BICENTENARIO: Una fiesta con el pueblo en la calle

Todo comenzó pasadas las 17 cuando los mandatarios llegaron hasta la Casa Rosada para asistir a la inauguración del Salón de los Patriotas Latinoamericanos del Bicentenario, que encabezó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Allí se ubicaron el presidente venezolano, Hugo Chávez; el primer mandatario de Uruguay, José Mujica; el de Paraguay, Fernando Lugo, y el de Bolivia, Evo Morales, así como los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Chile, Sebastián Piñera, entre otros invitados espaciales.
Una vez terminadas las actividades en la Casa Rosada, los presidentes y otros invitados enfilaron hasta el Cabildo. Fernández, acompañada por su marido, el ex presidente Néstor Kirchner, lideró el grupo durante el cruce de la Plaza de Mayo.
Gracias a un corredor y a la presencia de la celosa custodia, la comitiva se ubicó frente al Cabildo para continuar con los festejos. El edificio donde se gestó la Revolución de Mayo fue el escenario elegido para proyectar un video donde en pocos minutos se reflejaron diferentes aspectos de la historia argentina.
Con un despliegue inusual y ante la atenta mirada del público que llegó hasta la Plaza de Mayo, el Cabildo fue mutando gracias a la técnica del video mapping (que combina figuras en 3D y luces). De esta manera, se imprimieron diferentes postales sobre la fachada del histórico edificio.
Los presidentes aplaudieron la proyección entre sonrisas amplias y bocas abiertas ante la imponencia del espectáculo.
Imágenes de Juan Perón, Julio Cortázar, los aviones que bombardearon la Plaza de Mayo en el ’55 y las cruces blancas del cementerio en las islas Malvinas, fueron algunas de las elegidas para ilustrar algunos capítulos de la historia.
Una vez concluido el espectáculo, los presidentes marcharon hasta el palco especialmente dispuesto para que puedan seguir las alternativas del impactante desfile donde participaron más de 2.000 artistas.
Cristina se ubicó entre Evo Morales y su marido, a quien se lo vio conversando con el flamante presidente chileno Sebastián Piñera.
A las 19, comenzó el denominado “Desfile Central”, que estuvo a cargo del director teatral Diqui James, multipremiado por su paso en el under por sus trabajos en grupos de vanguardia como Organización Negra, De la Guarda o Fuerza Bruta, que ayer tuvo a cargo parte de la puesta.
En ese marco, se representaron, por capítulos, el Éxodo Jujeño, el Cruce de los Andes, el Folklore, el Tango, la Industria Nacional, la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, la gesta Malvinas. La celebración culminó con un colorido corso que contagió a Cristina y al resto de los mandatarios que, espontáneamente, se encontraron bailando al ritmo de las murgas.
Una vez que el desfile concluyó, pasadas las 22, la Presidenta ofreció una cena en honor de los presidentes de la región y de los casi 200 invitados. La gala tuvo como escenario el Salón Blanco de la Casa Rosada, donde hacía más de cincuenta años no se realizaba una cena.

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