Vale señalar que, aunque quienes salieron al ruedo enfrentando Piaggio en esta medida, fueron los radicales, el verdadero problema para el Intendente de Gualeguaychú es Rogelio Frigerio, en rigor, quien se ha propuesto desgastar al Intendente K a quien ve como uno de sus posibles competidores.
El balneario de referencia fue apenas la excusa de un enfrentamiento mucho más estratégico que tiene que ver, centralmente, con los bienes públicos y el aprovechamiento que quieren hacer de esos bienes, los intereses privados.
En virtud del objetivo de defender lo publico, ayer y desde el mismo municipio se respondía al planteo opositor, señalando esto : «El contar con espacios públicos de calidad en nuestras ciudades es un derecho ciudadano, porque democratiza la vida urbana. Los espacios públicos estimulan el encuentro ciudadano, libre y espontáneo, permitiendo la interacción social original que últimamente parece haberse desplazado hacia las redes sociales«.
Como lo contábamos ayer en este informe : https://www.diariojunio.com.ar/la-ucr-de-gualeguaychu-arremete-contra-piaggio-por-querer-comprar-un-balneario-encima-inundable pese a que el río es un bien de todos, en Gualeguaychú la mayoría de los balnearios son privados y si te queres bañar en las aguas de ese río que es de todos, tenes que pagar. Así de simple.
Piaggio se propuso, desde su responsabilidad como Intendente, poner en debate esa idea que a las playas públicas no va ningún vecino de esa ciudad, ni tampoco los turistas. Puso en debate el interés que se debe tener por lo público cuando se representa al Estado.
Piaggio apareció en Gualeguaychú como una bocanada de aire fresco en la política y a eso le temen Frigerio, sus aliados radicales y los pejotistas y saltimbanquis que se cansaron de vivir de la política y querrían seguir haciendolo, como los Emilio Martínez Garbino, los Leissa o los Guastavino.