Nuevamente Bordet y su escudero jurídico, Rodríguez Signes, son humillados por la Justicia. Y esto no es una toma de partido política, porque en las lides electorales coyunturales, del otro lado de la oferta, lo tiene a Benedetti. Y Benedetti no es un partidario del glifosato, Benedetti es el glifosato, y por sus venas corre el Endosulfán y cuando transpira, humedece sus camisas con malathión. Así que no nos vengan con que esta nota habría que dejarla para después, porque la historia nos está gritando que después es ahora.
Bordet y su gobierno se viene dando de patadas con los vientos que soplan en la sociedad que circunstancialmente conduce. Su alineamiento incondicional con los nefastos intereses de la contaminación ya no solo es manifiesto sino que es militante. Dirige sin el menor atisbo de dolor ni vergüenza la provincia que envía la mitad de los niños con cáncer que se atienden en el Hospital Garrahan
Primero y a pesar de haberse comprometido públicamente a lo contrario, derogó la Ley de la Madera, destrozando el modelo virtuoso foresto industrial que habían instalado en la provincia cientos de pequeños y audaces, en el mejor de los sentidos, empresarios locales, y habilitó que la mano de obra que antes ocupábamos en la provincia en estas lides de transformar troncos en tablas, muebles y etcéteras, fueran arrasadoramente transformados en ‘planeros’ esa peyorativa palabra conque los ignorantes insensibles denominan a los argentinos más vulnerables, víctimas de este modelo de capitalismo salvaje que está arrasando nuestra historia.
Después habilitó Amarras, ese nefasto proyecto con que se destruyó un humedal protegido en Gualeguaychú, un Sitio Ramsar, para que una banda de inescrupulosos especuladores inmobiliarios acumulara ganancias mal habidas moralmente hablando. Y entonces tuvo que venir la Suprema Corte de Justicia de la Nación a poner las cosas en su lugar y ordenar la destrucción del absurdo terraplén que multiplica la potencia de las crecientes en Gualeguaychú. Y de paso humillar públicamente a Bordet, su equipo y sus escuderos, incluido el Superior Tribunal de la Provincia.
Y después en un acto público se permitió afirmar que el conflicto de Gualeguaychú contra las pasteras que vuelcan sus venenos en el Río Uruguay ‘estaba terminado’ (SIC) y prácticamente la ciudad entera le salto a la yugular para demostrarle que su frase no solo era falaz, sino que en el contexto que la dijo era maliciosa.
Y después su acción de intentar anular una y otra vez los fallos de la Justicia que quieren proteger a los desprevenidos entrerrianos que son cotidinamente fumigados con los temibles venenos que utiliza la agricultura industrial en el cometido de su nefasto modo de producir lo que ellos llaman ‘alimentos’ y que a esta altura del debate ya nadie duda que son vectores de enfermedades temibles.
Mientras, el peluqueado vocero del país del norte en uno de sus habituales exabruptos se permite decir que el cambio climático es una mentira de zurditos pusilánimes, y una adolescente sueca pasea su pequeña humanidad con Asperger, por los estrados del planeta estrellándoles en el rostro, a los que manejan este desastre, las consecuencias de lo que están haciendo, Bordet y Rodríguez Signes subestiman por enésima vez nuestra inteligencia y nuestra paciencia diciéndonos que… “ahora si hicimos una norma equilibrada”(SIC)
Y junto a su patético Secretario de Ambiente (SIC), Barbieri imaginan sus engendrosos decretruchos con los que pretenden, una vez más, reinstalar las fumigaciones asesinas con que nos bañan en toda la provincia. Y repetimos: la provincia que envía al Hospital Garrahan la mitad de los niños enfermos de cáncer de todo el país. Algo realmente atroz.
Pero, y volviendo al principio, Basta es basta y AGMER vuelven una vez más a desnudar la miseria moral de quienes nos gobiernan y presentaron un nuevo recurso ante la Justicia para anularlos. Y la Justicia nos da la razón y vuelve a voltear las resoluciones conque el gobierno pretende condenarnos a los venenos, la enfermedad y la muerte.
Y vaya esta nota como un rendido homenaje a todas las pequeñas asociaciones civiles y grupos que dan la batalla ambiental en Entre Ríos que con su determinación han logrado un fallo en nuestra Justicia que a continuación transcribimos:
