Bernardita Zalisñak dijo que al sistema no le alcanzarán las drogas y alcohol para detener a los jóvenes

“Actualmente desde el poder se considera a los jóvenes como un problema más, al que no se atina a dar solución, pero por otro lado, se los pone entre la espada y la pared con mensajes contradictorios y paradójicos: se les pone límites de horario y leyes secas cuando, en forma manifiesta o encubierta, se los pretende chantajear con el estímulo de la drogadicción ; se los obliga a estudiar contenidos vetustos, incompletos y sin dirección, y se los degrada en las evaluaciones y exámenes como si fueran ellos los
Responsables ; se les exige resultados cuando no se ocupan de orientar los procesos ; se les pide compromiso y participación cuando se los adoctrina en el individualismo, el escepticismo y el nihilismo; se desalienta toda vocación confundiéndolos con especulaciones que ni siquiera son ciertas.
Pero los que hoy tienen 18 y 20 años ya no se creen nada y tienen clarísimo que no quieren ser parte de la farsa” Aseguró.
La Dra. Zalisñak, de 31 años de edad, explicó que fue candidata por primera vez en 1999, a los 24, que el 80 % de los afiliados al Partido Humanista se afilió cuando tenían entre 18 y 25 años. Dijo también que “el PH no tiene una línea de la juventud ni una línea femenina porque los jóvenes y las mujeres participan en igualdad de condiciones en la militancia de base, en la dirigencia y en los cargos electivos”.
Consecuentemente con esto, el Partido Humanista propone desde su plataforma
que se les reconozca la ciudadanía a los 16 años y se equiparen los derechos políticos para que todo el que vota pueda ser votado, “…porque hoy los jóvenes son obligados a votar a los 18, pero, según los cargos recién pueden ser elegidos a los 21, a los 25 y a los 30”
Más adelante dijo: “Las nuevas generaciones están evidenciando otra sensibilidad, una nueva dialéctica generacional se está gestando como no ocurría hace décadas, y al sistema no le alcanzará con la droga y el alcohol para detenerlos por mucho tiempo más. En ellos hay un fabuloso potencial de acción transformadora que no tardará en expresarse. Los jóvenes son un ejemplo de no complicidad al no incluirse en un sistema
violento y discriminatorio que no los tiene en cuenta!” Expresó.

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