“No hay dudas de que las críticas son bienvenidas y necesarias para cualquiera que está en la gestión pública. La democracia no es necesariamente consenso, estar todos de acuerdo, es también litigio, disputa de intereses y de poder y en ese debate, vienen bien los aportes serios, maduros, que busquen la superación y no se queden en la chicana y mucho menos, que le hagan el juego a los sectores que antes, no hace tanto tiempo, fueron capaces de desestabilizar procesos democráticos como el que el propio Raúl Alfonsín se animó a denunciar”.
“A ciertos dirigentes la sociedad debería exigirles propuestas concretas, ideas que se adelanten, proyectos que vayan más lejos de las conquistas que hoy ya logramos como país. Pero tal vez eso sea lo que se puede esperar de los políticos que se han agrupado en esta nueva sociedad, a quien modestamente considero los asiste el mismo vacío que tuvieron a lo largo de los últimos diez años: la ausencia de un proyecto de gobierno que trascienda una contienda electoral”, indicó Bahillo.
Benedetti sostuvo en una nota publicada por Análisis Digital que: “el modelo se agotó por sus propias inconsistencias, porque el relato no se puede sostener. Porque esa bonanza populista, esto del gasto y empleo público sin límites tenía su fin. Quizás el gobierno, en un mal cálculo, pensaba que llegábamos a 2015, pero ahora estamos sufriendo las consecuencias”.
“Benedetti repite la muletilla engañosa del modelo agotado, relato agotado que lo que hace es vaciar de contenido un proceso de transformación y de logros muy valorable. Sin dudas que falta muchísimo, sin dudas que hay huecos donde la corrupción –que por otra parte, es evidente que no es un atributo exclusivo de la política- encuentra donde anidar. Pero no se puede negar que la Argentina de hoy y la Entre Ríos de hoy son espacios sociales, productivos, educativos, sanitarios, entre tantos, midamos con las variables que los midamos, muy distintos a los del 2001, 2003, que fue nuestro punto de partida”, manifestó, por su parte, Bahillo.
“Benedetti quiere ser gobernador y la única idea que propone es achicar el empleo público, lo cual, cuanto menos, suena mezquino y demagogo. Ya vivimos durante los años`90 lo que significó esa mirada de un Estado ausente y sufrimos sus consecuencias, cuando nos quisieron hacer creer que la culpa de todo la tienen los empleados públicos”, dijo más adelante el intendente de Gualeguaychú.
“Parece que los fracasos electorales no le enseñaron nada, no puede sostener un discurso que proponga desarrollo y cómo, de qué manera, con que propuestas suyas, propias, mejores que éstas seguimos creciendo. Hace rato estamos esperando que a la oposición se le caiga un idea, que delineen el país que tienen en mente así todos nos enteramos con qué proyecto piensan gobernar, porque no se gobierna criticando a los demás”, dijo Bahillo.