Ese griterío opositor, enfermo de odio contra la democracia, se va reduciendo a medida que la ira de sus integrantes, aumenta.
Ese espacio político, que hasta diciembre pasado operaba bajo el paraguas de Cambiemos, hoy está en vías de disolución. Aquellos dirigentes con responsabilidades de gobierno (Rodríguez Larreta, Morales, etc.), no acompañan ni ese discurso insano, ni las protestas que lo encarnan.
De hecho, hoy tuvo lugar un encuentro de la cúpula de esa facción a la que faltó nada menos que el jefe de gobierno porteño. No sería tanto, sí, además, no se supiera que la UCR pasa por una etapa de crisis mayor y que ya comienza a verse hacia el interior del partido de Yrigoyen la convicción de empezar a pensar otra estrategia de acumulación.
En el caso de Entre Ríos puntualmente, los radicales están cada vez más atomizados. Un dato ineludible, el agrupamiento montielista conocido como LIRER ya plantea la necesidad de volver al ruedo interno pero separados del PRO. De hecho uno de esos referentes exministro del viejo caudillo, Rubén Villaverde, acaba de afirmar que la UCR tiene que ser la “columna vertebral” de una alianza, al mismo tiempo que cree que la asociación con el PRO,“hizo y deshizo con una política neoliberal que no es la del radicalismo”.
Por las dudas aclaran que ese grupo, la LIRER fue el único que llegó dos veces al gobierno en la provincia.
CLARIN Y NAZION A LA CABEZA DEL ODIO
Los títulos de tapa de ambos diarios el día después, no dejan lugar a dudas respecto de quien es el autor ideológico de toda esta furia opositora que se sintetizaba en carteles que rezaban “Libertad o Muerte”, o sea, un desvarío tan desopilante que nos remite al “Patria o Muerte” de los tiempos en que la Bullrrich era montonera.
Para La Nación el título que reflejaba “la realidad” (otra de las tantas fake-news), era este : “Banderazo multitudinario”. No fue el único claro, la tapa estaba llena de ellos, como este otro : “La Casa Rosada frente a una sociedad sin miedo”, firmado por Morales Sola ; o este otro “El grito de una ciudadanía que se niega a ser rebaño”.
O los de Clarín : “Pese a la cuarentena, la gente salió a la calle contra el gobierno” o este “Masiva protesta en las principales ciudades, la Residencia de Olivos y la casa de Cristina K”.
Cualquiera que se tome en serio estos titulares puede creer que el gobierno está en problemas y que sus días están contados.
¿acaso alguien puede creer que esta sea la realidad?
LOS ACIERTOS DE UNO Y EL NO DAR PIE CON BOLA DE OTROS
En el mundo ya hay casi 800.000 muertos por COVID-19 y en América Latina los fallecidos son 250.000. De esa cantidad, los argentinos fallecidos por este virus apenas llegan al 2 %, en rigor, un dato que el mundo destaca ubicando a nuestro país entre los que mejor abordaron esta pandemia.
Pero además, el gobierno de Alberto y Cristina logró que Argentina y Mexico sean los países que produzcan la vacuna que, a un precio módico (entre 4 y 5 dólares). Nos quitará este karma que es el temor a infectarnos y morir y esto, lo lograremos al mismo tiempo que los que siempre llegan primero, europeos y norteamericanos. En otras palabras, nosotros los pobres del sur, tendremos la vacuna al mismo tiempo que los ricos del norte. Pavada de anuncio. ¿Quién lo hizo? Alberto y Cristina, aunque a algunos les cueste deletrearlo.
Pero tampoco le bastó este anuncio en plena pandemia para darnos animo y hacernos sentir que los argentinos no somos sinónimo de país bananero. El mismo gobierno contra el que “la gente salió a protestar”, titulara Clarín, es el que NOS LIBERO a los argentinos de pagar más de 40.000 millones de dólares de deuda externa en los próximos 4 años. Dinero que servirá para hacer crecer a la Argentina luego que la pesadilla virosica deje de asolar a la humanidad y luego de esa pesadilla que fueron los 4 años de macrismo.
Resultan tan patéticos los odiadores que claman por libertad y salen a la calle en el medio de una cuarentena dictada con fuerza de ley por un gobierno que cuenta con un apoyo popular que envidian y sin que ese atropello contra la ley haya implicado que los metan presos, aunque es lo que debería hacer el gobierno y no hace. Quizá una forma de dejarlos aún más en evidencia.