáticos. además de grupos militares y polciales, que encontraron pretexto para desatar una ola de violencia agresiva.
Hay que destacar la responsabilidad y acierto con que, tanto Evo como la dirigencia del MAS, encararon la situación: no echaron más leña al fuego ni cayeron en la tentación del enfrentamiento violento a que pretendían llevarlos.
Renunciaron a sus cargos, y se retiraron, seguros que el tiempo y los acontecimientos pondrían las cosas en su lugar.
INTERINATO, NO DICTADURA
Más aún: los propios representantes del MAS en el Parlamento o Asamblea Popular prestaron su colaboración para, de alguna forma, “blanquear” el gobierno de facto de la Presidenta Jeanine Añez, otorgándole, si no legitimidad, al menos un carácter de provisariato interino que evitase la instalación de una dictadura permanente.
Se denunciaron crueles represiones contra expresiones populares las más conocidas las de Senkata y Sacaba de 2019, con muertos, heridos y detenidos.
Restablecido plenamente el estado de derecho en Bolivia habrá que investigar a fondo. Sin espíritu de revancha, pero con sentido de Justicia.
Y sancionar a los responsables.
A pesar de eso, hay que resaltar, la prudencia y habilidad política de la dirigencia opositora, que evitó quizá un mayor baño de sangre.
Desafortunadamente a los enfrentamientos y la violencia desatada hubo que sumar la inhabilidad y torpeza del gobierno interino, para enfrentar la pandemia de COVID .
El saldo, conocido, de más de 8.500 muertos es enorme para una población de aproximadamente diez millones de habitantes.
EL TRIUNFO POPULAR
Luis Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) ganó las elecciones en primera vuelta, triunfo indudable, más del 55% de los votos.
Hay que computar en favor de la Presidenta interina Jeanine Añez que no puso mayores obstáculos al proceso de normalización institucional y reconoció prontamente los resultados ¿por vocación democrática y republicana o porque no le quedaba otra? No interesa mayormente, lo importante es el hecho en sí.
Se dice que el contundente triunfo del MAS descarta las acusaciones de fraude que se levantaron en su momento. Pero la cosa no es tan simple ¿cómo se entiende que desde el gobierno el MAS con la candidatura de Evo Morales, fraude o no, sacara el 46% de los votos, y en la oposición, aparentemente con más dificultades, elevara ese porcentaje en casi diez puntos?
Para mí la explicación se encuentra en la reticencia por no decir el disgusto de muchos votantes ante una candidatura que desconocía las propias reglas de juego constitucionales y generaba dudas de legitimidad.
Ahora, desde el llano y despejadas esas cuestiones, se revelaba la auténtica popularidad del Movimiento , por encima de sus liderazgos personales.
Creo que el mismo Evo así lo comprendió al declarar con sabiduría que “ganó Lucho y gobernará Lucho” evitando de tal suerte las posibles acusaciones de “doble comando”.
De paso señalar también el acierto de nominar a un experto en cuestiones económicas. para encabezar el proceso de reconstrucción.
No ha de ser fácil, hay que cerrar heridas evitar enfrentamientos, restablecer las instituciones y el Estado de derecho, enderezar la economía devastada por la mala administración y la terrible pandemia.
Nada sencillo: pero se ha dado una gran paso adelante.