
Ayer se firmó el decreto N° 548 /2020 mediante el cual el intendente Alfredo Francolini dispuso el “uso obligatorio de elementos de protección que cubran la nariz, la boca y el mentón, a todas las personas que circulen en la vía pública o permanezcan en locales comerciales o dependencias de atención al público o se trasladen en medios de transporte público, ya sea para realizar desplazamientos mínimos e indispensables autorizados, o que circulen en el marco de los supuestos comprendidos en las excepciones establecidas”, según especifica el artículo 1° de dicha norma.
Desde el municipio recomiendan no utilizar barbijos quirúrgicos o reglamentarios dado que deben reservarse para los profesionales de la salud y para las personas con síntomas de COVID-19. Mientras que para el resto de la población se recomienda el uso de tababocas, cubrebocas o barbijos caseros.
De todas formas, si algún vecino no quisiera tener en cuenta la sugerencia y prefiere obtener un barbijo común o con varios filtros, no sería tarea sencilla obtenerlos. En una farmacia de calle Vélez Sarsfield u Brown indicaron que desde ayer no hay más. Allí costaban $ 80.
En otra farmacia situada en Urquiza, a poca distancia de Mitre, explicaron que no tienen en stock desde hace varios días. Y aseguraron que esperan que lleguen para la semana que viene. El precio al que se vendía era $ 60 cada uno.
La recorrida abarcó otro establecimiento ubicada en Estrada y la Rioja. Allí aseguraron que desde hace dos semanas y media que no tienen barbijos. Los últimos se comercializaron a $ 30. ¿Cuándo cree que tendrán barbijos? “No sé”, fue la respuesta. La expectativa no era mucha teniendo en cuenta todo el tiempo transcurrido sin abastecimiento del insumo.
En otras droguerías más alejadas del centro, la respuesta fue la misma. En una de ellas, situada en la esquina de Feliciano y San Lorenzo, ante la consulta, la respuesta fue que esperaban que lleguen esta tarde o mañana. “Ayer se vendió el ultimo”, dijo el empleado. ¿El precio? $ 30 el barbijo común.
Y en la última, situada a poca distancia del hospital Masvernat, tampoco había existencia del insumo. “Ayer de tarde se vendió el ultimo” dijo la empleada. Y esperaban que lleguen durante el transcurso del día. Los últimos se comercializaron a $ 60 cada uno.
Solamente en un comercio de insumos médicos, ubicado en calle Bernardo de Irigoyen cerca de la Plaza España, se consiguen barbijos tipo N95 (‘no son 3M’, aclararon) a $ 180. La denominación N95 se debe a que llega a filtrar hasta el 95 % de las partículas aéreas. Para las autoridades, mascarillas de ese tipo deberían ser reservadas para el personal de salud.
Bastián sostuvo que era más sencillo obtener mascaras de protección en las ferreterías. La consulta se derivó a dos comercios del ramo. En una de ellas, situada en calle Hipólito Irigoyen, entre Salta y Corrientes, esperaban que llegasen la semana que viene. Los últimos, comunes, se fueron a $ 80. Pero en otra, en la esquina de Alvear y Urdinarrain, había en stock. ¿Los precios? $ 100 los comunes, $ 150 los lavables con bolsillo interno y doble tela, y $ 2.000 la caja de 20 barbijos tipo N95.

Sin demasiadas opciones, mucha gente opta por confeccionarse sus propios tapabocas caseros con tela de algodono o friselina. Pero ¿Es verdaderamente una protección eficaz los cubrebocas hechos a mano? Florencia Prieto, medica infectóloga del hospital Felipe Heras, dijo que no evitan el traspaso de las microgotas (flügge). “Es una herramienta más para poner como barrera”, señaló a Radio Ciudadana (FM 89.7) esta mañana. Y recalcó la importancia de situarse a 1,5 metros de otra persona.
Además Prieto dijo que en los primeros días tras la infección, la carga viral es muy alta a nivel de garganta. “Incluso en pacientes asintomáticos”, explicó. No obstante, indicó que el cubrebocas no debe generar una “falsa sensación de seguridad” y tampoco “es la única medida que se debe tomar”. Por eso, recalcó que lo más importante es mantener distancia y lavarse las manos.