A quien le interese:
Soy Claudia Alejandra Perdomo, mamá de Darío Alberto Ferrer, empleado y comerciante asesinado el 18 de febrero de este año.
Hoy me siento a escribir esta carta porque necesito darle sentido a la muerte de mi hijo. Este sábado 14 de julio, él cumpliría sus jóvenes 23 años por razones del destino, él ya no está entre nosotros.
¡PARA QUE NO TE PASE A VOS!
Se dice: “Lo normal es que los hijos entierren a los padres”. En esta fecha el dolor contenido y profundo ante el horror sufrido que golpeo mi vida y a toda mi familia, se hace más terrible. El asesinato de Darío se inscribió en una extensa lista de violencia que tanto influye en nuestra vida cotidiana.
La muerte es un acto absolutamente irreversible, no hay vuelta atrás y cuando ella se produce en alguien tan joven, un chico que prometía una vida llena de logros y de realizaciones, es un sin sentido.
¿Cómo darle sentido a la muerte?
La manera es dimensionar este acto, individual, particular e intransferible.
Para que la muerte tenga sentido y pueda servir para impedir otras muertes. Una forma de luchar contra la violencia, que parece haberse hecho habitual.
Hay miles de madres que sufren este dolor en silencio, porque no tenemos los espacios para expresarnos y participar.
NO SE CREAN DICHOS ESPACIOS DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA POR ELESTADO.
Necesito ser portavoz como madre del dolor, el mal, no siempre le ocurre al otro, Porque todos somos virtualmente padres, hermanos o hijos. Nunca imagine que me podría tocar a mi, pero por azar sucedió. Hay muchas familias de víctimas, me tocó ser testimonio de que nadie esta exento de la violencia individual o institucional.
¿Dónde está el Estado? Cuál o cuáles son las soluciones? Para esto no tengo respuesta
Creo en el poder de la movilización que radica en la legitimidad y transparencia del reclamo, para que no haya más madres o familiares del dolor. El reclamo está más allá de cualquier bandera o partidismo.
Es claro que, hay un problema de seguridad, pero no existen políticas que lo resuelva
Me resulta horrible comprender la adversidad que me ha tocado vivir. “La muerte me quitó todo lo que podría haber sido, nos quedamos con el desconsuelo, la desesperanza y el gran dolor. Ya no tiene sentido preguntar ¿qué pudo haber sido? Porque las cosas fueron como fueron y no lo puedo cambiar. Me quedo con la pregunta ¿Qué podríamos hacer? Dígamelo Ud.…
Porque – debo aceptar que el misterio quedará más allá de mis posibilidades de conocer y entender.