“Me llevaron arrastrándome y yo no quería irme bajo ningún punto de vista. Les pedí por favor que no avanzaran porque estábamos resolviendo el problema”, dijo desde la puerta del Hospital Churruca donde fue asistido. Y precisó que la fuerza “no sabía lo que estábamos hablando en ese momento, lo teníamos prácticamente resuelto, nos estábamos poniendo de acuerdo sobre dónde nos íbamos a reunir”.
Así mismo, expresó estar “bien” tras las agresiones de los choferes que protestaban en General Paz y Alberdi, e informó que tuvo una “fractura de malar” y que los médicos están evaluando si es necesario o no someterlo a una operación. “Duele más que un bonaerense haya sido asesinado”, dijo en alusión al crimen del chófer.
Respecto al avance de las investigaciones, aseguró que habló con el jefe de la Policía, quien le dijo que “el policía recién actuó cuando asesinaron a sangre fría al colectivero. No puedo dar plena certeza porque son declaraciones de una persona que está en estado de shock”.
Sobre el detenido, agregó que el policía que iba arriba del colectivo “lo había identificado como uno de los autores. Seguramente en las próximas horas vamos a tener novedades”.
La agresión a Sergio Berni
Berni fue agredido cuando llegó a la bajada de la avenida Rosas en la General Paz, donde los trabajadores protestaban por el crimen del chofer. El ministro de Seguridad bonaerense fue atacado con golpes de puño, botellas y palos arrojados, que lo dejaron con heridas en la cara y sangrando.
El ministro quedó acorralado contra el paredón de la avenida, custodiado por civiles y algunos oficiales de la Policía de la Ciudad. Entre gritos, el ministro pidió organizar una reunión con los trabajadores. Sin embargo, minutos después, un operativo de la Ciudad reprimió a los trabajadores y sacó del lugar al funcionario.
«Sacalo, sacalo», era la voz de orden de quien coordinaba el operativo de la Policía de la Ciudad, mientras Berni se resistía a ser llevado por la fuerza de seguridad porteña. «No me quiero ir», insistía Berni, protegido con un casco, antes de ser retirado.

Daniel Barrientos, el chofer de asesinado en La Matanza,estaba a un mes de jubilarse
Tenía 65 años. Sus compañeros contaron que lo llamaban «Capitán» y lo recordaron como un «fenómeno» y un hombre «ejemplar», que estaba «siempre de buen humor» .
Según informaron fuentes policiales, el crimen de Barrientos ocurrió cuando circulaba por el cruce de las calles Bernardino Escribano y Cullen, en el barrio Vernazza de Virrey del Pino. Dos ladrones subieron al colectivo a robar al chofer y a los pasajeros.
En ese contexto, un hombre que viajaba se identificó como policía, por lo que uno de los asaltantes comenzó a disparar e hirió en el pecho a Barrientos, quien murió en el lugar.
Los asaltantes siguieron disparando contra el efectivo, hasta que lograron bajar del colectivo y escapar en un auto.