BANCO CENTRAL : Frente a una nueva maniobra desestabilizadora

Se corresponde con los vencimientos que van a ocurrir en el curso del 2010. Este fondo de garantía abre las puertas para una financiación más flexible. Hoy por hoy, el gobierno para no someterse a los condicionamientos que exige el Fondo Monetario Internacional, accede a un crédito duro en el mercado financiero mundial, con una tasa anual del 15 al 18%. De concretarse la estrategia del gobierno nacional, el costo del crédito baja a menos del 10%. Estas facilidades financieras asegurarían un crecimiento espectacular de la economía nacional para el 2010. Por otra parte esta postura de nuestro país impactaría a nivel internacional en claro beneficio de los países pobres en tanto demostraría que es posible lograr buena financiación con independencia de las condiciones del Fondo Monetario Internacional.
Es evidente que el conservadurismo político que hoy lamentablemente domina al radicalismo y a la disidencia peronista, quiere a toda costa impedir el éxito de la política nacional que encabeza la compañera Cristina Fernández. La irresponsabilidad política de estos sectores desnuda nuevamente los intereses antipopulares que con total desprecio de la suerte del País tratan de impedir este acto de soberanía nacional impulsando el desacato al Presidente del Banco Central, Martín Redrado, que se niega a disponer los fondos según lo decidido por la Presidenta de todos los argentinos y argentinas.
O acaso remitiéndose a conceptos bien decorados van a poner en juego nuevamente los intereses de la nación siempre postergados. O acaso los dirigentes radicales se han olvidado que pulverizaron las reservas del Banco Central cuando hundieron al país en la peor de sus crisis.
Hoy más que nunca cerramos filas en defensa de la política nacional que lleva adelante la Presidenta de la Nación Cristina Fernández, y convocamos a no retroceder a los momentos en que el FMI determinaba la política a seguir por el gobierno de turno. No perder de vista que fue esa política la que determinó la frustración del País y que llegáramos al punto límite de la desintegración nacional. Retroceder frente a esta restauración conservadora es volver a poner de rodillas el País.

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