Bajo rendimiento en Lengua y mejoramiento en Matemáticas

El lenguaje canónico acaba de actualizarse: es correcto, ahora, usar palabras como blog, chat, tableta, en reemplazo de la voz anglosajona tablet, dictaminó la Real Academia Española. Y más también: la palabra matrimonio debe entenderse como la unión de un hombre y una mujer, concertada mediante ciertos ritos y formalidades de ley, pero también como la unión de dos personas del mismo sexo.

Pero las mutaciones, los cambios y los guiños de los académicos hacia el uso corriente del lenguaje, y la incorporación a la lengua oficial de nuevas voces, no consiguen mejorar los rendimientos en la escuela. Lengua, como asignatura, está en problemas: en la secundaria, los alumnos se sacan una mala nota.

Matemática, la materia más endiablada por años, ahora consigue resultados halagüeños. Entre 2007 y 2010, el nivel de desempeño medio y alto en Entre Ríos en Matemática pasó de un 58,5% a un 72,1%; en Ciencias Sociales también hubo una mejoría, del 67,5 % al 76%; igual que en Ciencias Naturales, que pasó del 44,1% a 69,8%.

Pero en Lengua, no. Se pasó de un rendimiento medio y alto del 82,3% a un 76,7%. Los números se explican con este otro dato: entre 2007 y 2010 aumentó el porcentaje de alumnos con rendimiento bajo en Lengua, 17,8% al 23,3%.

Eso es lo que muestra el relevamiento entre los estudiantes que finalizaron la secundaria en 2010, que desarrolló en todo el país el Ministerio de Educación de la Nación.

El rastrillaje se llevó adelante en las 24 jurisdicciones del país, se evaluaron 277.959 estudiantes, y participaron 7.308 escuelas. Las cifras indican que nada distinto ocurre en el resto del país con Lengua: a nivel nacional el rendimiento en esta asignatura cayó del 78,8% al 73,7%. Aquí, en Entre Ríos, el descenso fue un poco más pronunciado, del 5,6 puntos, respecto al dato que se recogió a nivel nacional, 5,1 puntos.

Marcela Mangeón, directora de Educación Secundaria del Consejo General de Educación (CGE), tiene una certeza: “En Lengua, tenemos un problema”. Y sólo una conjetura que explicaría la situación: “No sé si tiene que ver con la lógica de la disciplina, cómo se la enseña. Puede ser eso. No tenemos un relevamiento exhaustivo que nos explique el porqué”.

Los números hicieron notar el déficit, y el déficit movió a implementar algún cambio. Por ejemplo, que el dinero que envía la Nación para el sostenimiento de las tutorías del plan Mejora, se destinaran a reforzar la enseñanza de Lengua.

“Pero no es que se tiene que enseñar Lengua porque no se sabe Lengua. No. Se tiene que trabajar con los elementos que permiten la Lengua y la Literatura para determinar por qué el chico no aprendió. La escuela no tiene que centrarse en el Plan Mejora. El Plan Mejora viene a apoyar la centralidad de la escuela, y la centralidad de la escuela es la enseñanza del profesor. No estamos diciendo que se ponga en cuestión el desarrollo de la escuela. Acá sólo se acompaña con tutorías el trabajo del docente en el aula, para poder tener mejor rendimiento, no en números sino en aprendizaje”, afirma.

Desde Educación han puesto toda la artillería asistencial para reforzar el aprendizaje de Lengua. La mitad de los 20 millones de pesos que este año envía la Nación a Entre Ríos para el desarrollo del Plan Mejora Institucional, un sistema de tutorías para alumnos con problemas de rendimiento, se están destinando a reforzar la enseñanza de esa disciplina en las escuelas.

“Lo que pasa en Entre Ríos pasa en todo el país. Bajó Lengua, es el déficit mayor que tienen las escuelas. Y a esto no sabría explicarlo. No sé si tiene que ver con la lógica de la disciplina, o qué. Por muchos años, la enseñanza de la Lengua ha sido bastante instrumental. Es decir, enseñar sujeto y predicado, enseñar la lista de adjetivos, trabajar los verbos, y no en sentido de la lectura del contexto literario. O sea, también lectura de gráficos, lectura de cuadros, otro tipo de utilización de la Lengua que no sea la instrumental”, afirma Mangeón a El Diario.

Sobre ese punto, hace notar una clara diferencia: si los alumnos han subido sus rendimientos en Matemáticas, en Ciencias Sociales y en Ciencias Naturales, y bajaron en Lengua, algo ocurre con la enseñanza de la Lengua en la escuela. “Me parece que no es una cuestión estructural de la disciplina. Yo puedo aprender Historia si sé leer, puedo aprender Geografía si sé leer. Esto es lo que hay que empezar a manejar, que la Lengua es transversal”, añade.

– ¿En qué sentido transversal?
– Nos ha pasado en las asistencias técnicas que brindamos en las escuelas: los docentes dicen: “Yo no voy a corregir los errores de ortografía en los exámenes, porque soy profesor de Historia”. Y básicamente, sí, les corresponde. Ese pensamiento, esa frase tan simple, yo enseño Historia y no tengo por qué corregir errores de ortografía, tiene que ver con este déficit que se ha dado. Los chicos escriben cualquier cosa y del modo que sea, y el profesor no lo corrige. Pero lo que el docente debe entender es que primero es docente, y después es docente disciplinar. Primero soy docente, porto ese título, que implica que sé dirigirme a los alumnos con verbos correspondientes, y después en todo caso, saber expresarme. La expresión oral es fundamental. El alumno tiene que aprender a saber expresarse para poder rendir un examen oral, para poder dar un final, para poder trabajar, hacer una exposición, y eso depende de todos, no sólo del profesor de Lengua.

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